Allí ocurrió hace 525 años un hecho histórico que determinó la configuración política y territorial de América, dividió al mundo en dos hemisferios y definió la lengua y la cultura de millones de personas.
El 7 de junio de 1494 las dos grandes potencias de la
época, Castilla y Portugal, llegaron a un acuerdo para repartirse las
zonas de navegación del océano Atlántico y los
territorios del 'nuevo mundo'.
Así que en marzo de 1494 representantes deJuan II de Portugal y de los Reyes Católicos (Isabel de Castilla y Fernando de Aragón) se reunieron por primera vez en Tordesillas.
El objetivo era establecer un acuerdo que delimitara los ámbitos de
actuación de cada reino y restableciera la paz entre las dos coronas.
Tordesillas era por aquel entonces una localidad importante de Castilla, un punto estratégico de pasogracias a su puente medieval sobre el río Duero.
Rodeada por una muralla, la villa tenía unos 3.500 habitantes.
Las reuniones entre los embajadores de Juan II y de los Reyes Católicos
se desarrollaron en un magnífico e imponente palacio de Tordesillas.
ero cuando las negociaciones estaban a punto de comenzar el rey portugués cayó enfermó.
Tenía 38 años y 30 meses después moriría.
A
causa de su enfermedad, Juan II permaneció durante todas las
negociaciones en Setúbal, una localidad portuguesa a 50 kilómetros al
sur de Lisboa, pero intercambiando constantemente mensajes con sus embajadores.
Mientras tanto los Reyes Católicos siguieron las negociaciones de
Tordesillas primero desde la vecina localidad de Medina del Campo -a 24
kilómetros- y posteriormente desde la propia Tordesillas, residiendo en
esa villa del 8 de mayo al 8 de junio.
El pontífice, que era de origen español y que debía favores a los
Reyes Católicos, admitió la propuesta pero, como le parecía
excesivamente favorable a los intereses de Castilla y descaradamente
perjudicial a los de Portugal, en la bula que emitió desplazó la línea divisoria 100 leguas al oeste de las Azores y Cabo Verde.
En ese punto de la negociación, Juan II aceptó ese meridiano que parte el océano Atlántico de polo a polo.
Pero en el proceso de discusiones de Tordesillas los portugueses solicitaron un desplazamiento de la línea divisoria a 370 leguas al oeste de Cabo Verde.
Basaban
esa petición en su necesidad de poder regresar de San Jorge de Mina -un
puerto de dominio portugués ubicado en África, sobre la costa del golfo
de Guinea, en el lugar que ocupa actualmente la ciudad de Elmina en
Ghana- sin tener que invadir la costa castellana.
La reclamación de Juan II fue aceptada por los monarcas españoles, considerando que estaban concediendo a Portugal agua y nada más que agua.
De esa manera, el 7 junio de 1494 las dos partes aceptan dividir el Océano Atlántico con una tercera y definitiva raya, la "raya del Tratado de Tordesillas", situada a 370 leguas al oeste de las islas de Cabo Verde.
Todo
lo situado al este del meridiano pactado en Tordesillas sería para
Portugal, mientras que lo que quedaba al oeste se lo adjudicaba
Castilla.
Los reyes Isabel y Fernando, así como sus embajadores, se frotaron las manos pensando que habían ganado la partida.
El
tratado, pensaban, dejaba todas las tierras del 'nuevo mundo' en manos
de la corona castellana, mientras que Portugal se tendría que conformar
simplemente con agua.
Sin embargo, se equivocaron.
Cometieron un grave error.
Un error gigantesco llamado Brasil,
un enorme territorio entonces desconocido y que, al encontrase en
extremo este de América, caía de lleno dentro de la zona de dominio
portuguesa.
Así que cuando el navegante Pedro Álvares de Cabral
llegó en 1500 a la costa del actual estado de Bahía, Brasil pasó a manos
portuguesas.
Pero aunque hace 525 años fue en Tordesillas donde Portugal y España
se repartieron el 'nuevo mundo', el tratado firmado entonces no se conserva en esta localidad.
El documento original en castellano firmado por los reyes Católicos se conserva en Lisboa, en el Arquivo nacional da Torre do Tombo,
mientras que la versión en portugués, con la firma de Juan II, se
custodia en el Archivo General de las Indias, en Sevilla.
En cualquier caso el Tratado de Tordesillas es el único documento español inscrito en el registro "Memoria del Mundo" de la Unesco, un registro creado en 1992 con el fin de preservar los documentos patrimonio de la humanidad.