29 de julho de 2014 Conteúdo partilhado com: Público
El fuego, la fuerza de la bomba, el grito, el olor a polvo seco. El aire es de cemento. La tierra suda dolor, hay un sudor de miedo, el calor lo inunda todo, el sol no esconde nada. Alrededor amasijos, hierros, bloques rotos, escombros, destrucción. NO hay esperanza, sólo hay heridos, gentes que deambulan, gentes que corren, sirenas, bocinas, gritos de mujeres y de niños. Sólo hay destrucción, no hay porqués. Gaza es dolor e incomprensión, es venganza y destrucción. Gaza es la impotencia del dolor de que los más débiles pagan alto el precio de los errores de lo que pasa. Es el asco, pero es así, y el mundo se para y solo se ve destrucción, GAZA.
Esto fue escrito en mi muro de facebook, hace hoy seis años y medio. Hoy, podía escribirse el mismo comentario en el mismo sitio, porque hoy está ocurriendo lo mismo en Gaza. Un "dejá vu", que nos ha cogido, afortunadamente, sentados en el sofá del salón de casa, en la maravillosa monotonía de pertenecer a una nación, España, y a un mundo europeo que nos puede dar seguridad física, jurídica, y medios para desarrollar nuestras vidas.
El tiempo corre muy rápido y en estos casi siete años ha habido noticias de todo tipo pero sabíamos que algún día llegaría la noticia de las bombas y la destrucción sobre Gaza. Lo sabíamos porque es una estrategia cíclica de Israel. En 2014 fueron destruidos los túneles de seguridad y acopio de armamento que Hamas había construido en su territorio. Con los ataques de 2014 los medios militares palestinos fueron diezmados o arrasados. Siete años para reponerse, volver a levantar los túneles, la seguridad etc. y un nuevo ataque. Porque para Israel estos ataques cíclicos forman parte de su defensa. No dejar crecer al enemigo que puede un día ser tan fuerte que te destruya.
Esta vez no hubo invasión, pero los israelies hicieron creer con movimientos militares que iban a invadir y eso provocó que la mayoría de los combatientes de Hamás se refugiarn en los túneles de seguridad que posteriormente fueron bombardeados.
La mitad de la población de Gaza no conoce otra forma de gobierno que a la autoridad del grupo terrorista HAMAS, cuyo fin no es negociar sino encontrar algún día la ocasión de reconquistar el territorio ocupado por Israel. En medio de eso se producen ataques terroristas y conflictos permanente en Jerusalén entre uno y otro bando.
Israel tiene derecho a defenderse, en Cisjordania la otra parte palestina se practica otra política más pragmática de acuerdos que al menos permiten la vida de la gente. Los palestinos tienen derecho a sus reinvidicaciones que hoy ya no son tanto el imposible reconquista del territorio perdido sino mejorar sus condiciones de vida, llegar a tener un país propio y una vida normal.
Más allá de comprender o no a cada una de las partes, la actuación de Israel su política de tierra quemada cada cierto tiempo, provocando el conflicto para que salten los palestinos con la finalidad de realizar un arrase total de ataques aéreos contra la población, es lo condenable de la situación. Los ataques feroces realizados sólo tienen la misión de preventiva de machacar a un enemigo. Israel en este momento con el uso racional de la fuerza tiene posibilidades de sobra de asegurar su defensa y su territorio sin necesidad de la crueldad de los ataques furibundos contra la población. No es extraño que algunos les recuerden los terribles episodios sufridos por el pueblo judio en la segunda guerra mundial, aunque , con todo respeto, las comparaciones son odiosas.
Como siempre, el sufrimiento es de la población y de los más débiles y las causas aparte de las citadas, están las políticas. Netanyahu está en caída ante unas próximas elecciones, tiene problemas con la justica, necesita un revulsivo patriótico que en Israel es muy fácil de buscar. Se habla de que es posible un futuro gobierno de coalición en Israel una vez esté fuera Netanyahu que sería proclive a una acuerdo y pacto con los palestinos. Hay veces que, no es bueno ser mal pensado, pero hacer política jugando con el dolor de inocentes, no está en ningún manual de ejército moderno.