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lunes, 13 de diciembre de 2021

Recordarán tu nombre. De Lorenzo Silva. (De vez em quando um livro)

   Guerra Civil, Tercera Vía, Catalunya, Barcelona

   Como casí siempre ocurre, por un acaso,  me encontré la publicidad del  último libro del escritor,  famoso, Lorenzo Silva. Especialmente me gustó su video de promoción en la Televisión Andaluza, que dejo pegado al final  del post. Viendo alguna sinopsis y sus entrevistas me  entré el gusto de lanzarme a una lectura del libro. Como el tema me atrae o me apasiona aveces, me entró en ansia de entregarme a su lectura. 

      Una vez finalizada esta, en un santiamén para lo lento que soy, me es grato poder divulgar que ha valido la pena. Que disfruté, aprendí y gocé con el libro. Este  está trabajado, documentado y magníficamente relatado, de tal forma que ni te enteras de  su lectura al meterte en el intenso mundo de la preguerra y el fatídico trienio guerra-civilista. No había leído a Silva, pero tengo que reconocer que su reconocimiento  público como escritor de éxito no es gratuito, está bien  ganado.  En esta obra se muestra como un escritor con mayúsculas.

      Andava y ando estos días y anteriores con temas de la guerra civil. De forma circunstancial me envolví en el asunto por la búsqueda de antecedentes del familiar de un amigo del que conserva ciertas relaciones con la falange en Ourense en el período de represión. No encontré de momento nada, pero el hecho de empezar a meterme en materia me ha hecho más fácil leer más libros y empaparme más del ambiente. Aunque uno cree que sabe mucho del tema, del que tal vez más se haya escrito, pues no es así. Esta puesta a punto, en la madurez, de lo que fué la España del XIX mitad del XX me  está ayudando más que nunca a intentar comprender más la situación de la época, los motivos, las causas, intentar ser un poco objetivo etc. Este libro es una reflexión equilibrada contra  mitos y relatos tendenciosos. Es más que nada una reflexión profunda desde  los orígenes del escritor, la guerra de África y el dilema ético ante la sublevación ante la República de un militar con mucho honor y dignidad.

     Tengo que añadir que realmente a partir de vídeos y lecturas sobre el desastre de Anual me metí un poco en el tema de la guerra colonical en el Rif. De ese tema si que tocaba de oído y realmente no sabía nada. Es  muy  importante empezar por ahí, porque de ahí surge todo lo demás. La guerra en Africa nos trajo mucha desgracia. Nos trajo a un Ejército africanista que después fué el Ejército que se subleva. Nos trajo muerte y desgracias para el pueblo que pagaba con la vida de sus hijos un servicio militar largo e injusto, pues sólo los pobres iban a la guerra. Nos trajo una dictadura y la caída de una monarquía de un Rey que estaba inmbuido en esa guerra. 

       la novela empieza y termina casi con la misma escena.

Goded  acaba de llegar de Mallorca para hacerse cargo de la sublevación de Cataluña desde Barcelona, llama dos veces a Aranguren para cominarle e influenciarle para que se una con toda la Guardia Civil de Cataluña a la Sublevación. Aranguren contesta al telefóno delante del Director de Seguridad de la Generalitat de quién depende funcionalmente, otro militar el Capitán de Caballería Escofet. Aranguren le dice a Goded ante la amenaza de este de fusilamiento que si le fusilan habrán fusilado a un militar que ha cumplido con su deber; por el contrario si le fusilan a él será un militar sublevado contra el Gobierno. De forma paralela, Silva nos va a hablar de sus abuelos. Uno por influencia de Goded, que es su Teniente Coronel,  en el Rif se hará militar; el otro, conoce en Alhucemas a Aranguren y más tarde como polícia en Madrid  está a las órdenes de Aranguren que es jefe de la Policía en Madrid. Este nexo es el que conduce a narrar la historia desde la guerra colonial en Marruecos hasta la sublevación que termina primero con el sufilamiento de Goded y más tarde con la entrada de los "nacionales! en Barcelona, con el fusilamiento de Aranguren.


     Pues bien, como ya hemos dicho, Silva arranca para hablar de la vida de Aranguren y la guerra civil, de Anual, Desembarco de Alhucemas, en fin la desgraciada  guerra colonial con el Rif que tantos males trajo. Todo se inicia en África y sus abuelos participantes en esa guerra conocen a los principales actores de la novela (Franco, Goded, San jurjo, el propio Aranguren, Pozas, Varela etc. etc. ). Ese vínculo de la historia de sus abuelos es la historia de la España de a pie que malvive y sufre aquellos acontecimientos. Su vida es consecuencia de todos aquellos avatares que culminan en Barcelona con la heróica actuación de Aranguren con la Guardia Civil, el fusilamiento del General Goded ante el fracaso de la sublevación. Después vendrá el dominio de las masas anarquistas y revolucionarias de la gestión del ejército de la República que abocan a un fracaso anunciado como así fué. Con este fracaso llegó el juicio y fusilamiento de Aranguren. 

      Triste el papel de aquellos militares que permaneciendo fieles a la República se encontraron con la mala gestión, falta de autoridad,  anarquismo y desorganización, viéndose frustrados o ninguneados. La derrota estaba cantada y el gran misterio es como tardó tanto en terminar aquél infierno de tres años de lucha fratricida.  

 Algunos párrafos del libro. 

Africanistas. Batet. 

.....Durante la investigación que se llevó a cabo acerca del derrumbamiento de la comandancia de Melilla en 1912 y los desastres de Anual y Monte Arruit, dirigida por el general Picasso como fiscal instructor, un muy reputado coronel, Domingo Batet, héroe conderocado de la guerra de Cuba, se despachaba en crudos términos respecto de Franco en uno de los informes elevados a sus superior, luego oportunamente desaparecido, pero conservado por la familia en vesión manuscrita y recuperado en fin por su biógrafo, el monje de Monserrat e historiador Hilari Raguer: " El Comandante Franco, del Teercio, tan traído y llevado por su valor, tiene poco de militar, no siente satisfación de estar con sus soldados, pues se pasó cuatro meses en la plaza para curarse enfermedad voluntaria, que muy bien pudiera haberlo hecho en el campo, explotando vergonzosa y desacaradamente una enfermedad que no le impedía estar todo el día en bares y círculos. Oficial como este, que pide la Laureada y no se le concede, donde con tanta facilidad se ha dado, porque sólo realizó el cumplimiento de su deber, ya está militarmente calificado". 
     No es el único retrato demoledor que ofrece Batet de aquella oficialidad tan glorificada por periodistas afectos, y políticamente utilizada para mantener el cuestionable sacrificio de la guerra africana: 
     "Algunos oficiales del Tercio y de Regulares se sienten valientes a fuerza de morfina, cocaína y alcohol; se baten, sobre todo los primeros, en camelo: mucha teatralidad, muhco poderar los hechos y mucho echarse para atrás la desbandada cuando encuentra verdadera resitencia. El teatro payaso Millán Astray, que tiembla cuando oye el silbido de las balas ( el coronel Serrano Orive del 60 y el general don Fedeerico Berenguer pueden dar fe de ello, si quieren estar bien con su honor y su conciencia) y rehuye su puesto y explota de la manera más inicua una herida que en cualqueir otro habría sido leve y, por condescendencia de un médico, llega a ser grave y le cuesta al Estado 9.135.000pesetas. El comandante Sánchez Recio puede hablar de esto, pues fue testigo presencial de escenas verdaderamente cómicas". 
      Tampoco es  muy halagueña, aunque resulta algo más respetuosa, su opinicón acerca del general José Sanjurjo, llamado a liderar finalmente ala campaña, y de quien dice: "Se bate, es valiente y nada más; disposición como organizador y ejericio de sus deberes como militar, completamente nulo, y el mando sin dotes organizadores". Y como  resumen de sus apreciaciones, concluye: "Los milites de verdad, los que sienten la profesión alharacas, sin teatralidad, cumpliendo sus dweberes, seriamente, amantes del soldado, posponiendo su propio bien al de los demás, no buscando el aplauso pero sabiéndolo agradecer cuando es otorgado con justicia y prohibiéndolo cuando es infundadoporque no lo merece el sencillo cumplimiento del deber, hay que buscarlos en tropas peninsuales". Las palabras de Batet dejan ver algo de animadversión y un mucho de desprecio hacia aquella oficialidad joven y emergente, por lo que tal vez deban ponerse en cuarentena, pero señalan, con indicación precisa de testigos, hechos concretos y actitudes que tampoco pueden ignorarse sin más. Como habría ocasión de contar más adelante, iba a pagar por ellas un alto precio. 
      La resistencia de los jefes del ejército de África mantuvo sumido en la indicisón a Primo de Rivera, que optó por dejarles hacer como hasta entonces con nefastas consecuencias. La falta de sentido estratético y aún una estéril refriega con los cabileñós, sin lograr erosionar el núcleo de su poderío militar, unida a la poca determinación del alto mando para variar esa estrategia, iba a precipitar un desastre de proporciones similares. 

Mola.  

 En contraste con la tranquilidad y el optimismo de que hace gala Aranguren ante los periodistas mientras comparece junto al director general reién nombrado, MOLA, que continúa aún en Madrid, está escondido y temiendo seriamente por su integridad. Permanecerá oculto varios días más, hasta su entrega a las nuevas autoridades, que junto al exministro del Ejército, Berenguer, y el almirante Aznar, lo envían a prisión en tanto se instruye la causa de sus posibles responsabilidad penales por los hechos acaecidos en los últimos dás del régimen anterior; en especial, los incidentes en torno a a facultad de Medicina. Despuués de padecer durante varios meses un encierro cuyas condiciones, según su testimonio, fueron vejatorias, tanto para él como para sus compañeros, quedó en libertad pendiente de juicico. Tras decretarse su pase a la reserva en agosto de 1932, se vió  obligado a malvivir fabricando juguetes, al tiempo que  escribiía las memorias que dió a la imprenta en 1933, merced a los oficios del librero editor Jun Bautista Bergua, un personaje de veras extrordinrio, de quién es imposible resistirse a ofrecer una mínima reseña.   

San Jurjo. Goded 

....Las consecuencias de aquellos hechos es que Azaña decide cesar a Sanjurjo al frente de la Guardia Civil , lo que no causa ningún alborozo al general, aunqeu para suavizarle el trago se le permuta el puesto por el director general del cuerpo de Carabineros, el general Miguel Cabanellas, que pasa a la dirección general de la Guardia Civil. Desde eses momento, empieza a gestarse en Sanjurjo un descontento creciente contra la República, que termina desembocando en el intento  de golpe de Estado que encabezará en Sevilla el 10 de agosto de 1932. 

      En la intentona está implicado, entre otros, el general GODED, que ha cesado mes y medio antes como jefe del Estado Mayor Central. Su cese es consecuencia de un incidente en Carabanchel con el teniente coronel Mangada, uno de los conspiradores republicando destinados en Jaca en diciembre de 1930, que se le insubordina después de que Goded cierre una aolcución con las palabras Viva eSPAÑA`.... Y NADA MÁS.   oMITIENDO EL REGLAMENTARIO VIVA A LA REPÚBLICA. DE AQUELLOS HECHOS, ASÍ COMO DEL RELEVO DE gODED, DISPONEMOS DE UN JUGOSO RELTO EN LOS DIARIOS DE AZAÑA, DEL QUE NO ME RESISTO A HACER UN EXTRACTO.  

      En la anotación del 27 de junio se lee lo siguiente: 

      A las once se presenta Goded. Hemos hablado hasta la una y media. Estaba como si tal cosa, y no parecía sospechar que hubiese incurrido en nuestro desagrado. Lo más caluroso de cuanto me ha dicho es un ataque furibundo  a Mangada ( de quien ya me habló el otro día, descubriendo una prevención a la que no di importancia entonces y que es un dato muy significativo, después del susceso de hoy); le tacha de loco, de comunista, de falso y desleal etc. Hace larga historia de sus relaciones personales: son de la misma  promoción se tutean. Psee cartas de Mangada que no quiere publicar por no perderlo en concepto de sus compañeros. Le ha hecho muchos favores. Mangada estuvo comprometido en lo de Jaca, pero es un cobarde- dice Goded-, y el día de la rebelión estuvo en mi despacho del ministerio para probar la coartada. ( Goded era entonces subsecretario). En una ocasión, habiéndole protegido para que pudiera atender a al curacón de una hija, Manga le basó la mano. Cree que es un envidioso. Lo de esta mañana ha sido una provocación, que llevaban preparada. Cuando se entera de que he destituido a los otros dos generales, pide que se le releve a él también, porque si no le dejo en mala postura. 

     -¿Con quien ?

      -Con mis compañeros. 

     - He destituido a los otros porque tenían allí mando y han producido una situación de la que deben responder. Usted estaba allí invitado, y no tiene mando. ¿Ha hecho usted algo malo ? 

     -Yo creo que no, señor ministro.   

GODED Y AZAÑA.    

   .....A continuación, Azaña indaga sobre lo ocurrido y, en particular, le pregunta a Goded por qué no ha dado el viva a la República. Goded le dice que porque creía que casi nadie lo habría contestado. A lo que Azaña le pregunta si no es republicano. Le responde el general : 

     -Siempre lo he sido. Yo he sido el único genral que le dijo al rey la verdad, antes de marcharse. Y yo fue quién le dijo a Berenguer, cuando lo de Jaca, que el país no estaba para fusilamientos. 

     Goded empieza a hablar de su persona, y me traza el cuadro de sus méritos y servicios( bien recompensados, creo yo, por grandes que sean, pues mientras sus compañeros son comandantes, o tenientes coroneles, él es general de división), de su gran prestigio en el ejército, de la enfermedd que contrajo en Marruecos, de su carrera truncada. etc. 

      Le hago notar cómo no  lo he desconocido, colocándolo en el puesto más importante. Entonces me da un poco de jabón, declara que me está agradecido, me elogia mucho, y dice que si al principio no me conocía, ahora sí, y lo proclama por todas partes. 

      Finalmente, volvió a rogarme que le quitase del cargo. Naturalmente pienso quitarle, y he de hacerlo antes de la sesión de Cortes de mañana, para que cuando me interpelen sobre lo de hoy, estén impuestas las sanciones. Pero lo que no puedo explicar es que conviene proceder con Goded de modo distintos que con los tros dos. 

     y a renglón seguido, se despacha Azaña con este suculento retrato del personaje al que durante meses ha tenido a sus órdenes, y al que en otra anotación inmisericorde ha motejado de "pedantuelo": 

      Goded es listo , inquieto y ambicioso, aunque muy cauto, y por cautela no se comprometerá abiertamente en nada; de precavido que es, no está bien con casi nadie. Sería una torpeza que yo le empujase, por la violencia, a ponerse entre los que conspiran contra la República o contra el Gobierno. Esta razón.... es la que me mueve a llevar con él las cosas de otro modo. Goded tiene amigos en el ejército, aunque  no tantos como él se imagina; en África por lo mismo, es quizás el general que tiene más enemigos en el ejército. Le acusan de intrigante, de autoritario, de cacique. Por eso él ve de ran mala gana que se revisen los ascensos por méritos de guerra; dice que ese propósito es transigir con el espíritu de las antiguas juntas de defensa ( juntas de oficiales que se opusieron al ascenso por méritos de guerra de los militares africanistas). Yo he procurado  reconciliar a ÇGoded con el régimen y con la política general de la República, empresa que no habría intentado con otros, que son simples mamotretos.  Con este hombre pequeñillo, avistpado y algo cascarrabias , el intento me parecía útil, y para mí, personalmente,de buen juego. Creía haber conseguido bastante,  me ha dejado decir por ahí el propio Goded.  Mas, por lo visto, lleva dentro reconceres inextinguibles. Lo siento porque me habría gustado utilizarlo en cuanto hubiese depuesto sus últimas reservas. De todos modos, dado el carácter del generl, no quiero desahuciarlo, ni darle un pretexto para levantar bandera, ni forzarlo, por amor propio, a que la levante. 

      .....Tenía que acabar hoy lo de Goded, y para acabarlo deseaba yo saber a fondo cómo está su ánimo. no se imaginará él nada de esto. Le avisé  sus despacho para que viniese a verme en la mañana. Procuré ponerle a sus anchas, le traté afectuosamente, le recordé cómo he procurado que me ayudase en mi trabajo y en mis planes, etctera.; el hombre se ha confesado, no sé si a pesar suyo. Estaba nervioso, un poco sofocado, a veces emocionado, procuraba ccominar las pasiones que se le salían por la boca. Mi impresión de conjunto es que lleva dentro un escorpión. Rencor, despecho, envidia, ambición frustrada, mierdo: de todo tiene. Gran descubirimiento. Le he dicho: "General, con ese ánimo no se puede vivir". 

     REncor a sus émulos o rivales, a quienes ve en candelero, y a la situación en genral, que ha siminuido el papel que antes tenían los militares. Miedo a la indisciplina de la tropa. Una vez más me ha recordado las atrocidades de los soldados rusos con sus jefes cuando triungó el bolchevismo: " Crucificaron a los coroneles", me dice con espanto. Despecho, porque si  su carrera hasta ahora es singular, ya no será teniente general, ni capitán general ( empleos suprimidos por la República), ni probablemente ministro, ni presidente del Consejo Supremo, etc. y los generales del antiguo régimen ( es decir, todos) no se resignan a que un divisionario no tenga más importancia social o política que un magistrado del Tribunal Supremo o un inspector de caminos; todos, desde la Academia, soñaban con ser virreyes. Odio contra los "extremistas" del ejército ( que suelen ser unos pobres diablos); me ha hablado también de mangada: "le corresponden seis años de prisión", ha dicho. Enconado por la revisión de empleos, que si se hiciera rajatabla le costaría descender a coronel, según dicen. Soberbia por la importancia se se atribuye: "Muchos han venido a proponerme locuras, pero gracias a Sanjurjo y a mi, no ha ocurrido ya una barbaridad en el ejército"