Como casí siempre ocurre, por un acaso, me encontré la publicidad del último libro del escritor, famoso, Lorenzo Silva. Especialmente me gustó su video de promoción en la Televisión Andaluza, que dejo pegado al final del post. Viendo alguna sinopsis y sus entrevistas me entré el gusto de lanzarme a una lectura del libro. Como el tema me atrae o me apasiona aveces, me entró en ansia de entregarme a su lectura.
Una vez finalizada esta, en un santiamén para lo lento que soy, me es grato poder divulgar que ha valido la pena. Que disfruté, aprendí y gocé con el libro. Este está trabajado, documentado y magníficamente relatado, de tal forma que ni te enteras de su lectura al meterte en el intenso mundo de la preguerra y el fatídico trienio guerra-civilista. No había leído a Silva, pero tengo que reconocer que su reconocimiento público como escritor de éxito no es gratuito, está bien ganado. En esta obra se muestra como un escritor con mayúsculas.
Andava y ando estos días y anteriores con temas de la guerra civil. De forma circunstancial me envolví en el asunto por la búsqueda de antecedentes del familiar de un amigo del que conserva ciertas relaciones con la falange en Ourense en el período de represión. No encontré de momento nada, pero el hecho de empezar a meterme en materia me ha hecho más fácil leer más libros y empaparme más del ambiente. Aunque uno cree que sabe mucho del tema, del que tal vez más se haya escrito, pues no es así. Esta puesta a punto, en la madurez, de lo que fué la España del XIX mitad del XX me está ayudando más que nunca a intentar comprender más la situación de la época, los motivos, las causas, intentar ser un poco objetivo etc. Este libro es una reflexión equilibrada contra mitos y relatos tendenciosos. Es más que nada una reflexión profunda desde los orígenes del escritor, la guerra de África y el dilema ético ante la sublevación ante la República de un militar con mucho honor y dignidad.
Tengo que añadir que realmente a partir de vídeos y lecturas sobre el desastre de Anual me metí un poco en el tema de la guerra colonical en el Rif. De ese tema si que tocaba de oído y realmente no sabía nada. Es muy importante empezar por ahí, porque de ahí surge todo lo demás. La guerra en Africa nos trajo mucha desgracia. Nos trajo a un Ejército africanista que después fué el Ejército que se subleva. Nos trajo muerte y desgracias para el pueblo que pagaba con la vida de sus hijos un servicio militar largo e injusto, pues sólo los pobres iban a la guerra. Nos trajo una dictadura y la caída de una monarquía de un Rey que estaba inmbuido en esa guerra.
la novela empieza y termina casi con la misma escena.
Goded acaba de llegar de Mallorca para hacerse cargo de la sublevación de Cataluña desde Barcelona, llama dos veces a Aranguren para cominarle e influenciarle para que se una con toda la Guardia Civil de Cataluña a la Sublevación. Aranguren contesta al telefóno delante del Director de Seguridad de la Generalitat de quién depende funcionalmente, otro militar el Capitán de Caballería Escofet. Aranguren le dice a Goded ante la amenaza de este de fusilamiento que si le fusilan habrán fusilado a un militar que ha cumplido con su deber; por el contrario si le fusilan a él será un militar sublevado contra el Gobierno. De forma paralela, Silva nos va a hablar de sus abuelos. Uno por influencia de Goded, que es su Teniente Coronel, en el Rif se hará militar; el otro, conoce en Alhucemas a Aranguren y más tarde como polícia en Madrid está a las órdenes de Aranguren que es jefe de la Policía en Madrid. Este nexo es el que conduce a narrar la historia desde la guerra colonial en Marruecos hasta la sublevación que termina primero con el sufilamiento de Goded y más tarde con la entrada de los "nacionales! en Barcelona, con el fusilamiento de Aranguren.
Pues bien, como ya hemos dicho, Silva arranca para hablar de la vida de Aranguren y la guerra civil, de Anual, Desembarco de Alhucemas, en fin la desgraciada guerra colonial con el Rif que tantos males trajo. Todo se inicia en África y sus abuelos participantes en esa guerra conocen a los principales actores de la novela (Franco, Goded, San jurjo, el propio Aranguren, Pozas, Varela etc. etc. ). Ese vínculo de la historia de sus abuelos es la historia de la España de a pie que malvive y sufre aquellos acontecimientos. Su vida es consecuencia de todos aquellos avatares que culminan en Barcelona con la heróica actuación de Aranguren con la Guardia Civil, el fusilamiento del General Goded ante el fracaso de la sublevación. Después vendrá el dominio de las masas anarquistas y revolucionarias de la gestión del ejército de la República que abocan a un fracaso anunciado como así fué. Con este fracaso llegó el juicio y fusilamiento de Aranguren.
Triste el papel de aquellos militares que permaneciendo fieles a la República se encontraron con la mala gestión, falta de autoridad, anarquismo y desorganización, viéndose frustrados o ninguneados. La derrota estaba cantada y el gran misterio es como tardó tanto en terminar aquél infierno de tres años de lucha fratricida.
Algunos párrafos del libro.
Africanistas. Batet.
.....Durante la investigación que se llevó a cabo acerca del derrumbamiento de la comandancia de Melilla en 1912 y los desastres de Anual y Monte Arruit, dirigida por el general Picasso como fiscal instructor, un muy reputado coronel, Domingo Batet, héroe conderocado de la guerra de Cuba, se despachaba en crudos términos respecto de Franco en uno de los informes elevados a sus superior, luego oportunamente desaparecido, pero conservado por la familia en vesión manuscrita y recuperado en fin por su biógrafo, el monje de Monserrat e historiador Hilari Raguer: " El Comandante Franco, del Teercio, tan traído y llevado por su valor, tiene poco de militar, no siente satisfación de estar con sus soldados, pues se pasó cuatro meses en la plaza para curarse enfermedad voluntaria, que muy bien pudiera haberlo hecho en el campo, explotando vergonzosa y desacaradamente una enfermedad que no le impedía estar todo el día en bares y círculos. Oficial como este, que pide la Laureada y no se le concede, donde con tanta facilidad se ha dado, porque sólo realizó el cumplimiento de su deber, ya está militarmente calificado".
No es el único retrato demoledor que ofrece Batet de aquella oficialidad tan glorificada por periodistas afectos, y políticamente utilizada para mantener el cuestionable sacrificio de la guerra africana:
"Algunos oficiales del Tercio y de Regulares se sienten valientes a fuerza de morfina, cocaína y alcohol; se baten, sobre todo los primeros, en camelo: mucha teatralidad, muhco poderar los hechos y mucho echarse para atrás la desbandada cuando encuentra verdadera resitencia. El teatro payaso Millán Astray, que tiembla cuando oye el silbido de las balas ( el coronel Serrano Orive del 60 y el general don Fedeerico Berenguer pueden dar fe de ello, si quieren estar bien con su honor y su conciencia) y rehuye su puesto y explota de la manera más inicua una herida que en cualqueir otro habría sido leve y, por condescendencia de un médico, llega a ser grave y le cuesta al Estado 9.135.000pesetas. El comandante Sánchez Recio puede hablar de esto, pues fue testigo presencial de escenas verdaderamente cómicas".
Tampoco es muy halagueña, aunque resulta algo más respetuosa, su opinicón acerca del general José Sanjurjo, llamado a liderar finalmente ala campaña, y de quien dice: "Se bate, es valiente y nada más; disposición como organizador y ejericio de sus deberes como militar, completamente nulo, y el mando sin dotes organizadores". Y como resumen de sus apreciaciones, concluye: "Los milites de verdad, los que sienten la profesión alharacas, sin teatralidad, cumpliendo sus dweberes, seriamente, amantes del soldado, posponiendo su propio bien al de los demás, no buscando el aplauso pero sabiéndolo agradecer cuando es otorgado con justicia y prohibiéndolo cuando es infundadoporque no lo merece el sencillo cumplimiento del deber, hay que buscarlos en tropas peninsuales". Las palabras de Batet dejan ver algo de animadversión y un mucho de desprecio hacia aquella oficialidad joven y emergente, por lo que tal vez deban ponerse en cuarentena, pero señalan, con indicación precisa de testigos, hechos concretos y actitudes que tampoco pueden ignorarse sin más. Como habría ocasión de contar más adelante, iba a pagar por ellas un alto precio.
La resistencia de los jefes del ejército de África mantuvo sumido en la indicisón a Primo de Rivera, que optó por dejarles hacer como hasta entonces con nefastas consecuencias. La falta de sentido estratético y aún una estéril refriega con los cabileñós, sin lograr erosionar el núcleo de su poderío militar, unida a la poca determinación del alto mando para variar esa estrategia, iba a precipitar un desastre de proporciones similares.