Recordando el caso de Dolores Vázquez.
Recordando: Romano 12 años en la cárcel por violación. Error judicial.
Cuando estudiaba Derecho y cuanto más avanzaba en el conocimiento del mismo, más aumentaba mi miedo a la mala praxis de la ley o a la injusticia. Tal vez ahí esté la parte noble de la vocación de jurista o abogado. Querer ayudar o ser el instrumento de la lucha contra la mole de poder que es la justicia, entendiendo en su conjunto al poder represor del Estado.
Siempre creí y afirmé que lo peor para la sociedad del mundo de la delincuencia, no son los delincuentes. Lo peor es tener policías delincuentes o corrompidos. La presunción de veracidad y el poder que tiene un atestado policial es tremendo, es una losa encima en el caso de un ciudadano inocente.
Le he tenido y le sigo teniendo miedo a la corrupción o a la negligencia policial y judicial. Me da lo mismo error que negligencia cuando ambos llevan al mismo nefasto fin. El poder policial es muy fuerte y con presunción de veracidad. Pero aún lo es más el poder judicial que interpreta, vigila la actuación policial y da sentencias y tomasmedidas de coerción. De la actitud de un juez negligente, ya no digo nada de un corrupto, que no tenga el celo profesional o ética necesarias propio de un instrumento de la justicia estatal, se derivan para la sociedad males irreparables.
¿Qué cosa más terrible puede ocurrirte en la vida que te acusen de un delito muy grave y que seas impotente ante la maquinaria judicial y ante la sociedad de demostrar tu inocencia? Las puede haber peores, y las hay, pero a esto le llega bien. Quién puede resarcir un año, dos, doce de cárcel ante una condena injusta. Nadie. Y es que realmente se anula ya la conciencia, la personalidad y el ser propio de una persona que en muchos casos llega a creerse de forma paranoica que realmente él está equivocado. Y qué decir del honor, de la fama, de la imagen ante la sociedad en general y en particular a la gente que se conoce de círculos cercanos.
Que nadie piense que este es un alegato contra la justicia o a favor del delincuente. Todo lo contrario. La justicia, el Estado de Derecho, el control de la represión y la fuerza del Estado son un bien jurídico y base fundamental del Estado de Derecho y de la Democracia. Creo en el orden, la seguridad, el cumplimiento de la Ley. Esto es un alegato contra la negligencia de los encargados de administrar justicia y utilizar la fuerza que el Estado detenta en nombre de los ciudadanos para mantener la ley y el orden. La Justicia y la utilización de la fuerza policial se aplican en nombre del Estado al cual en nombre de un ficticio "contrato social" cada ciudadano entrega su cuota de libertad para que nadie aplique la justicia por su cuenta ni la venganza. Es más o menos algo así, que evitaría la ley de la selva. Cuánto mejor justicia y mejor policía tiene una sociedad organizada, mejor se puede desarrollar la vida de la gente. La seguridad es un valor fundamental, Derecho fundamental, y objetivo primario de cualquier estado para facilitar la felicidad, el desarrollo y la vida de sus ciudadanos. Pues ese y no otro es el objetivo de cualquier Estado.
La ley está para proteger al ciudadano. Una mala aplicación del Código Penal es como utilizar la delincuencia contra el propio ciudadano.
Los casos arriba citados, como tantos se dan desgraciamente en todo el mundo, son truculentos y terribles. El mundo judicial internacional está y estuvo lleno de errores , negligenciasy malas praxis que llevan incluso, en un país como Estados Unidos, injustamente al corredor de la muerte.
La tecnología y los medios forenses de hoy en día dan unas posibilidades impresionantes para disminuir el margen de error, pese a todo, como vemos en el caso de Romano van der Dussen, la maquinaria judicial, lenta, insensible, orgullosa en el reconocimiento de sus propios errores tarda en agilizar la liberación de un inocente.
El Caso de Dolores Vázquez nos dejó en su día paralizados e impotentes, ante tanto desastre. La presión mediática y política ante unas violaciones y muertes en una zona de España mediatizó la actuación de una policía, un fiscal incompetente y por ende una sentencia de un jurado popular. La pantomima estaba servida y la opinión pública aplaudiendo a rabiar porque se había hecho venganza, porque el sistema funcionaba. Todos felices. Por encima Dolores Vázquez era lesbiana, ex amante de la madre de la víctima, tenía un "carácter hosco", era gallega con un carácter introvertido en el variopinto ambiente andaluz. Todo ello le daba boletos para tener el perfil suficiente para ser capaz de con saña, alevosía, nocturnidad y lo que quiera, asesinar a Rocío Waninkof.
Lo de "gallega" de carácter extraño, no es un invento floral que se añada en este comentario. No, es un argumento de la fiscalía aportado delante de un Tribunal de Jurado Popular. La presunción de inocencia tirada al cubo de la basura en aras de la imagen de las televisiones sensacionalistas de la mañana. El Príncipio de "in dubio pro reo", no há lugar.
¿Es posible esto? ¿Puede ser verdad que una persona que llega a fiscal, después de una oposición, unos estudios jurídicos, una experiencia y formación, pueda decir eso en el estrado?
¿Es posible que tanto nivel de populismo arrastre a una persona preparada a considerar que el ser gallega es ya una posibilidad que puede conducir a cometer un asesinato? ¿No representa al Estado, que defiende a todos los ciudadanos, incluidos los gallegos, la figura del Fiscal, que defiende ante nada que se cumpla la Ley?
Qué decir del atestado policial realizado, según se supo, por un superagente de la Guardia Civil que había actuado ya en varios casos mediáticos. En todos sus mediáticos casos anteriores se descubrió su "modus operandi" de ser expeditivo, rápido, en ir a un objetivo que él considera y buscar pruebas como "sea". Un Sherlock Holmes , castizo, de aquí, que lo resolvía todo, fuese como fuese. Tiene varios felicitaciones y condecoraciones por sus éxitos investigadores. Lo importante era resolver el caso, buscar un culpable y tener una buena carrera profesional.
Para descargar del sistema y de la Justicia tanta oprobio veamos la parte positiva que llevó a por una casualidad descubrir gracias a la prueba de ADN al verdadero culpable. La misma solución para los dos casos citados, sólo que Romano tardó doce años en ver la luz y Dolores dos. Ambos con la vida destrozada. Pensando en positivo, digamos, que gracias a vivir en un Estado de Derecho tenemos la posibilidad de llegar alguna vez a la verdad y resarcir, dentro de lo posible, el daño. ¿Qué complicado debe ser eso en países, que no quiero citar, y en donde el cumplimiento de los derechos humanos y fundamentales tiene mucho que ver con la clase social y el dinero que tenga el individuo?
Hay esperanza.El sistema funciona y el factor humano de funcionarios estatales de la Justicia y Cuerpos Y Fuerzas de Seguridad es fundamental. Optimismo antropológico. La vigilancia y la crítica y catarsis social para estos casos es muy importante. Pues, estoy convencido, que cualquiera puede ser Dolores Vázquez. Que es una cuestión de suerte.