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domingo, 31 de enero de 2021

Notas soltas : Alrededor de la pandemia, su gestión, las fakes news y la unidad en la tempestad. IV

 

    El 21 de diciembre 2020, escribiamos el III post sobre la pandemia. 

     En Noviembre hablabamos también en plea segunda ola , con el post II

     Siguiendo el hilo argumental del 15 de abril, escrito en pleno confinamiento estricto, y como continuación al mismo título en su parte II, 

  

   

     Hemos hablado y comentado poco en este blog sobre la pandemia. Este es el IV post. No he querido monopolizar el tema, sobre todo en el apartado informativo de datos y opiniones científicas, ya que no es el objetivo de este blog. He querido opinar en momentos puntuales, sobre todo desde una visión social y de comportamiento político y actitud de la sociedad, ante un fenómeno nuevo que exige entrega, cohesión social, generosidad, paciencia y trabajo. En el fondo se trata de salvar vidas y de salvar nuestra forma de vida. El tema, es de mucho calado, no es ninguna novedad decirlo.            

      Opiné el 15 de abril, en pleno confinamiento total que hicimos de dos meses. Experiencia única y novedosa para todos, nunca lo hubiera imaginado. Era un momento de vivencias y de una sociedad entregada a una causa. A la vez asistíamos a los bochornosos espectáculos rateros para prolongar el estado de alarma que el  Gobierno tenía que mendigar cada quince días. Espectáculo bochornoso que n me cuesta olvidar y pensar cómo se podía actuar así. 

       En Noviembre en plena segunda ola, di una ligera opinión sobre la cruda realidad que volvíamos a tener, después de las esperanzas de un verano casi normal. 

        En diciembre, dije lo que todos decíamos, van a venir unas navidades, pero bueno hay que arriesgar, no creo que sean demasiado grave. 

        LO SIENTO, ha sido demasiado grave. Hoy estamos a 1 de Febrero, inicios de año y en plena tercera ola. La cual  está en su pico más alto, ojalá, y que anda desatada como nadie hubiera esperado. Más allá de la llamada cepa inglesa, más contagiosa según dicen, o causas que nadie sabe, el caso es que la situación está fatal, estamos en un momento de impasse, con el ánimo de que las medidas que estamos tomando pongan un frenazo en la expansión.

      Las cifras, los datos, los porcentajes, no pueden ser peores. No se salva nadie. Ni el que decía que había tomado medidas muy buenas, el que se halagaba asimismo con su gestión, el que en la segunda ola tenía unos datos maravillosos, ni ese puede levantar la cabeza. Nadie puede levantar la cabeza. Y no vale la pena hacer política continuamente encumbrándose en las épocas de bonanza, porque no sirve de nada. No hay color político, no hay sociedad más organizada que otra. Portugal era un milagro en la primera ola, Alemania tenía un gran control, Inglaterra se permitía el lujo de no tomar medidas. Hoy son los peores. Y así podíamos poner ejemplos que lo único que nos dicen es que el virus domina la situación, volvimos todos a caer en la trampa y sólo con medidas muy fuertes podemos volver  a los datos positivos.  

      Sea como fuese, concluyamos que hoy estamos mal, muy mal. Ahora mismo la tendencia marca empeoramiento, o sea más casos de contagios a la luz y más UCIS llenas. La esperanza, es que de aquí a finales de febrero con dura disciplina en la convivencia y la relación social, tengamos dominado esto.

     ¿Lo conseguiremos? Creo que sí, no obstante tengo una duda: Ahora parece que estamos en fatiga pandémica, parece que queremos pero que a la vez no podemos y que nos falta la pulsión social precisa de abril y marzo. Dudas aparte veo en el ambiente social unas ganas, salvo excepciones, de entre todos romper la cadena y parar los contagios. Lo conseguiremos. 

      Acerca de como fué ,o siguió siendo,  el comportamiento de los agentes sociales, nada que añadir a lo dicho en los antecedentes a otros post. El comportamiento de los sanitarios, trabajadores, militares, hosteleros, ciudadanos en general es magnífico, como siempre dejemos atrás las excepciones. 

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      Sobre elcomportamiento de los actores políticos, los comentarios serían redundar en lo dicho también en anteriores post. Una decepción y una tristeza los comportamientos de parte de las opciones políticas. El Gobierno creo que se ha mantenido bien en su posición, templando el ambiente, dando normas y actuando como garante de la gobernanza. Es lo que veo. Me horrorizan ciertas opiniones de partidos que hacen oposición porque sí, con argumentos de poco fundamento con el objetivo de hacer ruido, sentirse presentes y desgastar al que gobierna. Ya dije que eso puede valer en una situación normal, en medio de una pandemia, me escandaliza y me da miedo. Hemos aprendido mucho, o nos hemos quitado el velo de la ingenuidad ya en el primer confinamiento cuando el gobierno  tenía que ir al parlamento cada quince días y pedir una prórroga de algo esencial como era el Estado de alarma para poder confinar a la ciudadanía. De aquel espectáculo, hablamos amplio en  mi primer post. 

      Seguimos pensando que la política podía ahorrarse algunos espectáculos y ocurrencias personalísimas que no tiene su sitio en esta situación. Menos mal que muchas quedan en el olvido y la máquina de la Sanidad Autonómica funciona en todas partes, en general bien, salvando como es lógico las circunstancias  naturales. 

     

       

               

lunes, 21 de diciembre de 2020

Notas soltas : Alrededor de la pandemia, su gestión, las fakes news y la unidad en la tempestad. III

 

      Siguiendo el hilo argumental del 15 de abril, escrito en pleno confinamiento estricto, y como continuación al mismo título en su parte II, 

     Diré que estamos en Diciembre ya muy cerquita de la Nochebuena y esta es nuestra situación. Hemos mejorado con respecto al anterior post de uno de diciembre.Quién ha empeorado es el resto de Europa. Ahora mismo estamos en una situación de incertidumbre. Aunque las cifras y datos de contagios y muertes,  no son tan malos como Alemania, inglaterra, Italia, Holanda y otros países europeos, nos encontramos con la inseguridad y la incertidumbre del que pasará o que nos puede pasar, como si no fueramos dueños de nuestro destino frente al virus. Fuimos los peores al inicio de la segunda ola y podemos volver a serlo. Todo el mundo habla de una tercera ola, eso sí esa  ola puede evitarse, pero en con la mentalidad del resignado, creemos que no va a ser así, parece como si asumieramos que lo peor va a volveer ocurrir. 

      ¿Será que falta unidad en la tempestad en cuanto a las élites gobernantes, y que la infantería ciudadana lo percibe?

      Las autoridades nos aseguran que estamos ante un momento crucial que son las navidades, fechas tan proclives al movimiento de gentes de diferentes partes, con largas horas de reuniones familiares, de contacto físico entre convivientes y no convivientes etc. Todo son factores que unidos  pueden dar lugar a la tormenta perfecta en lo que respecta a contagiar y transmitir el virus. 

      Las autoridades, como es lógico,  insisten y promulgan normas y normas para,  por un lado ser "influencers" en la mentalización de la gente de que cada uno debe responsabilizarse y colaborar en la no propagación, por el otro lado se normativiza a veces lo obvio pero para curarse en salud por aquello de que y tu que hiciste para evitar esto. Se legisla a todos los niveles, incluso se legisla contra el otro, o contra la norma del otro, lo cual ya es de sainete. Sería para llorar, pero es mejor reir. 

      De una manera o de otra, estos son los mimbres con los que hay que hacer cestos, y con el optimismo necesario pensamos que algo o mejor mucho se conseguirá sin duda, si hacemos caso a nuestros queridos dirigentes. Al final todo depende del ciudadano de apie, y ya demostró en el confinamiento y lo sigue demostrando su disciplina, su trabajo y seriedad ante las normas. Estos, nosotros, siempre salvaremos la situación porque nos salvamos a nosotros mismos. 

      Nos aprieta la certeza de que va a ver una tercera ola y que Europa está peor que nosotros. Alemania ha ya ordenado un confinamiento severo para las navidades, Italia igual, Inglaterra  lo mismo.Aquí al rebufo de su ejemplo se empezaron a endurecer algo las medidas, poco eso si, porque el complejo que le han metido al Gobierno central de dictador, poco garante de la libertad etc. ha producido un acojone general político que se percibe en el ambiente. O sea,  aquí todo el mundo navega como puede y nadie se quiere mojar. De aquellos vergonzosos polvos de las sesiones parlamentarias del estado de Alarma hemos llegado aquí, y el campamento ya está montado. De aquellas luchas titánicas por derribar un gobierno "ilegítimo" en plena pandemia hemos pasado por una absurda moción de censura, se han aprobado los PGE, y aquí estamos. Mejor que antes, ya que los enemigos de la unidad en la tempestad, han bajado el nivel de presión y aunque sigan en el "no", han asumido ciertas realidades. Creer para ver.  En fin ,sea como fuere todas las medidas que se tomen aquí es probable que  tengan sus frutos. Seguimos en toque de queda,( impuesto a imitación de Francia, que dirían aquí si llega a ser idea del presidente del Gobierno, no quiero imaginarlo),  la gestión autonómica es variopinta sobre horas de cierre de ocio y actividad en nochebuena y fin de año. En general todo el mundo ha tomado medidas restrictivas, intentando o jugando con la apertura y el cierre para no asfixiar del todo a la hostelería. El comercio funciona al completo en todos los lados, los colegios, en fin la via en general. 

      La gestión del control y normas sociales, aparte de la sanitaria,  sigue siendo autonómica. El Gobierno estatal ha dado unas normas genéricas y coordina en la conferencia sectorial con las autoridades autonómicas,  las normas de las distintas comunidades. Una forma de gestión muy lenta y complicada, me recuerda la "codecisión" de la lalegislación europea entre Parlamento, Comisión, Consejo. Se nota que el Gobierno ha optado por esta vía ya que  se ha quemado en el confinamiento del Estado de Alarma que  tenía que porrogar cada quince días y  ha optado por esta forma de gobernar, que cada autonomía legisle y gestione. Cierres perimetrales más flexibles, apertura y cierre de centros y negocios,  según entienda cada Gobierno autonómico. Mi discrepancia al respecto es total, no creo que haya mejorado o servido para un mayor control de la pandemia esta forma de co-gobernanza. Se confunde el funcionamiento administrativo y de gestión del Estado Autonómico con  la gestión eficaz y centralizada que, como ya dijimos en el primer post, exige una situación extraordinaria como es una pandemia.En este caso el complejo de centralismo nos hace pagar algunas facturas.  Creo que se pierden energías, se crea confusión normativa, se hace política a través de la pandemia. Por supuesto se pierde una ocasión excepcional de centralizar esfuerzos coordinados, sin el menoscabo de la gestión directa de la sanidad autonómica. Creo que es un grave error y una oportunidad perdida, dicho por alguién que suscribe  y cree en el Estado Federal, en  la España plurinacional y que alaba la gestión autonómica.Pero eso no quita en absoluto que se puede ser todo lo independendista que sea o nacionalista pero creer que al convivir en un Estado, hay ciertas cosas de interés que deben ser llevadas a cabo por el  Gobierno de España y esta es una de ellas. No hemos aprendido nada y podíamos haber aprendido que hay ciertas cosas que es necesario que tengan un tratamiento también centralizado, así en una estado de cuarenta y cuatro millones de personas podía haber una cartilla sanitaria conjunta, unas normas coordinadas de muchos sectores administrativos, una expedición de títulos centralizada y más cosas que ahora no es el momento de citar. Resumiendo un verdadero federalista o plurinacionalista tiene que dar el salto a pensar que a la par que se defiende la nación o región que sea del Estado es necesario fortalecer en muchas facetas ese mismo Estado desde la lealtad, príncipio básico del sistema federal. Eche un vistazo a  Alemania.

      No hemos mejorado en la lealtad , ni en la gestión de la pandemia. Se hace política con la pandemia. La Comunidad de Madrid es un ejemplo nefasto de gestionar pensando en contraponerse al Gobierno central, empeñada en hacer de correa de transmisión de la política de oposición del Partido Popular. Es una gran verguenza y una muy mala conducta política. Detrás de la bandera de España en todos los actos realizan acciones más nacionalistas que las que no se atrevió Torra ha realizar en Cataluña o el PNV en el País Vasco. Es muy mala la actitud chulesca que da al resto de España la autonomía más rica,  que  lo  es por el efecto económico subcionador que le da el ser capitalidad del Estado.  

      Esperando a que no llegue la famosa tercera ola, que mantengamos el tipo y en espera de la VACUNACION, que comienza el 27 de este mes, esperemos ir venciendo esta situación que se nos está haciendo muy dura como país y como ciudadanía. La esperanza, el ánimo y la unión de los ciudadanos son la esperanza contra un erial de políticos de corto recorrido, y no me refiero al Gobierno en absoluto, sino a la melé de fabricantes de "fake news" y de discursos cortoplacistas, mentirosos y destrucivos. 

       Alea  jacta est.

Notas soltas : Alrededor de la pandemia, su gestión, las fakes news y la unidad en la tempestad. II

     


  El 15 de Abril escribía un largo post en pleno confinamiento por la pandemia del Covid 19. 

Estamos en noviembre, han pasado site meses y muchas cosas, tal vez sea  el momento, de retomando la reflexión hecha hace tanto tiempo, de ver como ha ido el asunto relacionado con la pandemia y como vemos el futuro. El post del 15 de abril lo escribí en pleno confinamiento de la llamada primera ola del virus. Ahora para centrarnos estamos en la anunciada entonces segunda ola. Comenzaré por decir que el ámbiente social no es ni  mucho menos el mismo de Abril, tampoco mejor, pero si distinto. 

      Estamos viviendo la segunda,y anunciada segunda oleada. Los casos son menos que en la primera, las UCIS están más preparadas, se hacen más tests, la población se autoexige más, está generalizado y asumido el uso permanente de la mascarilla. No obstante, siguen habiendo muchos casos de contagio, la desescalada se hizo muy precipitada y a lo loco, coincidiendo que era verano y con la llegada del Otoño se generalizó el contagio en toda Europa a niveles altos. 

     Las medidas de control de la pandemia son muy variadas y diferentes del primer confinamiento. En aquellas fechas hubo un duro aislamiento y plan de choque de la población que consiguió doblegar la curva de contagio.  Aquél primer confinamiento generalizado en toda España, fué modélico y fue en aquél ambiente nacional en que escribí mi reflexión al respecto y que he citado al inicio. Hoy  se ha optado por un sistema de descentralización de medidas que van desde el confinamiento parcial a ciertos controles que afectan al derecho de libre circulación y de reunión. En base a una ratios de contagio y saturación del sistema público de Salud, las comundiades autónomas dictan normas para todo su territorio o para áreas o zonas comarcales que consideran necesario. La actividad económica y la enseñanza funcionan casi con normalidad. Dependiendo de que zona se ciñen más las medidas al control de la hostelería y el turismo y transportes. La enseñanza funciona con normalidad, salvo excepciones. Estos dos factores citados dan evidentemente otra imagen de movimiento en la sociedad que  faltó en el primer confinamiento. 

      Se ha querido, con buen criterio, tratar de combinar economía y salud,haciendo de la autodisciplina  y mentalización de la sociedad una base de lucha contra el contagio. Eso si, cuando es necesario se han cerrado bares en el interior, posteriormente también terrazas, se ha prohibido las reuniones de no  convivientes etc.  

      En resumen, seguimos en plena ola de contagios tal que si bajamos socialmente la guardia es probable que caigamos en la calamidad social al colapsarse el sistema de salud. El frió aumenta la probabilidad de contagio.

      

      

miércoles, 25 de noviembre de 2020

Información jurídica. Que las mascarillas sean obligatorias. ¿Es o no Constitucional? . El Supremo lo deja claro. SI.

Una médica muestra con humor cómo ponerse la mascarilla: "Estaba harta de  ver a la gente usarla mal"- NIUS

Sentencia del Tribunal Supremo que deja clara la contitucionalidad de la obligatoriedad del uso de las mascarillas. Tal y como el ejecutivo ordena. Evidentemente llegan los discrepantes de que si en lugar cerrado si, en abierto no, que si la OMS dijo o recomendaba su no uso, que si el Gobierno antes dijo A y ahora dice Z. En fin, cansaditos estamos algunos de tanto listo. Ya me he escrito sobre este tema en el blog,  de que ante una situación como esta no se puede dar rienda suelta a opiniones de todo tipo que muchas veces se apoyan sólo en el yoismo. En la tormenta sólo queda unir fuerzas y seguir al que le toca liderar, en este caso al ejecutivo. 

      El Supremo lo deja claro, y da igual que el Gobierno se equivocase antes o no, cuando se toma una medida para defender la vida, entra en eficacia el art. 15 de la C.E. , que consagra el derecho a la vida y la salud de los españoles. Bien sabemos que en la aplicación de los Derechos fundamentales se puede entrar en colisión entre varios, pero para ello están las reglas de  valoración racionales y la doctrina de los Tribunales. Entre el derecho a la libertad individual, el derecho a la libre circulación y el derecho a la vida y a la salud, cuando es evidente que las medidas se toman para defender esta, no cabe duda la opción a elegir. 

      Esto es  una pequeña introducción para reflejar aquí el magnífico post de J.R. Chaves, en el blog "de la justicia", donde lo explica muy bien. Al mismo tiempo si tenemos tiempo podemos leer la a Sentencia núm. 1.569/2020 de la Sala Cuarta de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo. 

         Esto tal vez sea muy oportuno ahora que se avecina la vacunación del COVID-19, ¿será obligatoria? . En esta sentencia pueden encontrarse bases de doctrina jurídica para su obligatoriedad en tanto habrá muchos detractores que se opondrán a la misma. 

viernes, 2 de octubre de 2020

Pongamos que hablamos, de pandemias, en Madrid.

 




Elisa de la Nuez en el blog  "Hay Derecho", nos traza con claridad la situación jurídica decretada por el Gobierno después de oido el Consejo Interterritorial. Madrid no está por lo visto de acuerdo. Sólo un apunte en París con una ratio de afectados 200 por 100.000 habitantes se han  decretado medidas de control y restricción de movimientos con estado de alarma vigente. Aquí el problema está  considerar que son muchos 500 afectados por 100.000 habitantes para tomar medidas como las que pretende el Ministerio de Sanidad. 

      Pasen y vean, esto es maravilloso, empieza la función. Que pena señor. Si uno fuera mal pensado  concluiría que a alguien le interesa agitar el fuego de la confrontación, mientras calienta una receta mágica contra el virus. De ahí la ilustración de esa lareira galega con sus potes .

Esta es la pregunta que nos hacemos la mayoría de los ciudadanos al menos los de Madrid de cara a este fin de semana. Y la pregunta desde luego tiene su miga. ¿Cómo es posible que no lo sepamos a estas alturas con un mínimo de certeza?

Pues básicamente porque sigue el esperpento de la lucha política partidista a costa de nuestra salud -por no ponernos trágicos y hablar de nuestras vidas- con declaraciones y contradeclaraciones de los Hunos y los Otros. Mientras tanto, quizás más que en lo que dicen hay que hacerse en lo que hacen nuestros gobernantes, aunque cuesta a estas alturas darles ese nombre, porque si algo brilla por su ausencia en estos días es la gobernanza. Y lo que han hecho ha sido reunir al Consejo interterritorial de Salud, que constituido -según la web del Ministerio de Sanidad-en abril de 1987 está formado, según la Ley de Cohesión y Calidad del Sistema de Salud, por el Ministro de Sanidad y Consumo, y por los Consejeros competentes en materia de sanidad de las Comunidades Autónomas y Ciudades con Estatuto de Autonomía. Asisten además a las sesiones plenarias, con voz y sin voto, el Subsecretario de Sanidad y Consumo y el Director general de Ordenación Profesional, Cohesión del Sistema Nacional de Salud y Alta Inspección.

Esta había sido una petición, a mi juicio más que procedente, de algunas CCAA para intentar evitar los problemas puestos de manifiesto por ejemplo entre la Comunidad de Madrid y el Ministerio de Sanidad, incapaces de alcanzar un acuerdo sobre los indicadores (es decir, criterios técnicos y objetivos de tipo epidemiológico) determinantes para adoptar una serie de medidas restrictivas como las que estuvieron vigentes durante la desescalada. Se trataba en esta reunión por tanto de conseguir dos cosas: de adoptar criterios objetivos por consenso (lo que tiene toda la lógica en una pandemia que no entiende de territorios ni, aunque esto parece que nuestros políticos no lo entienden, de luchas partidistas) y con carácter previo, es decir, que no hay que discutirlos “a posteriori” de uno en uno, de manera que tanto si están ya en esa situación como si no lo están o no llegan a estarlo,  las CCAA consideran que son los indicadores que hay que tener en cuenta a la hora de adaptar las medidas de que se trate.

¿El resultado? Pues que no ha sido posible el consenso y varias CCAA, entre ellas Madrid, han votado en contra. Lo que no es óbice para que el acuerdo se haya considerado aprobado, al parecer.

Formalmente es importante destacar que este acuerdo no es una Orden Ministerial, como se oye decir, ni tampoco una resolución sin más de la Secretaría de Estado (lo único que hace la Secretaría de Estado es darle publicidad y transparencia al acuerdo limitándose a publicarlo. Es, en resumen, el resultado del consenso (o de su falta) alcanzado por la denominada Comisión interterritorial del Sistema Sanitario de Salud, todo ello al amparo de lo dispuesto en el art. 65 de la Ley de Cohesión y calidad del Sistema Nacional de Salud.

Establece dicho precepto que en su párrafo 1º que: “ La  declaración de actuaciones coordinadas en salud pública corresponderá al Ministerio de Sanidad y Consumo, previo acuerdo del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, con audiencia de las comunidades directamente afectadas, salvo en situaciones de urgente necesidad, en cuyo caso se tomarán las medidas que sean estrictamente necesarias y se le informará de manera inmediata de las medidas adoptadas.

  1. La declaración de actuaciones coordinadas obliga a todas las partes incluidas en ella y deberán encuadrarse en alguno de los supuestos siguientes:

1.o Responder a situaciones de especial riesgo o alarma para la salud pública.

2.o Dar cumplimiento a acuerdos internacionales así como a programas derivados de las exigencias de la normativa emanada de la Unión Europea, cuando su cumplimiento y desarrollo deba ser homogéneo en todo el Estado.”

Para la realización de las actuaciones coordinadas podrá acudirse, entre otros, a los siguientes mecanismos:

  1. a) Utilización común de instrumentos técnicos.
  2. b) Configuración de una Red de Laboratorios de Salud Pública.
  3. c) Definición de estándares mínimos en el análisis e intervención sobre problemas de salud.
  4. d) Coordinación de sistemas de información epidemiológica y de programas de promoción, protección de la salud, prevención y control de las enfermedades más prevalentes, cuando sus efectos trasciendan el ámbito autonómico.”

Por tanto, no cabe duda de que estamos ante este supuesto. Incidentalmente hay que señalar que por RD 21/2020 de 9 de junio (disposición final 2.2) se añadió un artículo 65 bis relacionado con la aportación de información al Ministerio de Sanidad en situaciones de emergencia para la salud pública.

domingo, 14 de junio de 2020

Faladoiro. Henry Kissinger. La pandemia del coronavirus transformará para siempre el orden mundial

La pandemia del coronavirus transformará para siempre el orden mundial

Henry Kissinger, autor de esta columna. (Reuters)

 Artículo de Henry Kissinger
The Wall Street Journal

Desde la Batalla de las Ardenas, fuimos a un mundo de creciente prosperidad y una mayor dignidad humana. Ahora vivimos en un momento que definirá una época. 

La atmósfera surrealista de la pandemia del Covid-19 me recuerda cómo me sentí de joven en la 84ª División de Infantería durante la Batalla de las Ardenas. Ahora, como a finales de 1944, hay una sensación de peligro incipiente, dirigido no a una persona en particular sino golpeando al azar y con devastación. Pero hay una importante diferencia entre esa época lejana y la nuestra. La resistencia americana de entonces estaba fortalecida por un propósito nacional final.
Ahora, en un país dividido, es necesario un Gobierno eficiente y con visión de futuro, para superar unos obstáculos sin precedentes en su magnitud y en su alcance mundial. Mantener la confianza en las instituciones públicas es crucial para la solidaridad social, para la relación de las sociedades entre sí y para la paz y la estabilidad internacionales.

Las naciones se cohesionan y prosperan en la creencia de que sus instituciones pueden prever la calamidad, detener su impacto y restaurar la estabilidad. Cuando la pandemia del Covid-19 termine, se percibirá que las instituciones de muchos países han fracasado. El hecho de que ese juicio sea objetivamente justo es irrelevante. La realidad es que el mundo nunca será el mismo después del coronavirus. Discutir ahora sobre el pasado solo hace más difícil hacer lo que se debe hacer.
El coronavirus ha atacado con una escala y una ferocidad sin precedentes. Su propagación es exponencial: los casos en EEUU se duplican cada cinco días. En el momento de escribir esto, no hay cura. Los suministros médicos son insuficientes para hacer frente a la creciente oleada de casos. Las unidades de cuidados intensivos están a punto, e incluso más allá, de verse desbordadas. Los test no nos sirven para la tarea de identificar la extensión real de la infección, y mucho menos para revertir su propagación. Una vacuna exitosa podría estar a 12 o 18 meses de distancia.
El Gobierno de los Estados Unidos ha hecho un buen trabajo para evitar una catástrofe inmediata. Pero la prueba definitiva llegará cuando veamos si la propagación del virus puede ser detenida y luego revertida de una manera y a una escala que mantenga la confianza del público en la capacidad de los americanos de gobernarse a sí mismos. El esfuerzo de la crisis, por muy vasto y necesario que sea, no debe desplazar la urgente tarea de lanzar una iniciativa paralela para preparar la transición al orden poscoronavirus.

Los líderes están lidiando con la crisis desde una perspectiva principalmente nacional, pero los efectos corrosivos que el virus tiene en las sociedades no conocen fronteras. Si bien el ataque a la salud humana será —esperemos— temporal, la agitación política y económica que ha desencadenado podría durar generaciones. Ningún país, ni siquiera los Estados Unidos, puede, en un esfuerzo puramente nacional, superar el virus. La atención a las necesidades del momento debe ir unida en última instancia a una visión y un programa de colaboración global. Si no podemos hacer ambas cosas a la vez, nos enfrentaremos a lo peor de cada una.

Si sacamos lecciones del desarrollo del Plan Marshall y del Proyecto Manhattan, los EEUU están obligados a realizar un gran esfuerzo en tres ámbitos. Primero, reforzar la resistencia global a las enfermedades infecciosas. Los triunfos de la ciencia médica —como la vacuna contra la polio y la erradicación de la viruela, o la emergente maravilla estadístico-técnica del diagnóstico médico a través de la inteligencia artificial— nos han llevado a una peligrosa complacencia. Necesitamos desarrollar nuevas técnicas y tecnologías para el control de infecciones y también vacunas adecuadas para ser aplicadas de forma masiva. Las ciudades, los Estados y las regiones deben prepararse constantemente para proteger a su población de las pandemias mediante el almacenamiento, la cooperación en la planificación y la exploración en las fronteras de la ciencia.

En segundo lugar, esforzarse por curar las heridas de la economía mundial. Los dirigentes mundiales han aprendido importantes lecciones de la crisis financiera de 2008. La crisis económica actual es más compleja: la contracción desencadenada por el coronavirus es, en su velocidad y escala global, diferente a todo lo que se ha conocido en la historia. Y las medidas de salud pública necesarias, como el distanciamiento social y el cierre de escuelas y empresas, están contribuyendo al sufrimiento económico. Las medidas que se adopten también deben tratar de mejorar los efectos del caos que se les avecina a las poblaciones más vulnerables del mundo.

Tercero, salvaguardar los principios del orden mundial liberal. La leyenda fundadora del gobierno moderno es una ciudad amurallada protegida por poderosos gobernantes, a veces despóticos, otras veces benévolos, pero siempre lo suficientemente fuertes para proteger al pueblo de un enemigo externo. Los pensadores de la Ilustración reformularon este concepto, argumentando que el propósito del Estado legítimo es proveer las necesidades fundamentales del pueblo: seguridad, orden, bienestar económico y justicia. Los individuos no pueden asegurar estas cosas por sí mismos. La pandemia ha provocado un anacronismo, un renacimiento de la ciudad amurallada en una época en que la prosperidad depende del comercio mundial y el movimiento de personas.

Las democracias del mundo necesitan defender y mantener sus valores de la Ilustración. Un retroceso global del equilibrio entre el poder y la legitimidad hará que el contrato social se desintegre tanto a nivel nacional como internacional. Sin embargo, esta problemática milenaria entre la legitimidad y el poder no puede resolverse a la vez que ponemos todo el esfuerzo en superar la plaga del Covid-19. Hace falta moderación en todas las partes, tanto en la política nacional como en la internacional. Hay que establecer prioridades.

Desde la Batalla de las Ardenas, fuimos a un mundo de creciente prosperidad y una mayor dignidad humana. Ahora vivimos en un momento que definirá una época. El desafío histórico para los líderes es gestionar la crisis mientras construyen el futuro. Si fallan, podrían dejar el mundo en llamas. 

Ahora, en un país dividido, es necesario un Gobierno eficiente y con visión de futuro, para superar unos obstáculos sin precedentes en su magnitud y en su alcance mundial. Mantener la confianza en las instituciones públicas es crucial para la solidaridad social, para la relación de las sociedades entre sí y para la paz y la estabilidad internacionales.
Las naciones se cohesionan y prosperan en la creencia de que sus instituciones pueden prever la calamidad, detener su impacto y restaurar la estabilidad. Cuando la pandemia del Covid-19 termine, se percibirá que las instituciones de muchos países han fracasado. El hecho de que ese juicio sea objetivamente justo es irrelevante. La realidad es que el mundo nunca será el mismo después del coronavirus. Discutir ahora sobre el pasado solo hace más difícil hacer lo que se debe hacer.


jueves, 30 de abril de 2020

A utilização da analogia da luta militar contra o Covid19, e o aplauso ò trabalho das Forças Armadas, indica que és um fascista?




No blog, aspirinaB, a respeito dum comentario de Francico Louça a criticar a utilização da imagem militar na luta contra o Covid 19. 

Um exército não é mau nem bom, depende da comunidade.

 

«Ainda nos vamos arrepender de ter tolerado, alguns com bonomia, a alegoria da ‘guerra’ para descrever a resposta à covid-19. Estava-se a ver que a imagética guerreira se iria espalhar sem amanhã, os governantes adoram imaginar-se como Churchill de charuto ou como Eisenhower na sala dos mapas, com tanques miniatura à voz dos chefes (Schwarzkopf na “Tempestade do Deserto” é um mito mais infeliz, melhor ficar com Eisenhower). O problema é que uma guerra que não é guerra conforta governantes que se pensam como um comando militar, permitindo a ideia de que viveremos em exceção permanente. Não faltarão ministros inebriados pelo silêncio no espaço público ou pela vontade de calar oposições. Há um Orbán escondido em cada esquina do poder.»


Francisco Louçã

*_*

Do que fala o Anacleto? As utilizações da semântica militar são de uso corrente, desde sempre e para todo o sempre, nos discursos medicinais e das políticas de saúde. Acaso os antibióticos e as vacinas não são uns dos melhores recursos que os humanos descobriram para “combater” as doenças? Estamos no reino dos clichés mais estafados – mas precisamente porque são úteis, eficazes, bondosos na sua ênfase retórica. No caso da crise da pandemia de coronavírus e suas consequências patológicas, a COVID-19, alguns dirigentes políticos aplicaram em discursos que se pretendiam institucionalmente fortes termos directamente relacionados com as guerras entre povos e nações. Estavam a recorrer a uma analogia de percepção e entendimento imediato para alertarem e prepararem as sociedades para alterações radicais na economia e estilo de vida que, exactamente, só comparam com situações de guerra militar mesmo que esta crise de saúde e de produção e consumo económicos tenha inúmeras e inevitáveis diferenças. O curioso é constatar que quem tal simetria adoptou nas democracias ocidentais não sofre de tiques ditatoriais nem se lhes conhecem pulsões bélicas. Foram precisamente aqueles que entram nesse retrato perigoso e decadente, como Trump e Bolsonaro, quem disparou na direcção oposta, negando durante meses as evidências que vinham da China e alastravam pelo mundo e preferindo o pensamento mágico e uma ignorância científica que não estará longe de ser criminosa.

O comentário deste comentador profissional (é nessa condição que o faz) é, portanto, absurdo. Não existe qualquer imagética guerreira a espalhar-se seja onde for, especialmente se falarmos da Europa, a não ser nos vulgares discursos mediáticos sobre aqueles que estão “na linha da frente” e a quem se tem reconhecido o justo “heroísmo” com que “lutam” arriscado a sua vida para salvar as nossas. Não existe, e é pena, pois há uma tradição guerreira, que os militares de vocação cultivam, inerente à génese da democracia – portanto, garante da liberdade sobre a qual se erigiu o Estado de direito. A religião e o exército, para um fanático como o Anacleto, podem não passar de excrescências imperialistas que os amanhãs que cantam estão fadados para apagar da História, daí ter carregado de lança em riste contra moinhos. Mas bastaria recordar os inventores atenienses da “política”, recordar Rousseau, recordar o 25 de Abril, para reconhecer que um exército não é mau nem bom, depende. Depende da comunidade.

No vídeo musical à disposição acima, vemos um dos maiores sucessos populares (em visualizações) com cantores portugueses. Os valores de produção da coisa são paupérrimos e a realização é amadora. Contudo, o efeito de mergulho emocional na audiência é imediato e os mecanismos de narrativa presentes (elementos das Forças Armadas Portuguesas, o apoio médico e social à crise, a bandeira nacional, a letra patriótica, a melodia lírica – e os artistas, com a sua semiótica corporal e vocal) despertam um sentimento de ligação colectiva profundamente envolvente. Ninguém de ninguém sai da experiência que o vídeo oferece com vontade de pegar em armas, de culpar chineses ou de abolir direitos cívicos. É precisamente ao contrário, ficamos unidos subjectivamente a qualquer outro ser humano que se encontre a sofrer ou a ajudar quem sofre – independentemente do género, idade, cor da pele, nacionalidade e profissão. Queremos imitá-los, ou saudá-los, agradecer-lhes.

Portugal teve uma guerra colonial que causou milhares de mortos, feridos, mutilados e traumatizados. Quando o regime mudou, esta gente foi alvo de esquecimento, desprezo e mesmo ostracismo. A um sofrimento indizível, o combate onde se pode morrer de um momento para o outro, seguiu-se um sofrimento inefável, a morte lenta na pobreza, na dor e na impotência. A cegueira ideológica à esquerda nunca se preocupou com eles e a cegueira ideológica à direita apenas os explorou oportunisticamente. E, apesar dos pesares, nos militares está depositada a arte da guerra sem a qual não teríamos sobrevivido como espécie e não nos teríamos civilizado.

A cegueira ideológica, ou egocêntrica, é um combustível inesgotável para os nossos comentadores profissionais.

reis
Mas bastaria recordar os inventores atenienses da “política”, recordar Rousseau, recordar o 25 de Abril, para reconhecer que um exército não é mau nem bom, depende. Depende da comunidade.
Explêndido texto , concordo de princípio a fim .
Há quem ainda não evolucionou dos clichés estereotipados de leninistas e imperialistas. O mundo é amplo, pula e afortunadamente muda tanto nas pessoas como nas opiniões. O problema da olhada de Louça tem o seu paradigma na Espanha, na que , por causas varias, muitos ainda misturam alhos com bugalhos o falarem de uniformados.

viernes, 17 de abril de 2020

A teoria da conspiração e o Coronavirus.

                    
Foto.    Rua medieval. Allariz ( Ourense). Lugar de cristãos, conversos e judeus.

Gosto dos thrillers  no cinema. Gostei de Homeland a longa serie sobre actividades da Cia em varias partes do mundo. Em Homeland mostra-se um mundo de misteriosas circunstâncias de tramas e  actuações dos serviços secretos na guerra silênciosa que disputam as grandes nações, já seja a favor ou em contra dos Estados Unidos. Os plantexamentos dos factos e onde se desenvolvem aparescem baseados em acontecimentos que foram reais. Na guerra contra o Irão, Alemanha, israel, Irak, Afganistão etc. A presentação dos factos tem uma presentação de realidade e credibilidade, tanto nas pessoas como na ambientação dos países. Despois  a imaginação do cinema  resolve de muitas maneiras a trama e sempre há superheróis, é cinema. Ja sei que a resolução do conflicto  é falsa, que os guionistas  fazem e desfazem e que matam quando eles querem  e morre quem eles querem também. Na vida ordinaria não é assim. Embora gosto, e gostamos, ainda que so seja  pelos planos da presentação dos problemas. Em Homeland a Cia resolve e anda em problemas que são reais no mundo, embora são resolvidos duma maneira fantástica. 
      A teoría da conspiração pode ser algo assim.Presentam-se situações, circunstâncias, todas certas, mas deixa se cair sobre elas um mistério de um algo que move tudo e que os normais não vemos. O predicador da teoría, saca conclusões, por vezes sazona, aduba, condimenta  o que sabe com algo entre inventado ou mau de comprovar, ou que de forma natural ocorriu ese dia. E tira concluões, ou deixa que o lector ou o escutante decida despois de dar dados e cifras encadeadas umas nas outras que acabam por concluir, olhe você, aquí está, fica esclarecido, branco e em botelha, leite. Mas sempre há algum paso ou varios que são mentiras, ou meias verdades, ou geralmente será impósivel comprobâ-lo. Tal vez simplesmente o presentador desconfia ou cita factos e  circunstâncias ocorridos, que parecem demostrar algo, mas que nunca são concluintes. Se fosem certos todos os factos ou a relação entre eles fosse real, então calhava a cousa, paresce que estamos a demostrar os porqués da teoria.
       A teoria da conspirção gosta porque junta  o desejo é o misterio e tudo tem um clima de suspense. Embora fica tudo no ar, na alimentação da imaginação, e num  ruxe, ruxe de "quem sabe"; "si, tal vez, algum dia  saberá-se a verdade", mentras tanto a suspeita foi criada, ainda que fosse de boa intenção. O caso é que os mortais que andamos  de pé, todos nós, sempre entramos e  quedamos coa mesma  face de  parvo, paspão ou  papa-moscas, vítimas de vendedores de fumo ou fala-baratos, normalmente  sem mala intenção e  que a maioria das vezes só trasladam e adubam um bocado  de  algo que ouviram de outros e istes de outros. A teoría da conspiração converte-se já em meia verdade quando  está feita por um "intelectual" sisudo ou exposta em jornal considerado serio. Paresce que estamos ante um ensaio, e aí já só nos queda dizer, amén. Seguiremos a ser uns papa-moscas, isso sim,  intelectuais porque citamos a científicos ou escritores que sabem de tudo.
       A teoría da conspiraçao atrai, engancha, tanto ou mais cos thrillers. No thriller há suspense policial ou de terror que provoca sensações fortes. Na teoria da conspiração também além de ser nos os conhecedores de respostas que a maioria  da gente  nom tem , respostas nossas nas que joga um papel  fundamental a nossa imaginação. Se as premisas, os factos sobre os que se constroi a teoria são fakes que apanhamos nas redes sociais, então já podemos tirar consecuências. Anónimos enfoscados no escuro das redes esparcem espalham esterco quem sempre pode haver  alguém que  o apanhe como linda fror.  Embora seguimos escutando  lendo coisas coa esperança de que não sempre  tudo é teoria da conspiração , e que algo haverá de certo. No fundo gostamos da emoção de descubrirmos  os poderes ocultos que  sempre achamos existem movidos por umas maus poderosas que movem os fios do mundo. Se nos fazemos a descoberta do Santo Grial, revolveremos tudas as andrómenas que nos revoltam.
      Que podemos decir das teorias do 11-S nos USA, das teorias do 11-M em Espanha no atentado terrorista dos comboios, do assasinato do Almirante Carrero Blanco no ano 1973  em Espanha. Por citar algumas. Tenho lido, escutado muito o respeito, mas o final fico sempre desencatado, embora desfrute do suspense e da sensação que me produz os plantexamentos e o encadeamento dos  factos. Em nengum caso, encontrei respostas. Sempre ficava uma duvida ainda que o plantexamento dos factos parecia indubitadamente  ter a solução que se queria ver. Muitas vezes há uma intencionalidade  política que sem querer faz creer o narrador no que está a dizer com tal de danar os rivais políticos. Em tudos os casos esta-se a buscar uma resposta no poder, já seja  nos estados, nos servizos secretos, ou nuns poderes económicos organizados. Secretos que ninguém conhece. 
      Ninguém estamos livres de ser víctimas ou transmisores. Eu não estou livre de tal . Gosto de thrillers. Ainda de tudo o dito, sei que serei un enfermizo transmisor, ainda que  cada vez tenho mais e mais prudência. E sei que devemos seguir vigiantes, eles andam por toda parte. Sempre andiveram.Então se você lêe o poema do "Mio Cid", que conclusão pode tirar, senão a de que um juglar propagandista do personaje creou umas falsedades históricas tão grandes como a Catedral de Santiago. Sim, mas porque interessou a alguns "historiadores", ou fabricantes de mentiras, esa fonte histórica, falsa, foi utilizada para fazerem um relato da historia de Castilla, e mito duma Espanha inventada, todo falso. Ou que dizer de Don Pelaio e Covadonga. Neste caso sería eu acusado de utilizar a teoria da conspiração contra a historia  narrada. Mas penso que não é disso do que falamos, isso pertenceria a outro  apartado do que algum dia trataremos. 
      Tudo  o dito ,  foi  a modo  de  presentação,  para dentro das minhas contrariedades,  dar publicidade, é crítica,  a um texto de José Goubão, colado a continuação.O autor da datas, factos, reuniões que querem fazer vêr que o Coronavirus foi provocado por umas maus invisivéis, neste caso, económicas , para obterem lucros e actuar sobre o sistema económico do mundo. Invito a lerem o texto, um bocado longo, mas ainda que não  acredito nos seus resultados, está fundamentado en dados para que o lector faça o que quiser com eles. Despois de lê-lo com interesse, só me quedou  pensar que quem  sabe senã será certo. Ainda que, mais uma vez,  tive que recorrer a teoria da conspiração para defender-me, e pensar como galego, as bruxas não existem mas......
      
(Este texto  tenta estar  escrito em galego internacional , seguindo a norma do dicionário Estraviz.)