De Igancio Sánchez Cuenca.
El autor pone en cuestión la valía profesional de ciertos gurus de la opinión acerca de sus opiniones políticas y sociales. En resumen el autor trata de demostrar en el libro que pesa más el nombre que el contenido en la opinión publicada en España. Que hay un papanatismo creado por los medios donde , especialmente escritores de prestigio, santifican, hablan, opinan, sobre cualquier tema político y lo hacen sin fundamento, preparación, formación etc. Es una costumbre muy española dar garantía de opinión a fulanito que por ser un buen novelista ,sabe de todo y lo que diga ya va a misa.
Vale la pena una lectura de este ensayo para moverse en el proceloso mundo diario de la lectura de la información diaria de periódicos, y medios de comunicación etc. De vez en cuando es necesario tomar una pequeña vitamina que nos ayude a ver más allá del dedo y ver la luna. Aprovechando, el trabajo de alguien que se dedicó a estudiar un tema puede ayudarnos a sobrevivir sin caer en ser la piedra adosada al camino. Vamos a pensar por nosotros mismos.
Digo que es interesante para abrir mente y desterrar ciertos mitos, que por otro lado, han ido cayendo en parte. Si que aportan estilo y muchas cosas a la prensa escrita, sin duda, pero debe haber una cierta equidistancia entre su obra y su opinión personal y voluntarista sobre cualquier cuestión nacional, sea de lo que sea.
El autor no se corta en dar nombres propios y entra directamente a seccionar artículos, contradicciones y opiniones poco fundamentadas de personajes como Muñoz Molina, Savater, Vargas LLosa, Félix de Azua, Cercasy un largo etc. Carga contra los medios de comunicación y la información dirigida, de poltronas culturetas de gente que opina a diario desde un alto púlpito que ni siquiera entra en debatir con el resto de los mortales, pues han conseguido estar dentro del escalafón de la opinión en el top, donde lo que digan ya no se discute. Estos personajes según el autor comen y beben y tienen intereses y sacan buenos réditos de sus escritos por eso se permiten incluso cambiar de opinión y sobre todo estar al lado del sol que más calienta.
En ningún momento se pone en duda la valía profesional de estos intelectuales, en sus campos, se critica su poder de opinar sobre temas complejos políticos-económicos y sociales sin preparar los temas y por encima de opiniones de estudiosos de esos asuntos. No se trata el tema de los profesionales tertulianos del día a día como pudiera parecer. No, se va valientemente a censurar con razonamiento y demostración las opiniones que tanto peso tienen del intelectual del momento.
El autor hace una llamada a sus víctimas, en el libro, y les dice , donde estabais cuando empezó la desigualdad, la crisis, la austeridad. Porque se oyó tarde, mal y tímida vuestra voz ante temas sociales y democráticos en el país. Tal vez no tengais la preparación suficiente que da la improvisación para aportarnos algo que nos hubiera servido de guía , por encima del debate político y nos hubiera iluminado como pueblo y nación.
AQUÍ UNAS FRASES EXTRACTADAS DE LA INTRODUCION DEL LIBRO.
"son muchos los intelectuales que han interpretado el reconocimiento público que reciben por su obra literaria o ensayística como una FORMA DE IMPUNIDAD. Llegados a cierto punto de "consagración" saben que digan lo que digan por muy arbitrario o absurdo que resulte, nadie les va a mover la silla.
El análisis político ha evolucionado muchísimo. En los ochenta se realizaba en términos muy superficiales y literarios con grandes dosis de subjetivismo hoy hay expertos que aportan argumentos que tienen más base que la pura ocurrencia. Los escritores consolidados siguen opinando sobre política sin haber hecho un esfuerzo por aprender y estudiar, sobre ciertos temas acerca de los cuales no tienen reparo en ofrecer tesis rotunda. La vanidad de los personajes que han creado aceptan muy mal la crítica. Cualquier desacuerdo es un ataque personal. Rehuyen el debate y con frecuencia desautorizan de forma oblícua, sin citarlo, al que sostiene una idea contraria porque su nombre esta debajo del escalafón en la jerarquía de las letras. Sus tema recurrentes suelen ser el nacionalismo y el ser de España. Por eso cuando en la crisis se vió la desigualdad y la injusticia social apenas tienen nada que decir. A partir de que surgió el fenómeno PIKETTY con "E capital del siglo XX" que insiste en el aumento de la desigualdad, entonces es cuando con retraso se habla del fenómeno. No suelen escribir de lo que sucede fuera de España, dando la sensación de autarquía intelectual y provincianismo.
Vaguedades y exámen superficial sobre temas varios para terminar con un "HAY QUE" contInuo acerca de reformas. Sin aportar solución o pista para empezar a hacer"
El análisis político ha evolucionado muchísimo. En los ochenta se realizaba en términos muy superficiales y literarios con grandes dosis de subjetivismo hoy hay expertos que aportan argumentos que tienen más base que la pura ocurrencia. Los escritores consolidados siguen opinando sobre política sin haber hecho un esfuerzo por aprender y estudiar, sobre ciertos temas acerca de los cuales no tienen reparo en ofrecer tesis rotunda. La vanidad de los personajes que han creado aceptan muy mal la crítica. Cualquier desacuerdo es un ataque personal. Rehuyen el debate y con frecuencia desautorizan de forma oblícua, sin citarlo, al que sostiene una idea contraria porque su nombre esta debajo del escalafón en la jerarquía de las letras. Sus tema recurrentes suelen ser el nacionalismo y el ser de España. Por eso cuando en la crisis se vió la desigualdad y la injusticia social apenas tienen nada que decir. A partir de que surgió el fenómeno PIKETTY con "E capital del siglo XX" que insiste en el aumento de la desigualdad, entonces es cuando con retraso se habla del fenómeno. No suelen escribir de lo que sucede fuera de España, dando la sensación de autarquía intelectual y provincianismo.
Vaguedades y exámen superficial sobre temas varios para terminar con un "HAY QUE" contInuo acerca de reformas. Sin aportar solución o pista para empezar a hacer"