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viernes, 25 de junio de 2021

Notas Soltas. "Hijo llevame a un médico de izquierdas".

 

        Creo que hoy entra en vigor la Ley de Eutanasia. Sin duda un derecho más para la vida de los ciudadanos. Si en el post anterior hablabamos de la hipocresia como aceite lubricante del funcionamiento  de la convivencia social, que decir,  cuando se trata de aprobar derechos colectivos y sociales que mejoran lal vida de los  ciudadanos. En ese caso aparece la hipocresia más importante , la de la  moral y por ende la  oposición a los mismos. 

       Escucho en la radio un testimonio personal de un periodista de mentalidad conservador que narra como su madre, votante y militante del PP,  enferma le decía a su hijo que si la veía muy mal sufriendo por sufrir que por favor la llevase a un médico de izquierdas, tu ya me entiendes, le añadía. Sin comentarios. Creo que es un hecho ,  a poco que uno se mueva o escuche testimonios al respecto, que el avance de la medicina prolonga la vida y con ello un retraso en las enfermedades terminales, ocaisonando verdaderos dramas de dolor y sufrimiento. ¿Si la ciencia ha conseguido que podamos morir sin soportar terribles dolores y  sufrimientos sin esperanza, cuál es el motivo moral que nos  impide utilizar con el libre albedrío esos métodos, incluidos la eutanasia,  para poner fin al sufrimiento?. En la praxis hopitalaria todos sabemos que se trata al máximo de paliar el dolor terminal con paliativos y a Dios gracias podemos decir. Detrás de esos  paliativos hay sedaciones totales en las que la persona no sufre esperando un fin innevitable. Y en esos momentos sólo pides que no te aparezca un Cid Campeador, disfrazado de médico, que a costa del sufrimiento de tu ser querido crea que está salvando la moral, el mundo, y qu a través del dolor se está redimiendo o compensando el pecado  y la maldad del mundo. En esos momentos miras a los ojos al médico y le dices con la mirada que actúe con toda la ciencia que conozca y que no haya sufrimiento, porque una semana más o menos en esta vida no es el objetivo que le trajo al mundo. Que ya hizo muchas obras buenas y que quisieras devolverle un poco de lo que te ha dado, en forma de evitar su dolor. Esta forma de encarar el final como una sedación total  y que en la realidad se da,  no está todo claro para todos los médicos dentro de su moral y su objeción de conciencia  y ha sido objeto de campañas para evitar las sedaciones que algunos equiparaban a una eutanasia disfrazada. Recordemos el caso del  anestesista de un Hospital de Madrid, que realizaba sedaciones, y que fué apodado del doctor muerte. Sedaciones que hoy se practican en casí todos los hospitales. Así se comprende la frase de la madre del periodista, buscame un médico de izquierdas, o al menos que no sea de arcabuz, diría yo.

       Una cosa es hablar de cánones morales, de aceptar el sufrimiento como voluntad divina, y otro encontrarse en la situación de dolor tú o tus seres queridos y el cambio de paradigma es evidente. Volvemos a nuestra recordada hipocresía social e individual.

      ¿Porqué retrasar tanto la aplicación derechos? ¿Que nos lo impide?. La moral de  una mentalidad religiosa, no una ética cudadana. Esa carga moral sobre las personas a lo largo de la historia se ha convertido siempre en poder,  influencia social, control ideológico para seguir teniendo poder. 

      Hay un sector de la sociedad, que en temas de derecho parece que van un paso por detrás de otro sector que,  más libre de ataduras,  es el que propugna nuevos derechos civiles y mejora de la vida de la gente. El sector que va detrás si se aprovecha como nadie de esos derechos una vez legislados, no obstante siempre está en la trinchera arcabuz en mano disparando a todo lo que se  mueva que le parezca cambio y que va a mover el mundo en el que está asentado. Más allá de los partidos creo que son actitudes personales. Parece que ahí está un poco la diferencia entre conservador y progresista, tal como se etiquetan estas posturas, aunque no me gusta generalizar ni dar estereotipos. Bueno, piensa el que cree que tiene mucho que conservar, se empieza por la moral y las costumbres y al final se llega a la economía y a la propiedad, el subconsciente que  tira de dentro y resume todo en el slogan de la campaña de Clinton : "es la economía estúpido". 

     El divorcio, el aborto, la eutanasia, el matrimonio civil entre personas del mismo sexo, las propuestas en leyes trans, los movimientos feministas, la custodia compartida etc. Se me olvidaba algo, que en su día recibió una artillería de improperios y que ha sido una bendición social. Me refiero al llamado  divorcio expres de la época de Zapatero. Por supuesto se juntaba la Ley con el pim pam pum en que se había convertido la figura de Zapatero, y haciendo un totum revolutum de la política no importaba lo que se estaba planteando. Pues bien los avances en gastos, en problemas, en agilización del divorcio que trajo como consecuencia la aplicación de esa ley sólo se pueden evaluar cuando uno hecha un vistazo  a los conflictos matrimoniales y al cuidado de los hijos. Pero que más daba la ley si los obispos, el PP y la carcundia nacional decían que eso iba a provocar el desplome moral y tal y tal y a la vez era un tonto haciendo algo que lógicamente se tenía que llamar tontería. En fin, nada nuevo en este hermoso país.

      Es muy fácil sacar pancartas provocativas, tratar de convertir la buena propuesta del contrario,  de forma automática, en un   objetivo a batir por que sí. Se puede ser altavoz de las directrices  de la Conferencia Episcopal, por ejemplo,  y después,  en el fondo, y por lo bajín,  desear que se apruebe la ley, porque  sé que me va a beneficiar. Suelen ser el mismo tipo de personal que acostumbra a hablar, como una crítica,  de una cierta conciencia de  superioridad moral de la izquierda, que a la vez le gusta alardear de sus propuestas, despreciando los postulados contrarios. Siempre me ha llamado la atención  esa afirmación, por lo que tiene de un falso complejo de gentes llamadas de derechas.  Nunca he comprendido este mensaje o más bien no lo he entendido. Creo o si  entiendo que es todo lo contrario. Y lo afirmo como experiencia de vida por ser quien  ha vivido guiado por la fe católica , a la vez que educadoen los valores y formas de ver la vida de la moral  católica. Yo he sentido todo lo contrario cuando he estado en el paraguas moral o más bien las directrices de la Iglesia. La verdadera creencia de superioridad moral está en los creyentes. Ese sentimiento de superioridad por ser elegido de Dios para ver la Luz y el tener línea directa con Dios, está en ese mundo. Hay un cierto desprecio por los pecadores y no se entiende como pueden vivir esta vida sin la fe. Estás educado para realizaar actos que consigan  salvar tu alma. Tu objetivo moral es ser bueno en pensamientos y obras ante ti y ante Dios  y con eso contribuyes dentro del Cuerpo Místico  a que la Verdad triunfe sobre las tinieblas. Tu moral, tu salvación personal sólo está siguiendo la vida y las normas de la Iglesia Católica, fuera de ahí se te respetará pero no estás en el camino de la Verdad. Nadie pregunta  como modificar las estructuras y aquello que mejore las condiciones de la vidad social  y las normas colectivas,  el cristiano,  no siente esa necesidad. Puede ser un gran caritativo, hacer obras por los pobres, con lo que a la vez aumentará sus santidad, pero no le corresponde actuar para remover las condiciones sociales o abusivas del sistema o de grupos de poder. Su anhelo es su salvación a través de sus actos personales y de su conducta personal. Todo con el respeto a formas varidadas de vivir la fe y la moral cristiana y con  las máximas reservas, y perdóneseme la generalización.