lunes, 31 de agosto de 2020
lunes, 24 de agosto de 2020
domingo, 23 de agosto de 2020
Faladoiro. Cayetana
Una opinión.
CAYETANA, por Mario Vargas Llosa. El País.
Otra opinión.
Álvarez de Toledo, las ideas y el poder
Los detractores más honestos de la exportavoz admiten su brillantez; sus defensores más resignados reconocen que ella aspiraba a tener razón pero la política no va de eso.
Columna de El País de Daniel Gascón.
Otra Opinión en "El Mundo".
El impacto de la destitución de Cayetana Álvarez de Toledo en el PP
Esta opinión no podía faltar. Arcadi Espada.
La opinión de Arcadi Espada, tiene su salsa y su morbo, todo adobado con el grado de imbecilidad narcisista inherente al personaje.
Queda pendiente la opinión del autor del blog. Se la está pensando, tiene muchas cosas en la cabeza y le gustaría ordenarlas.
miércoles, 19 de agosto de 2020
Homenaje a Federico García Lorca. Take This Waltz. Leonard Cohen.
Federico García Lorca fué asesinado entre el 17 y el 19 de Agosto de 1936.
Video con subtítulos.
https://youtu.be/jWMOqVKHeSQ
otras versiones en castellano.
Ana Belén.
Morente.
LA CANCIÓN TAKE THIS WALTZ DE LEONARD COHEN ES UN POEMA DE FEDERICO GARCÍA LORCA
A finales de 2016, murió el cantautor y poeta canadiense Leonard Cohen. El autor de Aleluya (Hallelujah) compuso la canción Take this Waltz en 1986 para el album Poets in New York, un disco tributo a Federico García Lorca. Y es que el poeta granadino1 era uno de los favoritos de Leonard Cohen. La letra2 de la canción es una traducción del poema del propio Lorca titulado Pequeño vals vienés incluido en su libro Poeta en Nueva York, uno de sus poemarios3 más difíciles por estar inundado4 de metáforas. El poema original está lleno de música, abundan5 las repeticiones e incluso tiene un estribillo6. Leonard Cohen fue el encargado de7 ponerle la música perfecta a esta declaración de amor no correspondido8. La canción del canadiense fue número uno en España en 1986.
Poeta en Nueva York es un libro de poemas surrealista escrito en esta ciudad entre 1929 y 1930. En ese año, Lorca sale del armarioN, se enamora de un hombre y le declara su amor. Pequeño vals vienés es un grito de amor desesperado lleno de imágenes surrealistas.
Take This Waltz
Now in Vienna there's ten pretty women
There's a shoulder where Death comes to cry
There's a lobby with nine hundred windows
There's a tree where the doves go to die
There's a piece that was torn from the morning
And it hangs in the Gallery of Frost
Ay, ay, ay, ay
Take this waltz, take this waltz
Take this waltz with the clamp on its jaws
Oh I want you, I want you, I want youThere's a shoulder where Death comes to cry
There's a lobby with nine hundred windows
There's a tree where the doves go to die
There's a piece that was torn from the morning
And it hangs in the Gallery of Frost
Ay, ay, ay, ay
Take this waltz, take this waltz
Take this waltz with the clamp on its jaws
On a chair with a dead magazine
In the cave at the tip of the lily
In some hallways where love's never been
On a bed where the moon has been sweating
In a cry filled with footsteps and sand
Ay, ay, ay, ay
Take this waltz, take this waltz
Take its broken waist in your hand
This waltz, this waltz, this waltz, this waltz
With its very own breath of brandy and Death
Dragging its tail in the sea
There's a concert hall in Vienna
Where your mouth had a thousand reviews
There's a bar where the boys have stopped talking
They've been sentenced to death by the blues
Ah, but who is it climbs to your picture
With a garland of freshly cut tears?
Ay, ay, ay, ay
Take this waltz, take this waltz
Take this waltz it's been dying for years
There's an attic where children are playing
Where I've got to lie down with you soon
In a dream of Hungarian lanterns
In the mist of some sweet afternoon
And I'll see what you've chained to your sorrow
All your sheep and your lilies of snow
Ay, ay, ay, ay
Take this waltz, take this waltz
With its I'll never forget you, you know
This waltz, this waltz, this waltz, this waltz
With its very own breath of brandy and Death
Dragging its tail in the sea
And I'll dance with you in Vienna
I'll be wearing a river's disguise
The hyacinth wild on my shoulder,
My mouth on the dew of your thighs
And I'll bury my soul in a scrapbook,
With the photographs there, and the moss
And I'll yield to the flood of your beauty
My cheap violin and my cross
And you'll carry me down on your dancing
To the pools that you lift on your wrist
Oh my love, Oh my love
Take this waltz, take this waltz
It's yours now. It's all that there is
I'll be wearing a river's disguise
The hyacinth wild on my shoulder,
My mouth on the dew of your thighs
And I'll bury my soul in a scrapbook,
With the photographs there, and the moss
And I'll yield to the flood of your beauty
My cheap violin and my cross
And you'll carry me down on your dancing
To the pools that you lift on your wrist
Oh my love, Oh my love
Take this waltz, take this waltz
It's yours now. It's all that there is
Toma este vals. Traducción del inglés.
Ahora en Viena hay diez mujeres bonitas
Hay un hombro donde la Muerte viene a llorar
Hay un vestíbulo con novecientos ventanas
Hay un árbol donde las palomas van a morir
Hay una pieza que fue arrancada desde la mañana
Y cuelga en la Galería de Frost
Ay, ay, ay, ay
Toma este vals, toma este vals
Tome este vals con la abrazadera en sus mandíbulas
Te quiero, te quiero, te quiero
En una silla con una revista muerta
En la cueva en la punta del lirioHay un hombro donde la Muerte viene a llorar
Hay un vestíbulo con novecientos ventanas
Hay un árbol donde las palomas van a morir
Hay una pieza que fue arrancada desde la mañana
Y cuelga en la Galería de Frost
Ay, ay, ay, ay
Toma este vals, toma este vals
Tome este vals con la abrazadera en sus mandíbulas
Te quiero, te quiero, te quiero
En una silla con una revista muerta
En algunos pasillos donde el amor nunca ha estado
En una cama donde la luna ha estado sudando
En un grito lleno de pasos y arena
Ay, ay, ay, ay
Toma este vals, toma este vals
Toma su cintura rota en tu mano
Este vals, este vals, este vals, este vals
Con su propio aliento de brandy y muerte
Arrastrando su cola en el mar
Hay una sala de conciertos en Viena
Donde tu boca tenía mil críticas
Hay un bar donde los chicos han dejado de hablar
Han sido sentenciados a muerte por el blues
Ah, pero ¿quién es sube a tu foto?
¿Con una guirnalda de lágrimas recién cortadas?
Ay, ay, ay, ay
Toma este vals, toma este vals
Toma este vals que ha estado muriendo durante años
Hay un ático donde los niños juegan
Donde tengo que acostarme contigo pronto
En un sueño de linternas húngaras
En la niebla de una tarde dulce
Y veré lo que has encadenado a tu dolor
Todas tus ovejas y tus lirios de nieve
Ay, ay, ay, ay
Toma este vals, toma este vals
Con ella nunca te olvidaré, ¿sabes?
Este vals, este vals, este vals, este vals
Con su propio aliento de brandy y muerte
Arrastrando su cola en el mar
Y bailaré contigo en Viena
Llevaré un disfraz de río
El jacinto salvaje en mi hombro
Mi boca en el rocío de tus muslos
Y enterraré mi alma en un álbum de recortes
Con las fotografías allí, y el musgo
Y cederé al diluvio de tu belleza
Mi violín barato y mi cruz
Y me llevarás abajo en tu baile
A las piscinas que levantas en la muñeca
Oh mi amor, Oh mi amor
Toma este vals, toma este vals
Ahora es tuyo. Es todo lo que hay
Poema de Lorca en castellano.
Pequeño vals vienés
En Viena hay diez muchachas,
un hombro donde solloza la muerte
y un bosque de palomas disecadas.
Hay un fragmento de la mañana
en el museo de la escarcha.
Hay un salón con mil ventanas.
¡Ay, ay, ay, ay!
Toma este vals con la boca cerrada.
Este vals, este vals, este vals,
de sí, de muerte y de coñac
que moja su cola en el mar.
Te quiero, te quiero, te quiero,
con la butaca y el libro muerto,
por el melancólico pasillo,
en el oscuro desván del lirio,
en nuestra cama de la luna
y en la danza que sueña la tortuga.
¡Ay, ay, ay, ay!
Toma este vals de quebrada cintura.
En Viena hay cuatro espejos
donde juegan tu boca y los ecos.
Hay una muerte para piano
que pinta de azul a los muchachos.
Hay mendigos por los tejados.
Hay frescas guirnaldas de llanto.
¡Ay, ay, ay, ay!
Toma este vals que se muere en mis brazos.
Porque te quiero, te quiero, amor mío,
en el desván donde juegan los niños,
soñando viejas luces de Hungría
por los rumores de la tarde tibia,
viendo ovejas y lirios de nieve
por el silencio oscuro de tu frente.
¡Ay, ay, ay, ay!
Toma este vals del «Te quiero siempre».
En Viena bailaré contigo
con un disfraz que tenga
cabeza de río.
¡Mira qué orilla tengo de jacintos!
Dejaré mi boca entre tus piernas,
mi alma en fotografías y azucenas,
y en las ondas oscuras de tu andar
quiero, amor mío, amor mío, dejar,
violín y sepulcro, las cintas del vals.
domingo, 9 de agosto de 2020
Começa a semana com isto. Miley Cyrus and Ariana Grande - Don't Dream It's Over (One Love Manchester)
«Don't Dream It's Over» (en español: «No sueñes que se terminó») es una canción escrita por Neil Finn y producida por Mitchell Froom e interpretada por la banda de rock australiana Crowded House en su álbum debut homónimo de estudio Crowded House (1986), publicado por la compañía discográfica Capitol Records el 6 de octubre de 1986.1 Se convirtió en el tema más exitoso de la banda a nivel internacional y alcanzó la segunda posición de la lista Billboard Hot 100, solamente por debajo de «I Knew You Were Waiting (For Me)» de Aretha Franklin y George Michael.
Versión original.Con letra Inglés-Castellano.
Miley Cyrus - Jolene . Podese cantar melhor?
Letra en español de la canción de Dolly Parton, Jolene (letra traducida)
Jolene, Jolene, Jolene, Jolene.
Te estoy suplicando, por favor, no te lleves a mi hombre.
Jolene, Jolene, Jolene, Jolene.
Por favor, no te lo lleves solo porque puedes.
Tu belleza no tiene comparación,
con ardientes rizos de cabello castaño,
con piel de marfil y ojos de color verde esmeralda.
Tu sonrisa es como un soplo de aire de primavera,
tu voz es suave como la lluvia de verano,
y yo no puedo competir contigo, Jolene.
Él habla de ti en sueños,
no hay nada que pueda hacer
para evitar llorar
cuando él pronuncia tu nombre, Jolene.
Y puedo entender con facilidad
cómo podrías llevarte a mi hombre fácilmente,
pero no sabes lo que él significa para mí, Jolene.
Jolene, Jolene, Jolene, Jolene.
Te estoy suplicando, por favor, no te lleves a mi hombre.
Jolene, Jolene, Jolene, Jolene.
Por favor, no te lo lleves solo porque puedes.
Tú podrías tener al hombre que eligieses,
pero yo no podría amar de nuevo,
él es el único para mí, Jolene.
Tenía que tener esta charla contigo,
mi felicidad depende de ti,
y sea lo que sea lo que decidas hacer, Jolene.
Jolene, Jolene, Jolene, Jolene.
Te estoy suplicando, por favor, no te lleves a mi hombre.
Jolene, Jolene, Jolene, Jolene.
Por favor, no te lo lleves, aunque puedas.
Jolene, Jolene.
Dolly Parton - Jolene
Crisis de legitimidad de la Monarquía Española.
Por casualidad tenía guardado este resumen de un artículo de Perez Royo, creo que es de marzo. Me parece muy actual, y puede servir de información para una reflexión serena, sobre la monarquía, la jefatura del Estado y el futuro. En mi opinión la legitimidad estaba cortada con la República, el franquismo ahondó por otras razones en una España no monárquica. Franco creyó que antes que una República era mejor volver a la monarquía. Juan Carlos empezó y entre todos le ayudaron a labrarse una legitimidad.Esa legitimidad Juacarlista está en duda y en baja. Felipe VI tiene que inventarse una monarquía que atraiga o al menos no cause rechazo. Una monarquía republicana. Muy difícil, porque el agua es agua y el aceite es aceite, y unido a la monarquía irá siempre el grupo de cortesanos, la fammilia etc. aparte otras connotaciones que hoy día son muy difíciles de asimilar, y esto era sólo una introducción al artículo, lo cual dejaremos para otro día.
CRISIS DE legitimidad de LA MONARQUÍA ESPAÑOLA.
Art. Perez Royo.
En el origen de todos los ciclos de la historia constitucional de España ha habido siempre una crisis de legitimidad de la monarquía. Lo que está ocurriendo en este momento no es nuevo.
La historia constitucional de España es la historia de las sucesivas "restauraciones" de la monarquía tras la crisis de la institución en el momento inicial de cada ciclo constitucional. La Constitución de 1812 es la respuesta a la transmisión a través de un "convenio privado" por parte de Carlos IV y Fernando VII de la Corona al Emperador Napoleón Bonaparte. La Constitución progresista de 1837 es la respuesta a la crisis de legitimidad desatada tras la muerte de Fernando VII sin descendiente varón. La revolución de 1868 y el exilio de Isabel II hablan por sí solos. De la misma manera que lo hacen el exilio de Alfonso XIII y la proclamación de la Segunda República.
Tras ese momento inicial de crisis de la institución monárquica, arranca un proceso de restauración en forma de negación pura y simple del Estado constitucional, como ocurrió con el retorno de Fernando VII o con el Régimen del General Franco, o en la forma de sustitución del principio de soberanía nacional por el principio monárquico constitucional: Constitución moderada de 1845 o Constitución de la Restauración de 1876.
Crisis de legitimidad de la monarquía seguida de un impulso constitucional de cambio "liberal" (1812), "progresista" (1837), "protodemocrático" (1869), "democrático" (1931). Impulso de muy breve duración.
Reacción monárquica anticonstitucional o monárquico-constitucional de larga duración: 1814-1833, 1845-1868, 1876-1931, 1936-1975.
La historia constitucional de España es la historia de la reacción de la monarquía para negar pura y simplemente el Estado constitucional (Fernando VII y General Franco) o para convertir el Estado constitucional en una monarquía constitucional. Las constituciones españolas anteriores a la de 1978 no son constituciones de la Nación española o del Estado español, sino de la "monarquía ESPAÑOLA". España, o es monárquica o no es.
Esa es la tradición constitucional en la que hay que insertar el ciclo constitucional que se abre tras la muerte del General Franco. Casi dos siglos de historia no se borran de un plumazo. Se trata, por tanto, de un ciclo en el que hay puntos de conexión, aunque también de separación con los anteriores.
El punto de conexión y de separación más importante es la monarquía. Una monarquía restaurada como consecuencia de una rebelión militar contra un Estado democráticamente constituido y que no tiene más legitimidad que la que le ha proporcionado el Régimen nacido de dicha rebelión militar. Se trata, por tanto, de una monarquía que carece de la única legitimidad reconocida en Europa después de la Segunda Guerra Mundial. La crisis de legitimidad de la monarquía de la que es portador Juan Carlos I es distinta de la de sus antepasados en 1808, 1833, 1868 y 1931, pero no deja de ser una crisis, que tiene que tener una respuesta.
Disfrazar la Restauración de la monarquía de Transición a la democracia será la respuesta a dicha crisis de legitimidad. Esto es, entre otras muchas cosas, lo que diferencia a la Segunda Restauración de la primera. Pero es la diferencia fundamental. En 1876 se restaura la monarquía sin disfraz de ningún tipo. En 1978, tras la experiencia democrática de la Segunda República y la afirmación del constitucionalismo democrático en Europa Occidental tras la Segunda Guerra Mundial, ya no es posible. La constitución de la Segunda Restauración no puede prescindir del principio de legitimidad propio de la democracia, que quedará recogido en el artículo 1.2 de la Constitución. Pero sustrae la monarquía al poder constituyente del pueblo español. La monarquía restaurada por el General Franco sigue siendo previa e indisponible para el poder constituyente, como había ocurrido a lo largo de toda nuestra historia constitucional. Por eso, el rey Juan Carlos I no juró nunca la Constitución de 1978. Aquí está el origen remoto de la corrupción institucional de la que hemos ido teniendo noticia poco a poco. Soy yo el que ha traído la Constituición y no la Constitución la que me ha traído a mi. Es el rey restaurado Juan Carlos I quien dirige con un presidente por él designado, Adolfo Suárez, la transición a la democracia, con la finalidad de consolidar la Restauración. El principio monárquico precede históricamente al principio democrático en la Constitución de 1978. Ambos conviven por primera vez en una Constitución. Esta es la novedad. En la historia española las constituciones incluían el principio de soberanía nacional o popular (1812, 1837, 1869 y 1931) o el principio monárquico-constitucional (1845 y 1876), pero nunca ambos en el mismo texto constitucional. Solo la Constitución del 78 lo ha hecho. El principio monárquico no sustituye el principio de soberanía nacional o popular, pero sí convive con él. Esto es lo que diferencia a la monarquía parlamentaria española de las demás monarquías parlamentarias.
Corolario de la Restauración de la monarquía de la forma en que se hizo es la devaluación de las Cortes Generales. En la monarquía española anterior a 1931 la devaluación de las Cortes era un elemento constitutivo del sistema político. No solamente no eran un elemento que daba legitimidad al sistema político, sino que ellas mismas se constituían con base en la corrupción del sistema electoral. La monarquía española fue una forma política constitutivamente corrupta, como reconocería de manera expresa Antonio Cánovas en el Pleno del Congreso de los Diputados al discutirse la ley que introducía el sufragio universal masculino. Calificó dicho sufragio universal como "la forma menos digna de obtener la voluntad nacional", ya que todos sabemos, decía, que las elecciones no son manejables sin corrupción del sufragio y, en consecuencia, cuanto más universal sea el sufragio, más universal tiene que ser la corrupción. Las Cortes Generales fueron un órgano constitutivamente devaluado en la monarquía española. Sin interrupción hasta 1931. Por eso, en las elecciones municipales de 12 de abril de 1931, aunque las candidaturas monárquicas ganaron en el conjunto del Estado, todo el mundo, empezando por Alfonso XIII, entendió que las elecciones las habían ganado las candidaturas republicanas que habían ganado en las capitales de provincia, en las cuales no se falsificaba el sufragio.
Algo de esa devaluación se ha mantenido de manera programada en la monarquía parlamentaria de la Constitución de 1978. De forma disimulada, pero se ha mantenido. La composición y el sistema electoral del Congreso de los Diputados y del Senado fueron definidos por la Ley para la Reforma Política y por el Real Decreto-ley de marzo de 1977 y no por la Constitución, que se limitó a hacer suya la decisión de las Cortes del Régimen del General Franco y del primer gobierno preconstitucional de la monarquía.
La desviación calculada del principio de igualdad en la composición del Congreso de los Diputados y la negación del mismo en el Senado es el vicio democrático originario del sistema político español. Diseñado para promover un bipartidismo que asegurara la estabilidad de la monarquía restaurada, ha operado de manera satisfactoria para sus diseñadores mientras ha sido posible mantener el bipartidismo, pero ha conducido a la parálisis del sistema político en cuanto no ha sido posible hacerlo. Desde 2015 lo estamos comprobando. Y me temo que por tiempo indefinido.
La combinación de la Restauración de la monarquía con un principio de legitimidad propio con unas Cortes Generales constituidas con base en un principio de legitimidad democrática devaluado han dado como resultado la incapacidad de renovación del sistema político mediante la reforma de la Constitución. El principio de legitimidad democrática es el único que tiene capacidad de renovación. Por eso, la reforma de la Constitución solo existe en los Estados democráticamente constituidos. Y existe no solamente como previsión constitucional, sino como institución de la que se hace uso con regularidad. Es la única manera de renovar el principio de legitimidad en el que descansa el sistema político. La evidencia empírica de que disponemos es unánime. Un principio de legitimidad democrático devaluado para que, en ningún caso, pueda ponerse en cuestión la Restauración de la monarquía conduce inexorablemente a la imposibilidad de renovación de la legitimidad del sistema constitucional.
Es lo que está pasando en España. El sistema político español sigue descansando en la "legitimidad de la Transición". Y dicha legitimidad ya ha dado de sí todo lo que podía dar de sí. Hace bastantes años que dejó de hacerlo. No se puede negar que su legado es importante y positivo, pero la sociedad española no puede detenerse en ese momento de nuestra historia.
La Restauración de la monarquía presidió la Transición a la democracia, pero la forma en que lo hizo bloqueó la capacidad de renovación del sistema democrático. Esa falta de renovación es la que ha posibilitado que la propia Jefatura del Estado, que presidió la Transición, haya degenerado de la forma en que lo ha hecho.
La crisis de legitimidad de la monarquía, que se ha ocultado durante unos años pero que ya resulta inocultable, es una consecuencia de la parálisis del sistema político que ella misma puso en marcha. Es de dentro, de la propia Casa Real, de donde procede la crisis de legitimidad de la monarquía, que va a poner fin al ciclo constitucional que se inició tras la muerte del general Franco.
martes, 14 de julio de 2020
domingo, 12 de julio de 2020
Faladoiro: “Cuando hay dificultades en España siempre hay un tío de BCN, un Illa”
“Cuando hay dificultades en España siempre hay un tío de BCN, un Illa”
Enric Juliana (Badalona, 1957) es el analista político del momento. El momento, en el periodismo, no suele ser una construcción líquida. Requiere estructuras, apuestas, formación, criterios abiertos y no dogmáticos –elementos caros, no instantáneos, de difícil aprehensión en solo un momento– que el periodista comparte con sus lectores. Acaba de aparecer Aquí no hem vingut a estudiar –en la edición en castellano Aquí no hemos venido a estudiar, también en Editorial Arpa–. Se trata de un libro ambicioso, sólido, de gran itinerario, que explica una gran discusión entre dos líderes comunistas, en la temida Cárcel de Burgos de los años 60. La discusión es, a su vez, un universal de la política, un contraste entre el análisis y la acción. Entre estudiar y hacer. El libro, por otra parte, es una juerga estructural. En pequeños capítulos, con ritmo musical, aparece buena parte de la historia política opositora del interior y del exilio, la exposición de un fragmento de historia mundial –la Guerra Fría; se habla poco de ella, si bien en ella se forman buena parte de las cosmovisiones actuales, y se redacta la CE78–, el cambio del Franquismo autárquico al desarrollista, y la historia del PCE, ese objeto que, como explicaba Gregorio Morán, está repleto de grandeza y miseria. Todo ello a partir de la biografía, y de la grandeza, de Manuel Moreno Mauricio, cuadro comunista detenido en 1946 y que estuvo 17 años cumpliendo condena. Como el autor, era de Badalona, una polis catalana/italiana autosuficiente y con referentes propios. El autor le conoció de adolescente. Era amigo de su abuelo y, además, desde la discreción de la clandestinidad –Juliana, siendo un menor, militó en la agrupación Centro de Badalona del PSUC, desde la ilegalidad hasta la implosión en el 81–, fue una persona que produjo en el autor una gran huella intelectual y ética. Hoy, esa persona es un libro. Un libro de un periodista debe de ser un ejercicio de mayor libertad y profundidad, incluso, que sus escritos cotidianos. Quedo en casa de Enric Juliana para hablar de ese libro, a partir del cual se esbozan itinerarios posibles del progresismo y las izquierdas. O, simplemente, de la política, esa capacidad de ver o de ser miope. Y va y me hace un tonyina, me sirve unos tomates muy meditados –el tomate, ese objeto tan serio en Catalunya e Italia–, y un vermentino sardo.Este libro parte de un recuerdo o vivencia individual y profunda, a la que el libro no alude en detalle. ¿Cuál es?
En ocasiones tienes una persona en la vida, puede ser tu padre, tu abuelo, que ha sido como un maestro. En mi caso, esa persona fue Manuel Moreno MauricioEn ocasiones tienes una persona en la vida, puede ser tu padre, tu abuelo, que ha sido como un maestro. Te ha enseñado cosas. En mi caso, esa persona de la que considero que aprendí muchas cosas fue Manuel Moreno Mauricio. Lo conocí cuando tenía 15 o 16 años. Imagínate conocer a alguien, en 1973 o 1974, que había pasado 17 años en la Cárcel de Burgos. Era amigo de mi abuelo, mecánico metalúrgico, con quien había trabajado. Para mí era un segundo abuelo. Y, de alguna manera, un segundo padre. Me influyó mucho su mirada. Le tenía un gran respeto. Le escuchaba, y él explicaba cosas, a trozos. Aprendí de él cosas fundamentales de la política y de este país. Era una de esas personas que, en un momento determinado, te influencian mucho. Probablemente, tenía que haber cogido un magnetófono, que es lo que había entonces, y recoger sus conversaciones. Pero no era esa mi mirada en aquel entonces. Mis conversaciones no eran para recopilar información, sino para aprender. Tras su muerte, en 1983, siempre me quedó la cosa de que tenía que escribir sobre él. En el año 2008, en el centenario de su nacimiento, el Museu de Badalona me pidió, para su anuario, una semblanza de él. Escribí 20 folios, pero a medida que iba escribiendo, iba hablando con testigos y vi que aquel texto tenía que ser algo más. Un libro. Durante 10 años he recopilado información, personas que le conocieron, he puesto en orden lo que sabía y, lo que no sabía, lo he ido a buscar a archivos. He ido a los archivos del Ejército a buscar información sobre los Consejos de Guerra, por ejemplo. Los militares, por cierto, eran absolutamente metódicos. Ahí está todo. Lo guardaban todo.
Alude en su libro a que en los interrogatorios de Moreno la policía disponía de material gráfico extraído del PCE...
En el caso de Moreno no hay información personal sobre él, pero sí una cosa que me llamó la atención. Él era el responsable de acción sindical en el interior, en 1946, poca broma, un momento en el que el Franquismo, que había matado mucho, aún no había matado la raíz republicana. Moreno siempre explicaba que en aquel momento habían conseguido una afiliación importante para la UGT en Valencia. Entre los papeles que le encuentran hay una revista ciclostilada: Evolución. Órgano del Partido Laborista. Eso me sorprendió. Efectivamente, en aquel momento especial, en el que nadie las tenía todas, y el Régimen tampoco, el Régimen, el Sindicato Vertical por lo visto apostó o toleró esa opción, formulada por sindicalistas moderados, como Pestaña, y falangistas.
Eso culmina con el cinco-puntismo? (Cinco puntos pactados entre una escisión de la CNT del interior para integrarse en el Sindicato Vertical, en 1965)
Acabó cuando el Régimen se sintió seguro, y los detuvo a todos. Casualidades de la vida, mi suegro me explicó que su padre fue detenido, a finales de los 40, por pertenecer al Partido Laborista. Entre 1945-47 hay mucha gente que creyó que esto podía cambiar, incluso dentro del Régimen. La publicación que encontré en el sumario era muy interesante. Explicaba que había habido un sindicalismo revolucionario, y luego una represión reaccionaria. Buscaban una opción reformista. Decir eso en aquel año no era una majarada. Señala un momento político, en el que todos jugaban fuerte.
El libro va más allá de la biografía y es muy sensible a la interpretación por parte del lector. Planteas cuatro momentos de cambio. Cuatro momentos en los que la política era posible. Uno en plena dictadura unplugged, otro en el Plan de Estabilidad, otro en los Pactos de la Moncloa y otro en la actualidad. Mi sensación es que planteas cuatro momentos éticos y políticos de las izquierdas españolas, en el trance de tomar decisiones, que no siempre han quedado resueltos. ¿Es posible?
Estoy a favor de la memoria histórica. Pero hay un aspecto en todo ese discurso que me carga un poco. El exceso de sentimentalización, en detrimento de la contextualización política. Se debe hacer un esfuerzo para entender cada momento, en todas sus dimensiones. Y ese es un esfuerzo político. Hay una intoxicación sentimental. Y me temo que irá a más. Ahora parece que todo se establece en guerras de sentimientos. Pero Moreno y su generación eran antisentimentales. No puedes hacer un homenaje a un antisentimental haciendo un libro sentimental. Eso sería traicionarles. Debes ser fiel a su textura real. Y hacer, por tanto, una reivindicación de la política, que es lo que ellos intentaron. Creían en una cierta racionalización de la situación. El libro va de eso. Reivindicar la mirada política. Hay tres momentos cruciales. El 46, cuando acaba la guerra y parece que hay una oportunidad de cambio en España. En lógica, un régimen impuesto por el nazismo –la única dictadura de este tipo en Europa; ese no fue el caso, por ejemplo, de Portugal, otra dictadura–, debería haber caído. Y no cayó. Aguantó. Por dictámenes geopolíticos. Si no hay una alternativa muy fiable –que no se fabrica; no la hizo don Juan, el único que podía haberla hecho–, aquí no se moverá nada. Eso creó una extraña situación, muy fastidiosa para los españoles: las democracias occidentales no se atrevieron a un juego cínico, como invitar a España a la ONU, sino que aislaron el Franquismo sin matarlo. Lo que generó la esperanza de que el Franquismo podría caer. Durante 2-3 años esa esperanza funcionó. En esos años hay personas que se juegan la vida para intentar hacerlo caer.
¿Cuál es el error de lectura del PCE en aquel momento?
Estoy a favor de la memoria histórica. Pero hay un aspecto en todo ese discurso que me carga un poco. El exceso de sentimentalización, en detrimento de la contextualización políticaNo creo que lo hubiera. Al inicio del libro explico que la política es entrar en los engranajes de la historia sabiendo que te pueden trinchar. Y ellos lo sabían. El libro es un homenaje a esa actitud. Hay un segundo momento, entre 1960-64, cuando se comienza a aplicar el Plan de Estabilización, que comienza a producir cambios fortísimos en la vida social española, que provocan unas reacciones sociales inéditas. El Franquismo autárquico se acaba. Comienza otra cosa. Hay huelgas, protestas y, esto es muy importante, la Iglesia empieza a cambiar. Y claro, hay diversas interpretaciones de todo ello. Hay quien cree que eso significa que el Franquismo está acabando, y hay quien cree que eso significa, simplemente, que las condiciones de vida de la gente están mejorando, y que la gente está perdiendo el miedo. No es lo mismo perder el miedo que rebelarse contra el Franquismo. Y eso da pie a la discusión política más importante en España desde el final de la Guerra Civil hasta ahora, en la Cárcel de Burgos.
¿No se produjo en ningún otro sitio? ¿En México o Francia, por ejemplo?
Se produjo en el PCE, que era él único partido que podía generarla. Era el único partido que operaba. El PSOE estaba en la nevera, y el resto de partidos eran muy pequeños. La discusión es entre quienes interpretan que las huelgas en Euskadi, etc., son la prueba de que el Franquismo está a punto de caer, dadas sus contradicciones internas insuperables, y los que dicen que el Franquismo está ensanchando su base social gracias al Plan de Estabilización, y que eso provoca conflictos, pues la gente empieza a vivir bien. Es una discusión muy difícil de resolver. Y la tiene solo el PCE, no por otra cosa, salvo por ser un partido político. Tenía la organización como para hacer eso. El problema del PCE es que en los años 60 nace la cultura pop: el disidente es guay, y llevar la contraria, mola. Si aparte de ser un partido clandestino, el PCE hubiera tenido mecanismos de discusión interna para que una discusión como esa no finalizara en expulsiones, depuraciones, hubiera sido otra cosa. Pero no se le podía pedir eso al PCE. La discusión fue sin encuestas, solo con olfato. Quién lo tuvo más claro fue Javier Pradera, en el interior. Se le tiene que reconocer.
Si se hubiera aceptado el punto de vista de Moreno, en Burgos, o el de Pradera en el interior, o el de Semprún y Claudín en Francia, ¿qué hubiera cambiado?
No lo sé. Hay una discusión casi teológica, entre objetivismo y subjetivismo, que está bien. A Sermprún y Claudín les acusan de objetivismo. En el fondo les están diciendo que el objetivismo –valorar el Franquismo como algo no en crisis, y de larga vida– enfría. Y para derrotar el Franquismo es necesaria la pasión. Las personas deben creer. Explicarles la situación les desmoviliza. Ramón Ormazábal –dirigente del PCE-EPK y el rival en esta discusión de Moreno, en la Cárcel de Burgos–, en un punto apoteósico-barroco de la discusión, dice que el objetivismo es subjetivismo antirrevolucionario. La limitación del PCE es que esa chispa disidente, y esto es interesante para el momento actual, no la sabe transformar. Ahora que se habla tanto de energía, de cómo reaprovechar la fuerza, cómo se transforma, ¿cómo se suma la energía creada en discusiones como aquella?
a sensación es que fuera del Estado se planteaban más temas y más importantes en el futuro que dentro del Estado.
Dentro del Estado hay algo muy importante que es la gente del Plan de Estabilización…
Los del Plan de Estabilización y los de la Policía son, por razones diversas, los que están más contacto con la sociedad, se diría.
Sí, pero los tecnócratas del Plan de Estabilización son fundamentales. Yo he intentado poner mucha atención sobre la figura de Juan Sardá Dexeus, primero porque es poco conocido y es interesante que se conozca. Y, segundo, porque a mí me gustan mucho las paradojas. El hombre que dibuja y hace la economía de guerra de Josep Tarradellas en el 37 es el que saca a Franco de la economía de guerra, en 1959. ¿Lo hace porque es un traidor? No, lo hace porque Sardá Dexeus es un semilaborista.
Yo he visto llorar a Fabián Estapé –discípulo de Sardá, comisario adjunto del Plan de Desarrollo, 1971-74– mientras decía que había salvado el franquismo que, si no hubiera sido por él, hubiera muerto por sí solo.
Ellos vivían una contradicción. Ellos tenían la idea de que España solo podía avanzar hacia un sistema democrático si se conseguía un cierto bienestar económico. Trabajan en esa dirección. Y un hombre como Sardá, que no se le puede acusar a posteriori de haber sido un “carrerista”, porque no hizo carrera política, era un hombre de la burguesía de Barcelona que estudió en la London School of Economics, en los años 30. Fue simpatizante de ERC, conoció a Tarradellas y le ayudó a hacer los decretos del 37. Cuando vio que la guerra se acababa, se fue a Francia y, luego, a Burgos porque ahí había un familiar suyo que ocupaba un lugar importante en el entorno de Franco, que consiguió blanquearlo para que no le pidieran responsabilidades. Acaba de catedrático de Economía en Santiago de Compostela, y un día recibe una oferta para trabajar como asesor en el Banco Central de Venezuela. Allá entra en contacto con el FMI, y Navarro Rubio, ministro de Hacienda, cuando quiso poner en marcha la superación de la autarquía, buscó a un español que estuviera conectado con el FMI y le ofreció venir a Madrid como director de estudios del Banco de España. Este señor salva el Franquismo. ¿Qué hubiera pasado si no se hubiera producido esto? No lo sé. Según el PCE, el Régimen estaba condenado al colapso.
¿Fabián Estapé tenía razón al llorar?
Si aparte de ser clandestino, el PCE hubiera tenido mecanismos de discusión interna para que una discusión como esa no finalizara en expulsiones hubiera sido otra cosaTenía una contradicción. Era el comisario adjunto del Plan de Desarrollo. Tenía un despacho en el piso de arriba del de Carrero Blanco y jugaban al millón y era amigo de Manolo Sacristán, el gran pensador marxista español. Esto te explica la realidad de las cosas. Y también te explica estas incursiones catalanas continuas. En el mundo español, cuando están con dificultades las cosas, siempre hay un Salvador Illa. Siempre hay un tío de Barcelona…
¿El PCE no entendió el Plan de Estabilización?
Yo creo que no lo entendió porque aceptar que el Régimen duraría ocho años más era muy difícil. Creo que Claudín y Semprún tenían razón –personalmente tengo más aprecio por la figura de Claudín que por la de Semprún–. Y de hecho Carrillo lo que hizo en el 76-77 es recoger sus tesis porque se demostraron que eran ciertas.
Demasiado tarde, ¿no?
Sí. Ellos lo que plantearon es que el Régimen iba a durar tiempo, que habría un momento en el que evolucionaría hacia un sistema democrático con la monarquía y que habría dos partidos: uno moderado y otro socialista y que, si el PCE no actuaba provisoriamente, serían marginados. Eso ya en los 60. Se plantean, pues, aprovechar todos los resquicios legales para avanzarse a esa situación. En el fondo lo que planteaban era convertirse en el Partido Socialista. Pero el drama era que el PCE difícilmente podría convertirse en el PS. Podía hacer la política del partido socialista o aproximarse a esa política socialista, que es lo que hizo, pero no podía ser el partido socialista porque para eso tenía que ser un partido atlántico y no lo era.
Tengo la sensación, y más leyendo el libro, de que el staff PCE lo sabía todo mucho antes: sabía la opción monárquica, que era más que eso, y que tenían que ser una opción socialdemócrata.
Es que en el Kremlin se lo dicen. Y se quedan muy parados.
Otro punto que no leen bien son los Pactos de la Moncloa.
Si España hubiera estado más pactada, es decir, si UCD no se hubiera hundido y el PCE tampoco se hubiera hundido, todo se hubiera resuelto de otro modoLa situación económica de España en el 77 es muy mala porque, en realidad, desde el 74 hasta el 77 nadie se había ocupado de la economía porque todo estaba centrado en cómo disputar la partida del cambio político. Y, por tanto, no se habían tomado decisiones drásticas. Estaban en pleno impacto de la crisis del petróleo y en España había una crisis política importante en la que todas las facciones disputaban el tránsito de la dictadura a la democracia. La economía española estaba siendo golpeada de manera inmisericorde por el aumento de los precios de los combustibles. Habían hecho una industrialización de pobres. Es decir, la industria que nace del Plan de Estabilización es una industria que se basa en unos niveles técnicos modestos y, sobre todo, en unos sueldos modestos. En el momento en el que el factor energía, electricidad y gasoil, sube, los beneficios desaparecen. Y ese es el momento en el que se tienen que tomar decisiones, pero, en ese momento, no se podían tomar decisiones políticas.
¿Fue un error comparable a las dos últimas decisiones?
En el 77 se tiene que hacer algo. Yo de eso tengo mucha conciencia porque mi abuelo era panadero y sus tres hijos aprendieron el oficio, pero mi padre, que era el menor de los tres, estudió Comercio y se fue a trabajar de contable a una fábrica de pinturas. Y en el 76-77 se quedó sin trabajo porque la fábrica cerró. Entonces mi padre encontró trabajo de obrero en un horno. Aquella fue una crisis que afectó solo a los obreros industriales porque no había otra cosa.
A la pequeña propiedad no les afectaba. Pero en el cinturón no había otra cosa. Fue la hecatombe…
Una hecatombe enorme. Mi padre pasó de trabajar con americana y corbata a levantarse a las cuatro de la mañana para ir a trabajar. Entonces el PCE, que había salido muy débil de las elecciones del 77, decide jugársela. Carrillo eso lo sabía hacer. Y cogió a González y lo llevó al pacto. González va al Pacto de la Moncloa empujado por el PCE. Pero, cuando la situación parece estabilizarse, hay una recaída, en el 80. Tras la revolución de Irán se vuelve a cerrar el grifo del petróleo, y como la malla industrial española había quedado muy dañada, en esta segunda oleada –algo que puede metafóricamente proyectarse sobre la crisis actual– los dos partidos que habían pactado desaparecen: uno, el PCE, porque su izquierda piensa que los han vendido y, otro, UCD, porque su derecha dice que no controlan la situación. Eso pasó. Llega el intento de golpe de Estado, un intento bonapartista, con participación del PSOE a través de las conversaciones de Múgica. La operación bonapartista fracasa porque los que entran en el Congreso están totalmente zumbados, dan un espectáculo impresentable en Europa y, además, tienen la mala suerte de que hay una cámara de televisión que los capta –si no hubiera habido una cámara de televisión igual todo hubiera sido distinto–. Todo se cae a trozos y, evidentemente, el único partido que puede recoger todo eso es el PSOE, que logra una mayoría absoluta –a mi juicio inmerecida– de la que vienen muchos de los problemas de la España posterior. Si España hubiera estado más pactada, es decir, si UCD no se hubiera hundido y el PCE tampoco se hubiera hundido, todo se hubiera resuelto de otro modo.
Tendríamos una cultura del pacto.
Sí, porque tendríamos una derecha menos autosuficiente, y la izquierda hubiera estado más compensada.
El último momento político es ahora. Los Pactos de la Reconstrucción. Es decir, el pacto europeo para la ídem.
Si Alemania nos deja tirados, España e Italia se van al garete, y el espectáculo pirotécnico se verá desde Manila. Los alemanes, la cúpula, han entendido eso claramenteAhora estamos en el contexto europeo. Si Alemania nos deja tirados, España e Italia se van al garete, y el espectáculo pirotécnico se verá desde Manila. Los alemanes, la cúpula, han entendido eso claramente y han visto que es muy importante intentar hacer un plan de reconstrucción europea, que regirá nuestros destinos en los próximos 20 años.
Aquí hemos venido a estudiar y aquí no hemos venido a estudiar, ¿son dos posibilidades que enmarcan toda política posible?
Esto es muy importante porque lo que yo aprendí de Moreno es que él era un comunista que pensaba por su cuenta. Él va a la URSS –porque todos los presos comunistas del mundo tenían derecho a un viaje a la URSS tras su liberación–. Moreno explicaba que, en el Comité de Leningrado, preguntó: “¿Cuántos obreros hay aquí?”, lo que era una pregunta leninista que indicaba que algo no le había gustado de lo que vio allí, pero no podía cargarse a la “Iglesia”. Y yo siempre me he preguntado si lo explicaba con ironía. No era un ingenuo y no era un creyente, por lo que tomó una decisión e intentó ser consecuente. Era un hombre con orgullo, en ese sentido muy hispánico. A mí me ha parecido muy interesante explicar esta personalidad. En la narración de los personajes Vázquez Montalbán lo dijo muy bien: “Moreno fue el hombre que no se puso de puntillas en la foto de la Transición”. No fue el único. Pero este es un caso muy claro. Moreno no salió del PCE porque no quiso. En el fondo es una reivindicación de una persona, pero en lugar de una biografía, en el sentido estricto del género, he querido inscribir la biografía en su contexto histórico y, al hacerlo, acabas escribiendo una especie de narración de lo que ha sido ese periodo histórico. El libro, como me dijo un amigo mío, se hubiera podido llamar “Resistencia”. No es mal título. Pero, pensándolo me hubieran podido decir que los comunistas no habían sido los únicos resistentes. Y es verdad. Otro título, más irónico, hubiera podido ser “Tarpenia” –paciencia, que decía Stalin a una delegación del PCE–, pero hubiera sido un poco cínico.
Establece una dicotomía de izquierdas entre la hegemonía y la praxis. Estudiar-no estudiar, objetividad-subjetividad.
Después del golpe de Estado del 23 de febrero del 81, Moreno, ya muy mayor, acude a un club de amigos de los sábados, llega con un artículo de LV sobre el 23F y lo comenta. Era un tipo con curiosidad. Era un artículo que demostraba que la democracia española no estaba tan instaurada como creíamos, algo que ahora parece banal pero que dos días después del golpe no lo era tanto. Moreno estaba entusiasmado con ese artículo que hacía pensar. Las personas nos dividimos entre aquellas que lo tienen todo pensado y las que siempre tienen algo por pensar. Y él era del grupo de los que seguían pensando.
La dicotomía que plantea el libro entre los pensadores y los que lo tienen todo pensado, ¿se puede leer en clave del Gobierno de coalición. ¿Es extrapolable?
El surco del PCE y del PSOE se han encontrado ahora, y el azar de la historia ha querido que se unan en una de las situaciones más complicadas que haySí y no. Mi idea es, en términos históricos –no sentimentales–, considerar que este país tiene surcos. Y que el PCE abrió un surco, lo que pasa es que colapsó. El surco del PCE y del PSOE –lo que pone nervioso a Felipe González porque es de la tradición de Indalecio Prieto de que con la izquierda del PSOE no hay que tener tratos– se han encontrado ahora, y el azar de la historia ha querido que se unan en una de las situaciones más complicadas que hay.
¿Se ha visto quién ha estudiado y quién ha tirado de surco?
Creo que los dos han hecho un esfuerzo para estudiar. Veremos lo que dura, pero ver a Yolanda Díaz con el jefe de la patronal no es ninguna broma.
¿Y cuál de las dos formaciones está más cerca de un mito? ¿La que confía en la transición happy power o la que confía en otros referentes?
Ahora no hay que dejarse llevar por mitos. Estamos en una situación nueva, dramática. O salimos desde el contexto europeo o podemos tener un problemón. La esperanza democrática en España, hoy día, es lo europeo. Lo siento por la rama de izquierdas que sueña con proyectos soberanistas. La única opción para la continuación de la realidad democrática de España es el proyecto europeo. Lo otro nos lleva a sistemas semi-autoritarios. No hay espacio para la izquierda española fuera de lo europeo. Es más, la izquierda tiene futuro en tanto esté en el proyecto europeo.
Su libro es una rareza, en tanto no es, por así decirlo, ni español ni catalán. Mezcla y explica conceptos que no acostumbran a mezclarse. De la lectura se extrae que España ha cambiado mucho, pero que Cataluña está irreconocible: tal vez ha desaparecido una tradición cultural progresista y de izquierdas de más de 100 años.
Yo en eso tengo mis dudas. Creo que los catalanes en general, seamos de la línea que seamos, somos muy sensibles cuando se habla de Cataluña. Nos ponemos muy lapidarios. Hoy, por ejemplo, en La Vanguardia hay más de tres páginas dedicadas al serial ese de JxCat, hay unas entrevistas muy interesantes a Bonvehí y Jordi Sánchez, que es el más inteligente del sector Puigdemont, que decía una frase brillantísima, que es la clave de toda esta historia. Decía que están haciendo un gran proyecto para el “mientras tanto”.
Concepto de Sacristán. Son grandes.
Las dos facciones del independentismo piensan casi lo mismo y tienen que diferenciarse continuamente. Para ello están histerizando a la sociedad catalanaQuedémonos con esa palabra “mientras tanto”. El “mientras tanto” en Cataluña durará muchos años. Lo que está diciendo Jordi Sánchez, por tanto, es que tienen que disputar un espacio con otros, que son muy similares a ellos, y que se tienen que diferenciar y, para esa diferenciación, solo pueden jugar con los sentimientos porque la operativa les vendrá dada. Por tanto, tienen que ser competitivos emotivamente y eficientes en el “mientras tanto”.
La cultura, seriamente herida hoy, que explica en su libro, es la que en la década de los 60-70 elabora criterios de cohesión lingüística y de cohesión social, lejos del pacto político. Esa cultura de la cohesión ha desaparecido en Catalunya, parece.
Efectivamente. Pero eso tiene que volver porque, si no, es la decadencia catalana. La cohesión volverá. Lo que pasa es que ahora el independentismo se ha separado en dos facciones que piensan prácticamente lo mismo y que tienen que estar diferenciándose continuamente y, para ello, están histerizando al conjunto de la sociedad catalana. Están abusando. Aquí está la operación política “aterrizaje”: a ver cuál es el primer helicóptero que toma tierra
Y que tiene derecho a tomar tierra…
Exacto. Y que defina el campo. Lo que no sabemos es quién se ocupará del “mientras tanto”.
El “mientras tanto” se llama autonomismo como para una boda, ¿no?
Claro, por supuesto. Y se llama Pacto Europeo Next Generation y Gobierno español, etc. Está más claro que el agua. Están abusando de la paciencia de la gente pero hay gente dispuesta a que abusen de su paciencia.
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