Al hilo de la entrevista del presidente del Gobierno al periodista de Onda Cero, Carlos Alsina, las redes sociales se hicieron eco de las respuestas y preguntas de dicha entrevista y se ha hecho destaque, risa, brincadeira de las respuestas de nuestro timonel.
Las respuestas rajonianas en estado puro, parecían surrealistas y la imagen patética habitual de los estereotipos dialécticos del Presidente quedaron más que nunca patentes. Para quien ha sido crítico con las formas de contestar o no decir nada del entrevistado no le causa sorpresa el tono patético y absurdo de sus respuestas, no obstante esta vez se ha superado a si mismo. Sin duda no se había preparado y demuestra que tiene poca cintura o más bien poco bagaje para no saber salir holgadamente de unas cuestiones bien sencillas para una persona que se le supone de un nivel muy alto. Tenemos derecho a ser exigentes y críticos con una persona que es quién dirige el ejecutivo de España y que ha ganado unas elecciones y le han colocado en el lugar que ocupa. Cualquiera puede tener un error, o por supuesto estar en contra de sus opiniones y maneras de gobernar, pero los ciudadanos quieren un cierto nivel en un líder al que miran buscando algo de luz y no un gestor patético que mira siempre a su alrededor para ver que tiene que decir y quién va a ser el chivo expiatorio responsable de lo que está en ese momento en cuestión.
Metido en la voragine feriante-electoralera, salió a darlo todo, como es habitual en estos casos que es donde después de tantos años se ha bregado elección tras elección como un currante del marketing electoralero loco y sin sentido. Salió a darlo todo y toca amenazar, meter miedo, y en ese paquete lanzó el soflama de que los que voten a la independencia van a perder la nacionalidad española, y por supuesto la europea, se quedaran solo en catalana.
Como diría Jack el que destripaba, vamos por partes.
Si tu luchas para que no dejen de ser españoles los ciudadanos de cataluña, tu no puedes decir que les vas a echar. Las leyes españolas tienen como príncipio para ser español el "ius sanguinis", no es Ius soli", lo cual quiere decir que son españoles de origen aquellos que sus padres son españoles de origen, nazca o no en suelo español. El hecho de nacer en suelo español dará facilidades y ventajas evidentes para solicitar la nacionalidad que en todo caso será de español por carta de naturaleza. Al español de origen nunca se le puede privar de la nacionalidad española, al español por carta de naturaleza si. Los catalanes en su mayoría son españoles de origen y las leyes españolas les permitirán siempre, salvo una guerra o una situación caótica, seguir siendo españoles cuando quieran. Y aunque exista un futuro estado catalán cualquiera de ellos aunque pertenezcan al nuevo estado podrá en cualquier momento solicitar por el derecho de español de origen a activar su nacionalidad española. En ese momento seguirán siendo ciudadanos de la U.E.
El problema está en el debate al menos, pero un Presidente de Gobierno debía tener una respuesta más convicente, saber salir más airoso del pantano en que se metió o le metieron. El que no quiere que se vayan de España no puede decir a los españoles-catalanes que les va a quitar la nacionalidad. Precisamente podía haber vendido lo contrario, que no dejaría de ser españoles, no perderían sus derechos al menos hasta que se consolidase de facto internacionalmente un estado catalán y allí tendrían la opción de optar si como sería lo más normal existiese la posibilidad de la doble nacionalidad para los ciudadanos de España y Cataluña, como pasa con los países de iberoamérica, Portugal y los descendientes de sefardies, amén de nietos de exiliados etc. etc.
Si cuentas una mentira para meter miedo a un niño pequeño, cuando te descubra ya no podrás meterle más miedo. Una vez más se le ve como es para el la ciudadanía, lo que el llama "la gente", una cosa amorfa que vota pero que es masa y es infantil, se le puede engañar y lo que se dice en la campaña electoral no es importante, se habla para la masa, para la gente, en general y se dicen pildoritas para que le entren por el coco, ya que no piensan.
Cuánto derecho hipotecario cabrá, o no, en esa cabeza , pero que pocas lecturas variadas han entrado en la simpleza del personaje.