viernes, 14 de septiembre de 2018

De vez em quando um livro. Emperadores y Bárbaros VII. El gran debate de las miggraciones. ¿Identidad equivocada?.

 

 

 ¿ IDENTIDAD EQUIVOCADA?

        ¿ Existieron o no las migraciones, fueron tan importantes  en la configuración de Europa o no lo fueron? . ¿Podemos reducir todo a las investigaciones arqueológicas al hablar de las migraciones del primer milenio?   ¿ Tienen razón los arqueólogos  e historiadores ingleses y americanos o los mediterráneos europeos al hablar de las migraciones del primer milenio?





    Dos líneas de estudio de las ciencias sociales contemporáneas pueden iluminarnos sobre el concepto de identidad:
       .- Una línea Leach, Barth se centran en el comportamiento colectivo y observan a los individuos que CAMBIAN SUS LEALTADES  según el beneficio inmediato que pudieran obtener.
      .-   Otra la llamada  "primordialista", hacen una observación más minuciosa de la conducta individual de las personas. Estos últimos sostiene que los VÍNCULOS COLECTIVOS siempre han sido un elemento fundamental de la conducta humana. Estos llegan a conclusiones bien distintas de  las de Leach y Barth,  centrados en el beneficio de la lealtad, al afirmar que  las ideas heredadas acerca de la identidad colectiva no pueden ser  aparentemente manipuladas a capricho, sino que obligan  al individuo a seguir modelos de conducta que van  contra sus intereses  inmediatos. Las  diferencias en el aspecto , la lengua, las prácticas sociales, los valores morales y la concepción del pasado pueden actuar como barreras formidables para unos individuos que , por un beneficio personal, desearían tal vez asimilarse a un grupo distinto.


      Estas dos líneas de investigación se ha refutado mutuamente, pero en realidad no se contradicen. En realidad definen los dos extremos opuestos de  un gran espectro de posibilidades. Es fácilmente observable ver como las  IDENTIDADES COLECTIVAS HEREDADAS PUEDEN EJERCER UNA FUERA MÁS O MENOS POTENTE. Al respecto de las identidades colectivas el marxismo las niega como tales al estar compuestas por una falsa conciencia de clase, salvo que todos los individuos tengan el  mismo status. Barth, al que ya hemos citado en la primera teoría, afirma que la Identidad Colectiva  debe ser  entendida como  una CONSTRUCTO SITUACIONAL. En contra de lo expuesto por Barth  debemos decir que  el se refiere sobre todo a grupos débiles, no obstante hay grupos amplios y fuertes muy influenciados por una IDENTIDAD COLECTIVA, eso es innegable.


      Dos tipos de fuerzas totalmente distintos pueden actuar como barreras que impidan el desapego a la Identidad Colectiva. Por un lado , están las fuerzas informales de la normal  ( comida, vestimenta, o incluso valores morales ). Las investigaciones indican que el individuo  asume muchas de esas características definitorias del grupo en los primeros años de su vida, lo que ayuda, a explicar, desde luego, por qué a veces tienen unos efectos tan profundos  haciendo que el individuo se sienta tan incómodo fuera de las normas de su sociedad, que no pueda ser feliz viviendo fuera de ella. Por otro lado actuando a veces junto con esas sensaciones de incomodidad, puede haber también unas barreras mucho más formales frente a cualquier cambio de identidad. Como individuo, puede uno tener derecho en teoría  a reclamar la identidad que quiera, pero eso no quiere decir que le sea reconocida. En el mundo moderno los estados con su pasaporte, y en la antigüedad la ciudadanía romana y el control de las ciudades estado griegas son ejemplo de esa realidad.


     Las conclusiones subyacentes que cabe extraer del debate  sobre la identidad  son, pues, más complejas de lo que a veces se ha creído. Para los individuos nacidos en cualquier contexto  LA IDENTIDAD COLECTIVA se presenta en capas. Familia, parientes, pueblo, comarca, país, Estado. El concepto de Barth de que las IDENTIDAD COLECTIVAS son "constructos situacionales",  de que ha sido creadas, cambian, pueden dejar de existir, en casos ,  pero unas son más evanescentes que otras.

     Con lo que sabemos, nos encontramos con un problema a la hora de  afrontar las migraciones del primer milenio d.C. No podemos caer en el simplismo de reducir todo  el cambio del siglo a las migraciones ni a ningunear las mismas.
        1.-   Por un lado  es necesario reexaminar los testimonios que hablan de las migraciones del primer milenio sin dar pos supuesto que los grupos de población implicados en ellas tuvieran que estar forzosamente unidos entre si de un modo tan laxo como supondrían algunas de las modernas  concepciones parciales de la  IDENTIDAD COLECTIVA.
        2.- El segundo problema cuando el violento rechazo de las migraciones como posibles agentes de los cambios del pasado que se han producido entre algunos arqueólogos del mundo de habla inglesa.
          Entre unas y otras teorías podemos sintetizar que, en el mundo moderno no es raro que grupos sociales enteros emigren en bloque y  podemos concluir que lo mismo pasó en el primer milenio, pues consistieron casi  siempre en  el traslado de parte una población  desde un punto A hasta un punto B, permaneciendo , permaneciendo  in situ al menos un sector de la población indígena de este segundo punto; la única excepción sería Islandia que aún n o había sido ocupada por nadie cuando llegaron a la isla los nórdicos en el siglo IX. De este modo NO CABRIA ESPERAR NUNCA LA TRANSFERENCIA COMPLETA DE TODA UNA CULTURA MATERIAL. Antes bien, es probable que sólo fueran llevados al punto B algunos elementos de la  vieja cultura material: tal vez, los mejores, o sea los que  tuvieran  un significado especial para el subgrupo de población emigrante implicada realmente en el proceso migratorio. Al mismo tiempo, es PROBABLE QUE SIGUIERA  VIVA UNA PARTE O INCLUSO UNA GRAN PARTE DE LA CULTURAL MATERIAL INDÍGENA DEL PUNTO B, y que algunos elementos o prácticas completamente nuevos  FUERAN FRUTO DE LA  INTERACCIÓN  DE LA POBLACIÓN EMIGRADA Y DE LA EMIGRACIÓN DE ACOGIDA.  En otras palabras, los reflejos arqueológicos de muchos procesos migratorios del primer milenio d. C. a menudo serán francamente ambiguos, en el sentido de que no podemos estar absolutamente seguros, basándonos  sólo EN LA ARQUEOLOGÍA, de si las migraciones tuvieron lugar o no.

      Es mejor tener una concepción ambigua, dados los datos arqueológicos, que POBLAR LA HISTORIA DE EUROPA CON UNA SERIE DE INVASIONES FANTASMAS.  El problema es que si admitimos la ambigüedad que nos traslada la arqueología, y en casos la tendencia arqueológica negativa  sobre las migraciones, no podemos concluir que las migraciones no son un hecho comprobado, sino en aceptar la ambigüedad y ver si hay algún otro elemento- especialmente los testimonios históricos cuando son adecuados- que ayude a resolverla.

      POR CONSIGUIENTE NO ES BUENO NI BASARNOS EN LA PREMISA DE QUE LAS IDENTIDADES COLECTIVAS FUERON SIEMPRE DÉBILES, NI RECHAZAR SU EXISTENCIA Y SU IMPORTANCIA CUANDO SÓLO SE CUENTA CON TESTIMONIOS ARQUEOLÓGICOS AMBIGUOS. TAMPOCO MANEJARNOS EN EL TÓPICO DE LA MIGRACIÓN, que manejan los historiadores mediterráneos, de  ver  un "pueblo" en todos los bárbaros que iban de un sitio a otro.   Pero si la ambigüedad arqueológica es lo único que cabe esperar y no es bueno suponer que todas las identidades colectivas del primer milenio fueran necesariamente débiles, es evidente que cae por su propio peso el apoyo que supuestamente han prestado estos argumentos a la presunta existencia de un tópico de la migración. Será preciso examinar caso por caso y ver las noticias históricas de las migraciones de grandes grupos.


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