domingo, 5 de junio de 2022

Abba 1974. Waterloo. Así empezó todo.

 

     Es bueno repetir el año. 1974.  En el 75 murió Franco.

       Hoy me he topado con ellos de nuevo, por causalidad, aunque hay otro post en el blog con este mismo vídeo. Mi cara de asombro y alegría sigue igual que siempre. Su estilo, la performance como se dice ahora y sobre todo esa melodía. Incluso hoy parece rompedor, imaginemos en 1974. 

      Es cierto el mundo, europeo,  estaba frenéticamente mostrando un nuevo estilo. Aún duraba el movimiento hipiie, el mayo del 68 había influenciado una nueva generación, la televisión estaba en auge, los beatles habían ya cambiado las melodías  musicales. Un nuevo estilo estaba ya presente. 

      Aquella España del 74, era engañosa. Era una España surrealista y esquizofrénica. Salía al balcón  del Palacio de Oriente un anciano con parkinson que era generalísimo mandamás político y la gente le aplaudía. Por otro lado había turistas, minifaldas, un nuevo estilo de música, curas comunistas, manifestaciones. Una  parte de la sociedad bailaba en las fiestas con Manolo Escobar y Lola Flores y otra en las discotecas con un nuevo estilo y un nuevo look. Aún en Semana Santa estaba prohibido que las discotecas pusiesen música rockera o de baile, podían abrir para escuchar a Jesucrito Super Star o música melódica. ¿ Era o no era aquella una sociedad esquizofrénica?.

      Como dijo Jacinto Benavente en la obra teatral de " los intereses creados", "dos ciudades hay Leandro". En este caso dos Españas había,  tal vez como hubo siempre, sólo que ahora parecía que se  veían más y eran más distintas que nunca la una de la otra. Todo estaba comenzando. Dentro de poco a España, como dice el castizo, no la habría de conocer ni la madre que la parió. Aquél hombrecillo del balcón ya no se enteraba de nada, pero el símbolo o el jarrón chino que estaba allí y significaba todo. El solito saludando con su manecita al pueblo evitaba el cambio que se presentía.

      Aunque parezca que  en ese momento ABBA era algo normal, al menos para los corrientuchos, o mayoría silenciosa (cursi expresión de la transicisón),  no lo era. Fue un flash que de repente parecía iluminar el escenario. Era la transgresión institucionalizada. Un sin miedo al miedo. Aún  Eurovisión estaba llena de representantes con canciones románticas tipo balada clásica e intérpretes con corbata tipo festival de San Remo. Abbba se adelanta , es  rompedora y gana. El que gana escribe la historia y Abba es reconocido en su estilo al ganar y comienza a escribir una nueva historia de la música pop. El mundo estaba cambiando para nosotros y nos venía de Suecia, sin miedo, y con atrevimiento una nueva forma de estar. Nuestra capacidad de sorpresa hoy es menor, ya hemos visto las movidas nacionales, las miles de performances provocadoras de los años 80. Hoy es difícil sorprender o cabrear al español bien "pensante". En el 74  aquello era más difícil de entender, un aire de libertinaje y promiscuidad aparecía en el horizonte del español amante de la fé y las costumbres. 

      Con nostalgia recuerdo aquel Eurovisión y la nueva música tan alegre y bailable  que había ganado. Fue el comienzo de nuevas canciones movidas y alegres que romperían en las repletas  discotecas de aquellos años. 

      Gracias Abba, porque así empezó todo.

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