jueves, 30 de agosto de 2018

Historietas de la Historia. Tener un buen trancazo.




Historieta, es un un cuento breve y entretenido que alguien le narra a otro. También tiene la acepción de viñeta corta y divertida.




    




Fernando VII  y su esposa Maria Cristina, la madre de sabel II, futura reina de España.

 Del Blog el historicón, magnífico deleite de pequeños resúmenes de la historia, robámos este audio  entretenido sobre la acepción tan común que utilizamos de  tener un buen trancazo, que salvo se utilice  en un contexto determinado para ser usado eufemismo para exaltar el  atributo sexual masucilino, habitualmente  lo utilizamos en el lenguaje corriente para expresar que alguien está afectado por un fuerte catarro y malestar general previo a la gripe.

        He aquí el poscast del audio:  Tener un buen trancazo. 


                                                                                                


   El caso es que al lenguaje común, sea verdad o no pasó esta expresión inventada por Maria  Cristina, tercera esposa de Fernando VII, que  contenta a su anciano esposo al inventar que el termino trancazo no se estaba refiriendo al miembro de su amante, sino que en  alguna zona de España, tener un trancazo era sinónimo de un gran catarro. Su amante era el Sargento de la Guardia Agustín Fernández Muñoz. Cuando muera Fernando VII se casaría en secreto con el, para evitar el casamiento morganático, y tendría con el ocho hijos. Como  más tarde Maria Cristina se tendría que exiliar de España, Roma bendijo su unión públicamente sin que afectara a sus derechos sucesorios.

   






AGUSTÍN FERNANDEZ MUÑOZ.


























  El caso es que a través de la historieta podemos dar una vuelta por la época, tan interesante por otra parte. La historia nos sitúa en el nefasto  reinado de FERNANDO VII, para algunos el peor rey de España.
    En el año 1829 cuando tiene 45 años se casa, por tercera vez,  con su joven sobrina María Cristina de Borbón-Dos sicilias. Cuatro años más tarde muere Fernando y María Cristina va a ser regente de España desde 1833-1840. Como había tenido una hija de Fernando, esta será la heredera con el nombre de ISABEL II, cuando termine la regencia de su madre.
     Pero las cosas no son tan fáciles. El hermano de FERNANDO VII CARLOS MARIA ISIDRO, no está de acuerdo en que sea una mujer la heredera  al trono y reclama, con los legitimistas, el trono para él como heredero varón. El caso es que  la broma desemboca en la GUERRA CARLISTA, así llamada  por el nombre de Carlos el pretendiente. La guerra terminaría con el famoso "abrazo de Vergara" entre Espartero, Isabelino, y Maroto, carlista.

     MARIA CRISTINA hizo  siempre verdaderos equilibrios políticos  con el objetivo de mantenerse en el poder y ganar la guerra. Daba  y quitaba  a absolutistas y liberales moderados, compensando las fuerzas gobernantes. Pero los equilibros aveces no  satisfacían a todos y se producían  tensiones como las que  llegaron a provocar la matanza de los frailes en 1834 y la revuelta de los sargentos de la Granja en 1836 por la que se volvió a imponer temporalmente  la constitución  liberal de Cádiz de 1812.
 
     Cuando terminó la guerra con la idea de mantenerse en el poder  pactó con los carlistas lo que enfado al liberal Espartero que exigió una constitución progresista y se levantó en armas. La reina se fue al exilio. 
     
    La corrupción en España, no es de ahora. María Cristina, en su regencia  amasó  una suma considerable de las arcas públicas, tanto en dinero como en  joyas. Cuando se exilió a través de la  información privilegiada que poseía, continuó ganando dinero. Desde  París participó en miles de negocios aparte de conspirar contra el gobierno de Espartero. Ferrocarriles, sal, carbón y comercio de esclavos, fueron sus nichos de  negocio, de los que sacó mucho dinero.  Se cuenta que hundió la incipiente siderurgia española al desprenderse de sus negocios en la misma un año antes  de que se bajaran los aranceles sobre estos productos. 

                                                                                                                 Espartero.







 





miércoles, 18 de julio de 2018

Dwe vez em quando um livro. Emperadores y Bárbaros. IV. El Gran debate de las migraciones. Crisis de identidad


 

El grande debate de las migraciones. 

 

Crisis de identidad.

 

      En el gran debate sobre las identidades colectivas, antes y después del gran relato, un punto de partida fundamental es la interpretación completamente nueva, surgida en  la época de postguerra, de cómo los seres humanos se juntan para formar unidades
sociales más grandes.

      El Gran Relato partía, en primer lugar,   de que entre los pueblos bárbaros migrantes en este primer milenio,  había unas identidades colectivas del  llamado modelo bola de billar y  daba por supuesto que  los seres humanos siempre aparecían en grupos compactos de hombres, mujeres y niños, que estaban esencialmente cerrados a los extraños. En este mundo autónomo  se reproducían a través de la endogamia.

       En segundo lugar, en lo que esencialmente es la misma teoría de la identidad colectiva desarrollada a largo plazo, se daba por supuesto que existía una continuidad directa y tangible entre los grupos  inmigrantes del primer milenio y las naciones homónimas de la Europa moderna. Así los polacos eran descendientes directos del pueblo eslavo de los polianos, los ingleses de los anglosajones, los españoles de los visigodos etc. Según la teoría las identidades naciones del XIX eran antiguas e inalterables y su antigüedad les confería una legitimidad que prevalecía sobre las pretensiones de cualquier otra forma de organización política.  Sin duda fortalecía, este pensamiento, el sentimiento de independencia de los grandes imperios europeos de la época. 

       Es un continuo que se irá repitiendo  en la narración de la historia para todos los acontecimientos. Contamos la historia como nos gustaría que fuese y no como realmente ha sido. Buscamos justificaciones inventadas partiendo de un  fin principal, normalmente, el fortalecimiento de crear al Estado-Nación de hoy de los antecedentes y mitos que justificarían  su elección y designio histórico.

     Para los nazis, las naciones habían existido siempre. Eran  la forma básica de organizar las grandes comunidades. Por supuesto la nación de los  germanos había controlado en otro tiempo gran  parte de Europa, con la  dimensión añadida de la supuesta superioridad racional germánica. Todo ello acabo creando campos de exterminio como ya sabemos.

      En resumen,   a día de  hoy,  más allá de las diferentes interpretaciones, podemos asegurar que Europa no ha estado poblada desde el primer milenio (d.c.)  por grandes bloques de población conscientes de unos vínculos nacionales distintivos que configuraran de un modo habitual  su vida y sus actividades. Las identidades nacionales  que empezaron a imponerse  en el XIX, no supone, como algunos dicen, que fue la exposición de algo que estaba siempre ahí;  la reaparición de algo que estaba escondido. La nación había existido como raza propia siempre.  Sin los medios de comunicaciones de masas del XVIII y el XIX, habría sido imposible reunir en comunidades  nacionales unas poblaciones numéricamente tan grandes  y geográficamente dispersas.Las condiciones de medios, transporte, deslocación etc. influye como es lógico en la creación de identidades colectivas, que harían muy distintas las del siglo I de las identidades colectivas creadas en el XIX.

      La identidad, según los últimos estudios antropológicos, tiene que ver más con la percepción que cada uno tiene de pertenecer a esa identidad, más que de elementos mesurables. La percepción de la identidad que el individuo tiene en su mente y la forma en que el individuo es percibido por  los demás. Así personas que tienen la misma cultura y rasgos diferenciales, incluida la lengua,  pueden considerarse    que pertenecen a identidades sociales diferentes. En cambio individuos  con distintas culturales pueden tener la percepción de que pertenecen a un mismo grupo.  

   Barth considera que la “identidad colectiva debe entenderse como un constructo situacional evanescente, no como un hecho permanente sólido”. 

     Antes de la Segunda Guerra Mundial la Identidad colectiva era vista como algo inalterable y un dato definitorio de la vida de un individuo Los estudios  arqueológicos de Leach han demostrado que la identidad de grupo de un individuo puede cambiar y  que de hecho cambia y que un individuo puede tener más de una identidad colectiva. Hoy los ciudadanos de la UE, por ejemplo. Los ciudadanos con doble pasaporte etc. Son un ejemplo del cambio que sufre el concepto de identidades colectivas.   

      Una vez que hemos sacado el velo del “Gran Relato”, podemos intentar ver con la luz de la objetividad, el estudio arqueológico y sin la pasión de la  justificación nacionalista de la raza, los  movimientos migratorios y la mezcla de  identidades colectivas  en la creación de Europa.

lunes, 16 de julio de 2018

De vez em quando um livro. EMPERADORES Y BÁRBAROS. III. La migración bárbara y el primer milenio.


La migración bárbara y el primer milenio. 

 

 



Una revisión de cómo nos contaron la historia de las migraciones.






La historia, antes de la Segunda Guerra Mundial, consideraba que la migración era un fenómeno de importancia trascendental en la transformación de la Europa bárbara. Es como la seña de identidad del primer milenio. La migración germánica a gran escala durante los siglos IV y V acabó con el Imperio Romano de Occidente y estableció nuevos modelos lingüísticos y culturales en el norte.
      Es la época en que LOS GODOS procedentes de la costa septentrional del Mar negro se desplazaron más de dos mil kilómetros hasta el Sudoeste de Francia en tres estas distintas a lo largo de 35 años. (376-411). LOS VÁNDALOS recorren en la misma época el doble de kilómetros para acabar en las provincias centrales del norte de África, previa estancia en España (411-430) de veinte años.  LOS SUEVOS ocupan una región concreta, la Gallaecia romana en su parte más occidental, especialmente el norte de Portugal y el Sur de Galicia. Los ANGLOSAJONES, procedentes de Dinamarca y el Norte de Alemania llegan a las Islas Británicas.
       Un siglo más tarde, no obstante más importancia tuvo, supuestamente, la migración ESLAVA. Su origen es objeto de debate y es dudoso de donde proceden una variedad de pueblos hablantes de idioma eslavo que a partir del siglo VI y durante doscientos años van ocupando grandes extensiones de la Europa central y oriental. Estos territorios antes ocupados por germánicos de modo que la ascensión de los eslavos supuso un cambio cultural y político enorme. Crea así la TERCERA ZONA LIGÚSTICA DE LA EUROPA MODERNA, junto a las lenguas románicas y germánicas.
     LOS ESCANDINAVOS, después con sus migraciones de los siglos IX y X completan el milenio de migraciones masivas en Europa. La importancia escandinava es muy grande en esta época, así crean o colonizan ISLANDIA y las Islas Feroe; los vikingos crean Danelaw en Inglaterra y el ducado de Normandía en el continente. Otros escandinavos desempeñan un papel fundamental en la creación del primer estado ruso en Kiev.
       EL GRAN RELATO.
         Se entiende por tal la forma de contar la historia de las migraciones hasta 1945. Se narran de forma asertiva normalmente y dándole un papel mitológico y fundamental a la misma.
        Hasta 1945, pese a todas las discrepancias doctrinales de como fueron y que significaron las migraciones, una premisa era aceptada como fundamental: es que la migración de los bárbaros desempeñó un papel fundamental formativo enorme en la historia de Europa. Se exageró seguramente al darle un papel trascendental a las migraciones del milenio. Se pensó que determinados grupos de emigrantes pusieron los cimientos de entidades políticas tan duraderas y tan extensas como por ejemplo Inglaterra, Francia, Polonia, Rusa, por no hablar de los estados eslavos que abrieron el camino hacia la independencia de los imperios multinacionales de los siglos XIX y XX. Durante el período de entreguerras la proporción de estados nación de la Europa moderna que remontaban los orígenes de su ser nacional a los emigrantes del primer milenio era enorme. Esta visión compartida y mitológica es lo que los historiadores han llamado el “Gran Relato”.
           Algo fundamental en el Gran Relato era una determinada visión de naturaleza de las unidades de población que emigraba. Aparte de no estar muchas veces bien documentada la visión, independientemente de la información histórica que existiera se hablaba de que grandes grupos compactos de hombres, mujeres y niños que se trasladaban juntos de manera deliberada de un hábitat a otro. Como esos grupos migratorios eran considerados el principio de las futuras entidades con distintividad continuada era natural aplicar esa visión a todos ellos. De es modo todos los grupos migratorios del primer milenio- documentado o no – pasaron  a ser vistos como grandes grupos de población culturalmente distintivos y biológicamente autorreproductores que pasaron de un punto A a otro B, sin que por suerte les afectara a ellos el fenómeno migratorio.
      Una buena analogía de lo dicho anteriormente sería la llamada de las bolas de billas rodando por la extensión de una mesa de fieltro. Algo hace mover las bolas, en ese caso la superpoblación del origen, pero cada bola será la misma en todos los lugares por donde pasa y llegarán pura al final de su recorrido. Esta teoría fue aplicada en particular a los pueblos germánicos de los siglos IV-V, pero también a los eslavos y escandinavos. Pueblos como serbios, croatas y eslovenos, por ejemplo, hacían remontar su historia a poblaciones migratorias cohesionadas el primer gran milenio. O el caso de España con los visigodos.
      Este gran relato del primer milenio formaba a su vez parte de un relato más extenso que explica de forma sencilla la población de Europa en tiempos prehistóricos. La historia antes de 1945 se escribía como una secuencia de de grupos de población más avanzados que iban sucediéndose unos a otros como fuerza dominante en el paisaje europeo. Los agricultores que llegan del Este reemplazan a los recolectores-cazadores, los que emplean el cobre sustituyen a los de la piedra, los que emplean el bronce con los del cobre, y así hasta los del hierro. Todo ello grupos de población que vienen de fuera y dominan y se adueñan del paisaje europeo. Finaliza el Gran Relato dando relevancia al primer milenio como el testigo de las últimas migraciones que configuran la historia del continente desde la última glaciación y marca la historia de una Europa poblada por entidades con una historia continuada, o lo que es lo mismo grupos que se habían mantenido intactos y no se habrían visto afectados por otras migraciones y se recolocan por decirlo así en el mapa europeo. Se ordena a través de las migraciones toda la historia.


     Todo es más complejo. Mejor que bolas de billar el movimiento de las identidades colectivas que se movían, eran bolas de nieve. Bolas que se van formando a medida que avanzan en su camino, que se asocian y protegen para formar nuevas identidades  que les dé seguridad frente a los enemigos tanto romanos como de su propio hábitat. No hay naciones organizadas  jerárquicamente que se ponen en movimiento con su claro propósito de ocupar  el territorio B del Imperio. Hay bases de identidades colectivas  unificadas en raza, lengua, cultura, pero muy atrasadas en el concepto de organización política. El gran relato nos hace la ficción histórica de pueblos organizados, ocupación o invasión de otros, limpieza étnica, nueva cultura y nueva lengua. Como veremos a través de " Emperadores y Bárbaros", no hay tal, con la claridad y simpleza que el "gran relato" nos transmitió la historia.
      La mitificación nacionalista, especialmente en la época nazi,  ayudó aún más a buscar orígenes épicos en las  grandes naciones del siglo XX.

 

 




De vez em quando um livro. EMPERADORES Y BÁRBAROS. II. .La Europa Bárbara

   

 LA EUROPA BÁRBARA



LA HISTORIA DE LA HUMANIDAD ES LA HISTORIA DE LAS MIGRACIONES.
     El Sapiens después de haber evolucionado en un contexto favorable en el África continental, utilizó las habilidades de adaptación proporcionadas por su mayor potencia cerebral para colonizar casi todos  los ambientes terrestres del planeta. Esencialmente el mundo entero está poblado por descendientes de emigrantes y de individuos que en algún momento buscaron asilo.


      En 1994 en África doscientas cincuenta mil personas  huyen de Ruanda a Tanzania. Un poco más tarde un millón huyen de Ruanda a Zaire. La décima parte de estos refugiados perecerían víctimas de enfermedades. En los años ochenta 200.000 irlandeses, de los tres millones de habitantes del país, emigran para otras zonas de Europa  y América más dinámicas.
      La violencia política y las causas económicas se combinan para hacer de la emigración uno de los fenómenos más importantes del mundo moderno.
      Estados Unidos es la creación de la emigración, en el siglo XVI 250.000 españoles emigran a América, en el siglo XVII otros 250.000. En la Alta Edad Media en el siglo XII 200.000 campesinos de raza germánica se trasladaron al este del Elba para hacerse con tierras en Holstein, Brandemburgo occidental y marcas sajonas.



A comienzos del primer milenio, la Europa Imperial se extendía desde la cuenca mediterránea hasta el Danubio por el norte y hasta el Rhin por el Este. Más allá se encontraban los bárbaros de Europa. En esta fecha de la historia esta división está dominada más por el clima que por la raza. Cuando aún se están usando tecnologías agrícolas limitadas el clima condiciona la productividad de estas zonas, lo que hace de ellas un factor predominante en su valorización como zonas de conquista por parte de los romanos. Los terrenos del norte de suelos arcillosos exigían la utilización de pesados arados para mover la tierra. Al comienzo del primer milenio apenas eran  capaces de arañar la tierra, más tarde en la primera Edad Media y durante la Alta Edad  Media se utilizó el arado de acero  - carruca-   tirado hasta por ocho bueyes. Esta agricultura era de mera subsistencia desarrollada en pequeños islotes rodeados de un mar de bosques. 



     Los romanos no se preocuparon de esta zona de Europa, no les interesaba en la conquista, definieron a los habitantes de la Gran llanura europea en germanos y escitas.  La Europa occidental y centro-meridional, anteriormente celta, había sido devorada por el Imperio. Los testimonios arqueológicos indican que la fijación de los nuevos límites de la Europa Imperial no fue un mero accidente.

     LOS CELTAS:
Es decir los romanos en su conquista lo hicieron en pueblos ya con una cultura más desarrollada que la del otro lado del Danubio, LA CULTURA CELTA. Los romanos aportaron una nueva cultura, lengua y avances pero ya sobre una cultura celta occidental avanzada. La cultura céltica prerromana es célebre por su característico estilo artístico, expresado sobre todo a través de una avanzada metalurgia. Los asentamientos celtas compartían además de una sofisticación general manifestada en la cultura material: una cerámica avanzada tecnológicamente, poblados grandes y amurallados (oppida) y uso considerable de herramientas de hierro capaces de generar una agricultura productiva.
      LOS GERMANOS:
      En el otro lado de Europa, la cultura germana estaba menos desarrollada, y no seducía a Roma su conquista.  En la comparativa del mismo período los pueblos hablantes de lenguas germánicas son en general mucho menos ricos y menos desarrollados. Cerámica manual, tumbas de cremación con escaso ajuar, sin poblados amurallados, metalurgia sin desarrollo.  Y algo fundamental su a agricultura era improductiva, por tecnología y clima.
        Y aunque los romanos nunca tuvieron la previa decisión de tomar en principio todo el territorio celta, tuvieron siempre claro que la Europa germánica no merecía la pena, el esfuerzo de la conquista. Por poner un ejemplo, es famosa la derrota que las legiones de Varo  sufrieron en el año 7 d.c.  (Bosque de Teutoburgo) a manos de los germanos. La venganza posterior de las tropas romanas en su despliegue por el territorio bárbaro fue improductiva para los romanos. Gastaron más en mover sus tropas que los impuestos que consiguieron y la riqueza que aportaron a Roma. Por eso nunca trataron de realizar más conquistas, y a que el territorio por el territorio no les interesaba, ni tampoco meter en el Imperio el problema de una población pobre.
       Cuando utilizamos el término   GERMANOS, en realidad no hablamos de una Europa dominada por los germanos y no tenemos que suponer que toda la población de esta zona enorme fuera culturalmente homogénea en términos de sistemas, de creencias o de prácticas sociales, ni siquiera que hablara la misma lengua. Bajo ese término Roma quería expresar una multitud de culturas, razas y pueblos sin identidad más allá del territorio Imperial.  En el siglo I Tácito y Ptolomeo ofrecen una lista casi desconcertante de nombres de pueblos existentes en lo que llamamos el mundo germánico. Había, en consecuencia, tantas unidades políticas que consideradas individualmente debieron ser pequeñísimas.

         ESCITAS:  Escitia  era un  término genérico, a modo de cajón de sastre, usado por los romanos para designar a los habitantes de las regiones orientales de  la Llanura Septentrional europea, que se extenderá desde el río Vístula, estribaciones de los Cárpatos, hasta el Volga y el Caúcaso. Los griegos lo representaban como un desierto helado. Eran la representación de los otros, los contrarios a la civilización y se les atribuían todo tipo de comportamientos incivilizados. En realidad era una zona muy variada en la que vivían muchos tipos de habitas y en la que habían zonas productivas agrícolas,
     En esta zona desempeñan un papel fundamental los pueblos nómadas. Estos pueblos desempeñaran un papel fundamental en el desarrollo de la Europa del primer milenio de forma indirecta. La climatología de sequías y lluvias hace que existan pueblos sedentarios agrícolas pero también nómadas que alternan su vida en función de las variables climatológicas en cada zona.
       En resumen, la Europa bárbara a comienzos de nuestro período puede dividirse principalmente en tres zonas a muy grandes: La situada hacia el OESTE, origen celta, con agricultura productiva, al este la Europa germánica y eslava poco desarrollada y más al Este de esta una zona aún menos desarrollada.