jueves, 22 de agosto de 2019
Era Galicia un puro val ou oco....
de densidade verde e fume morno.
Era Galicia a chaira máis espida,
inerte néboa sobre illó de lodo.
Era Galicia esguío vento agudo
encrequenando en si tódalas cousas.
Era Galicia un arbre lentamente
ensumíndose un pouco cada hora.
Era Galicia cen avós de terra
sen vengar, mudos ecos que nos moven.
Era Galicia un mar perfectamente
denso, sen luz e con sabor a homes.
Era Galicia a patria do traballo
de nunca terminar, pola boroa.
Era Galicia un home sen cabeza.
Era unha vez Galicia, espranza angosta.
X.L. Méndez Ferrín.
Escrito curto, em forma de carta sem cerimónia.
"bilhetes", in Dicionário Priberam da Língua Portuguesa [em linha], 2008-2013, https://dicionario.priberam.org/bilhetes [consultado em 19-08-2019].
"bilhetes", in Dicionário Priberam da Língua Portuguesa [em linha], 2008-2013, https://dicionario.priberam.org/bilhetes [consultado em 19-08-2019].
Escrito curto, em forma de carta sem cerimónia.
"bilhetes", in Dicionário Priberam da Língua Portuguesa [em linha], 2008-2013, https://dicionario.priberam.org/bilhetes [consultado em 19-08-2019].
"bilhetes", in Dicionário Priberam da Língua Portuguesa [em linha], 2008-2013, https://dicionario.priberam.org/bilhetes [consultado em 19-08-2019].
martes, 20 de agosto de 2019
Notas Soltas. La Arrogancia de la ignorancia.
Hoy me encuentro en una entrevista al actor conocido como "el Brujo", Rafael Álvarez , un hombre del teatro, en la que destaca la frase que me gustó :
La arrogancia de la ignorancia es de lo peor que hay.
Me gustó la frase. El brujo suele tener frases de esas que llamamos redondas, cortas y expresivas. Esta me hizo pensar y me pareció que escondía detrás todo un tratado de ética o psicología, no sabría que elegir.
Es muy fácil caer en afirmaciones arrogantes que se disimulan más o menos hasta que el arrogante choca con un interlocutor que sabe y domina el tema. Todos queremos opinar sobre todo, y lo difícil es escuchar y sobre todo distinguir a quién sabe del tema. En el mundo de hoy se cae fácilmente en la opinión de todo y casi todo, y se oyen verdaderos tratados que asustan. Lo malo es cuando nos lo creemos y acostumbrados a pontificar sobre cualquier cosa somos capaces de discutir o poner en entredicho las afirmaciones de quién sabe más que nosotros. Realmente cuando se da el diálogo entre dos personas que saben del tema, este suele ser pausado y compartido, cuando uno de los interlocutores quiere sobresalir sin saber, suele sobre actuar, perderse por las ramas, elevar la voz y perderse en medio de la conversación en algo superficial y haciendo un batiburrillo de cosas que lo vician todo, olvidando el tema central del que se habla.
La arrogancia en castellano va unida a "altanería, "soberbia", que es lo mismo que decir que se tiene desprecio por el otro, o que se cree uno más que el otro. Los portugueses solían decir que los españoles en sus visitas a Portugal eran arrogantes, y ciertamente en el subconsciente del español estaba una superioridad sobre el habitante que el consideraba más pobre. Pues bien se cae en la arrogancia cuando reconsideramos, pese a nuestra ignorancia, que el que habla está menos cualificado para hacerlo que nosotros, o que por mi jerarquía o posición social estoy obligado a tener razón sobre cualquier tema que hablemos.
También Santiago Auserón , redondea al respecto el tema con esta frase:
Santiago Auserón: “España tiene un problema grave, la mezcla de ignorancia y arrogancia”.
Lo más cruel es el que no sabe nada de nada y se cree que puede opinar de todo y lo hace por encima con la arrogancia del imbécil que opina de todo. Con lo sano y creativo que es escuchar . Es arrogante no dejar de recibir la información que sea de quien se ve que por su preparación o por su experiéncia sabe más que nosotros de un tema. No es necesario que siempre opinemos y opongamos nuestra opinión a la de alguién que sepa más que nosotros. La inteligencia emocional y la intuición nos deben proporcionar el camino claro para escuchar, y si hacemos lo contrario estamos actuando con arrogancia.
Ya lo decía el sabio, en este caso Sócrates, "sólo sé que no sé nada", cuanto más sabemos, más dudamos y más queremos aprender que va unido a escuchar.
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