miércoles, 2 de septiembre de 2020

Cánovas y su tiempo por Leopoldo Alas Clarín. Que literario era el "Salvame" de siglo XIX. .

 Clarín se encuentra por casualidad  a  Cánovas ligando ,en la terraza de un bar , con una bella señorita .Clarín, cual paparazzi actual, no se puede resistir a fisgonear y a tratar de diseccionar cada gesto y mirada entre el político y la musa. El maestro literario no pierde detalle y lo traslada con su genio al papel literario describiendo con sutileza hasta el simple, o no tan simple, roce de manos con guante en la despedida de ambos personajes. Nadie como él en la Regenta va a describir los silencios, las miradas, las sutilezas de una mujer que mueve  y administra las pasiones de un hombre.Aquí ejerce una vez más de embelesado especialista en fotografiar literariamente pequeños momentos que él convierte en sublimes.
Foto de Cánovas del Castillo.
Cánovas del Castillo, el estadista artífice de la Restauración | Diario Sur
 
 Fuente:      Biblioteca Saavedra Fajardo.

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      No recuerdo si corrían los primeros  días de Abril o los floridos  de Mayo , ni del año podré decir sino que era uno de los cinco primeros de la restauración de Alfonso XII. 
      Sobre la calle de Alcalá volaban nubecillas tenues como una espuma del azul de allá arriba. Madrid alegre salió al paseo, y se parecía un poco al Madrid que soñó Musset con sus marquesas a l´oeil luttin, sus toros....embolados sus serenatas, sus escaleras azules y demás adornos imaginarios. Cuando Madrid toma cierto aire  andaluz en los días de sol y de corrida, parece lo que no es, y el que ha vivido allí algunos años se abandona a cierta ternura patriótica, puramente madrileña, que no se explica bien, pero que se siente con intensidad. Eran las tres o cuatro de la tarde; atravesaba el que esto escribe la calle, yendo de Fornos al Suizo, y en la ancha acera, debajo de los balcones de la Gran Peña, vió de cerca, por primera vez en la vida, a D. Antono Cánovas del Castillo; el cual olvidado al parecer de cuanto le rodeaba, ponía el alma entera en su íntima plática con una de las mujeres más hermosas que podían pasearse por la corte.Aunque la comparación está muy manoseada, parecía una de las vírgenes más hermosas de las del  Museo, que había saltado de su cuadro y había venido a tomar el sol por las calles alegres de la villa. Era rubia, más bien alta que baja, muy esbelta, de cabeza pequeña y modelada a lo divino; cabeza en que el oro tomaba un reflejo de aureola. Era una mujer de ambiente espiritual;y tanto, que metido en su zona D. Antonio, que se acercaba bastante, también tomaba sus tintes ideales, y a pesar del bigote de blanco y sucio y de púas tiesas, y a pesar de los ojos que bifurcan, y a pesar del mal torneado torso, y del pantalón prosáico, muy holgado y con rodilleras, no desentonaba el grupo por completo, ni mucho menos pasaba a la categoría de chillón contraste. 
      Como la dama, no sé quién era, y en todo caso el ser amado no deshonra, y como el señor Cánovs es libre y puede contraer justas núpcias , y por tanto, usar de todos los derechos que para el ejercicio de ese son necesarios, no había indiscreción en decir que a mí se me figuró ver en los del  ex  Presidente del Consejo de Ministros algo muy semejante al amor, sino era el amor mismo.Y tal como la bien avenida  pareja de palomas se esponja al sol, o bañando las erizadas plumas en las gotas de lluvia fresca y sutil, y en tanto el macho arrastra la cola, caracolea y sacude  ondulante el cuello hinchado, de donde salen murmullos de pasión perezosa, sí Cánovas y la virgen del museo se esponjaban al sol de la calle de Alcalá, ella , coqueta a la inglesa, él, galán como el más pintado de Lope. 
      Como el palomo del simil, D. Antonio llegó al extremo de girar en redor de su desconocida ( es decir de mi desconocida), no sin tomarla antes una mano, como quién hace que se despide y se queda. No sacudía aquella mano, según la moda grosera de entonces, sino que entre las dos suyas las sustentaba con disimuladas caricias....Y la conversación seguía en tanto animada, pienso que espiritual, pues lo era la sonrisa en ambos. No había allí escándalo ni con cien leguas, que esto tiene el saber hacer las cosas; ningún transeúnte paraba la atención en el grupo, ni mucho menos los del grupo en los transeúntes. Sólo yo era allí atento espectador, sin cuidarme de disimular mi curiosidad, pues ni la dama ni el galán no veían otras cosas que no fuera ellos mismos. Llegó el momento de separse;Don Antonio habló al oido de su amiga,hubo un apretón de manos, callado, serio, sentimental por lo fuerte; y prolongado el roce de los guantes con la carne al separse los dedos, al fin se fue cada cual por su lado, sin volver ninguno la cabeza. El rostro de la hermosa cambió de expresión en seguida,en cuanto dió ella el primer paso calle abajo; la sonrisa ideal había desparecido;en aquellos ojos y en aquela frente sólo se vió la seriedad prosáica, hasta donde puede ser prosáica una divinidad, de la reflexión fría y atenta. La Virgen del Museo se convirtió de repente en la musa de la aritmética. A lo menos tal me pareció.  Pero no pude seguirla porque el personaje principal para mí era el otro;Cánovas, que tomó por la calle de Sevilla. El seguía sonriendo a sus imágenes, llevaba la cabeza erguida, miraba al cielo, y de puro distraido no contestaba a los saludos exagerados de tal cual transeúnte que le reconocía. Algunos, después de pasar a su lado, se volvían para admirar no sé si al grande hombre  o al Gran Presidente del Consejo.   
      Al llegar a la Carrera de San Jerónimo, torció a la derecha, camino de la Puerta del Sol. Era su andar como el de azotacalles distraído que no sabe a donde va, ni le importa ir a un lado o a otro. A los pocos pasos atravesó la calle y se detuvo ante el escaparate de la que hoy es libreria de Fé, y que entonces era, si mal no  me acuerdo , de Durán todavía. 
      Con la atención codiciosa de una dama que registra detrás de los cristales las joyas acostadas en muelle cama de terciopelo, Cánovas, torciendo un poco la cabeza, gesto de miópe, leía los rótulos de los libros nuevos, y tal  vez olvidaba un punto las dulces emociones que desde el Suizo venía saboreando. Después de que leyó todos los letreros que quiso, dió un paso hacia la puerta de la librería, echó mano al picaporte..., pero lo soltó enseguida, cambió de idea, y siguió andando. Iba como antes, sonriendo;pero su sonrisa era ya más complicada. 
      No cabia duda el Presidente saboreaba con delite la vida aquella tarde: me precio de observador mediano, y aquella mirada vaga y alegre, aquel andar ondulante y otros signos que se ven y no se describen, me revelaban el pensamiento del grande hombre, es decir,  del grande Ministro.  
      Cánovas tiene bastante imaginación para gozar de esta perspectiva espiritual en que hay como una síntesis de los placeres, de la alegría, de los bienes que nos han tocado en suerte. Suele provocar  este delicioso espectáculo del panorama de nuestra dicha la feliz conjunción de algunos fenómenos alagueños que, como en la obra de arte, en la novela, en el drama, se juntan aveces en la vida de tal forma,que se hacen transparentes, significativos y sugestivos a la par; y convertidos en símbolos, y sugiriendo mil ideas de color de rosa, nos llevan al éxtasis egoista, tal vez el más intenso, que nos tiene amarrados por horas o por días al engaño de ver el mundo como hecho para nosotros, bueno, suave, risueño, preparado por Dios como escenario de un drama para  el  interesante espectáculo de nuestra feliz existencia. 
     Cánovas, sin duda, se contemplaba con deleite aquella tarde en la que se daba asueto, y a pie, como cualquiera,recorría las calles, y ora tropezaba con el amor, ora con el arte, ora con la poesía;es decir, con sus aficiones más intensas, según él, aunque en esto hay ilusión probablemente. 
      También para mi, el paseo de Cánovas, tenía algo de simbólico, en el sentido más alto en que el símbolo significa tal vez la forma más pura y esencial de las cosas. 
      Era aquella una escapatoria del hombre de Estado, de ser oficial, abstracto según la ley, que representa, como un maniquí, personificaciones acaso falsas aún en idea; era la escapatoria de un jefe de Gobierno, que se reconocía hombre en un rato de buen humor. 
      No todos los jefes de Gobierno  son capaces de ser hombres además. Por supuesto, dando al homo un lugar que no alcanzan la mayor parte de los que por ser bimanos e implúmes, ya quieren entrar en tan rara y elevada categoría Haced a Romero Robledo presidente del Consejo y será incapaz de ser otra cosa en su vida. 
      Cánovas si; Cánovas es algo más que un político, es decir, más que un artefacto de palo con juego en las manos, en los pies, en el espinazo y en la lengua. Cánovas es además un hombre. Aunque llegara el tiempo fabuloso en que se encargaran de la cosa pública las personas, las verdaderas personas exclusivamente, Cánovas podría continuar siendo político.  
      Pues bien aquella tarde sacaba a paseo al hombre que lleva dentro del uniforme de ministro, y a los pocos pasos encontraba a la mújer, sanción de todo mérito, único premio cierto de toda ambición  grande. 
      No se hará la ilusión D. Antonio de que le querían ganar por su cara bonita, como se dice familiarmente; pero no padecería su amor propio aunque le quisieran por su grandeza, por el brillo de su posición y por la gracia de su talento, de su donosura mundana. Ser amado por lo mismo por que se sirve para modelo de un pintor, podrá ser halagüeño; pero la mujer también sabe apreciar otras bellezas, especialmente la mujer más digna de ser amada, la que piensa y siente con orginalidad y delicadeza, un tanto desprendida de los groseros instintos, superior en parte a la tendencia animal del sexo. 
      Legítimamente podía ir D. Antonio satifecho de si mismo, como un D. Juan espiritual, por lo menos...Además, la dicha no se analiza tanto. Todas las cosas descomponiéndolas demasiado, se reducen a átomos insípidos, incoloros e inodoros. El átomo es una cosa que, de pura insustancial, quiza no existe. D. Antonio no tenía para que valerse de esa química psicológica, que han inventado los taciturnos, los misántropos, buscando la fórmula probable del amor que inspiraba. En parte se le querría por poeta, en parte por hombre rico, en parte por hombre influyente, en gran parte por caballero cumplido, en otra no menor por galán de ameno trato, de conversación chispeante, por perfecto hombre de mundo, que es además hombre de Estado, por orador del Parlamento, por autor del prológo a los dramáticos contemporáneos de Novo y Colson !sabe Dios! ! se le podría querer por tantas cosas!....El hecho era que se le amaba. 
      No: no tenía ganas de analizar en aquellos instantes el ilustre transeúnte. 
      Primero la mujer.....después las letras....
                                              II
                              INTERMEZZO LÍRICO
      Pero antes de meterme en honduras quiero hacer algunas advertencias que importan a mi crédito de hombre serio, sincero, cabalmente honrado y libre de toda pasión vil o pequeña. 
      Por estas advertencias debí haber empezado; pero el natural deseo de halagar el gusto dominante , que no puede ver las introducciones, me hizo tal vez prescindir hasta de mi fama para comenzar hablando cuanto antes de mi hombre, , mejor diré, del hombre de su siglo. 
      Además, tan acostumbrados nos tiene Cánovas a hablar casi exclusivamente de su persona importantísima, hasta en los momentos que más prisa corre hablar de cualquier otro, que acaso yo, por equivocación, habiéndome propuesto empezar tratando de mi mismo, la tomé con D. Antonio, como el hubiera hecho de fijo en situación análoga. 
      Entre el capítulo anterior y este han mediado algunos días;los más de ellos, por motivos que no importan a mis lectores, lo he dedicado yo a meditaciones filosóficas y lecturas graves. Después de estar pensando que el mundo es éste o lo otro, en si esto acabará como el rosario de la aurora, o por enfriamiento, como el teatro español, ¡Quién se acuerda de querer mal al señor Cánovas!. 
      Yo nunca le he querido mal ni bien, de ninguna manera;me encuentro con que muchos de mis contemporáneos o conciudadanos, la mayor parte con sueldo, le admiran, a veces le adoran, y resulta al cabo que es un hombre emcombrant en francés, y en español insoportable. 
       Pero esto no me autoriza a mí a burlarme del señor Cánovas como cualquier mequetrefe.Podré ser vulgar, superficial, insignificante en mis escritos, pero hoy no quiero serlo a sabiendas, y sé y siento que la materia que he escogido para este panfleto literario ofrece el peligro de la vulgaridad más odiosa: la murmuración frívola, vanamente injusta, la malediciencia ridículamente pedantesca. Vade retro!
    ¿ Porqué engañarme a mi mismo ?. Si mi espíritu está ahora para bromas ligeras, no debo dejar que la pluma resbale por las corrientes de los lugares comunes de la ironía. ¡Cuántas veces por  cumplir un compromiso, por entregar a tiempo la obra del jornalero entregada, me sorprendo en la ingrata tarea de hacerme inferior a mí mismo, de escribir pero que sé, de decir lo que sé que no vale nada, que no importa, que sólo sirve para llenar un hueco, y justificar un salario....!  Más ahora no ha de ser así; acabo de ler no sé que de Schopenhauer, de ese Schopenhauer que ya fastidia a los revisteros de París, que tal vez no le han leído; y de tristeza en tristeza, de ternura en ternura, de pudor en pudor, he venido a parar en un estilo de ánimo ante el cual  Cánovas vale tanto como cualquiera; y en su calidad de hombre, despojado de sus paramentos, reales o imaginarios, merece más que respeto, amor, amor que se deben los hermanos, aunque resulte cierto que no todos venismo del mismo padre. 
      Por todo lo cual, y por  otros muchos motivos no menos dignos de ser puestos en verso por lo que tienen de líricos, protesto contra la maliciosa suposición de que este trabajo pretenda molestar al Sr. Cánovas o a sus admiradores. Aquí no hay apasionamiento: voy a hablar del autor de la Campana de Huesca, o de Velilla, o lo que sea, tal como es, o a mi me parece por lo menos; y voy a hablar de él comparándole con su tiempo, que es lo que corresponde, pues en los siglos pasados no se sabía de Cánovas, diga lo que quiera la Época, o a lo sumo se sabría de él que estaba haciendo mucha falta; sería un deseo vago, una aspiración, al no sé que de las generaciones ya muertas. Bueno, ahora resulta que ese no se qué era Cánovas; pero nuestros antepasados no podían adivinarlo. De lo que podemos estar seguros todos es de que una vez nacido, ya hay Cánovas para rato. Comienzo pues a tratar de él y de algunas de sus obras como Spinoza quería; Sub espece aeternitatis. 
      Y, por supuesto, sin despejarme de este aire melancólico y filosófico, que nos hace medir todas las cosas por un rasero, y exclamar con Carlos V en el  Ernani de Verdi: perdono a tutti. 
                                                III
                                  CÁNOVAS POETA
      Aquí es donde yo, si tuviera mala intención, podría cargar la mano. Pero decidido a proceder con la nobleza  a que dejo hecha referencia, precindiré de todo o de casi todo lo que pueda ser desfavorable al Sr. Cánovas, y me limitaré a considerar su vida poética, sólo en cuánto nos sirva de documento, como hoy se dice, para el estudio psicológico de nuestro personaje. Porque debo advertir que es un estudio psicológico lo que estoy haciendo, aunque hasta ahora no se haya conocido. 
      Si Cánovas se hubiera contentado con ser poeta allá en sus  mocedades, hablar hoy de sus versos hubiera sido una impertinencia. Muchos hombres que después han perdurado como lumbreras en la Administración, llegando a cobrar sueldos episcopales, han comenzado por ahí, por la poesía, generalmente la erótica y la heróica. De veinte consejeros de Estado o magistrados del Supremo, diez por lo menos han comenzando sus carreras escribiendo odas patrióticas y poniendo en relación al Moncayo con el mes de las flores, por razón de lo que se llaman antiguas retóricas el similiter desinens y el similiter cadens. El furor pímpleo y aquellos arrestos pindáricos de la desordenada fantasía eran un modo inconsciene y disfrazado de anhelar los más altos puestos que puede ofrecer una burocrácia bien servida. 
      Con un poco de experiencia en el arte espinoso de la crítica al por menor, se puede adivinar en la más fantástica y aún vaga poesía, si todas aquellas
         aguas corrientes , puras y cristalinas
de Catalia irán a desembocar en una oficina. Yo conozco muchos jefes de negociado, o cosa así, que hace diez años estaban empeñados en restaurar el teatro Lope y de Tirso, o la  Égloga de Garci-Lasso   ¡ que Lasso ni que Garci !  Todo aquello era una secreta comezón de nómina. 
      Pues bien, en los versos antiguos de Cánovas se ve eso mismo: aquél suspirar por todo, aquél adorar el universo en una mujer (creo que llamada Elisa o Luisa, de esto no estoy seguro), y aquél respeto a las creencias de nuestros mayores, en medio de tanto arrebato lírico, parecían anuncio seguro de una brillante carrera política y adminsitrativa de nuestro AUTOR (como escribe Sedano el del Parnaso Español). En no sé que libro viejo , tal vez en una colección de una  revista trasnochada, vi, hace  ya años, versos de Cánovas, versos auténticos. Recuerdo que la impresión era mala; el papel delgado y amarillento, daba a aquél romanticismo manido un aspecto repugnante. Pues aún de tan desfavorable catadura, yo adivinaba al leer aquello-verdad es que adivinar a posteriori es fácil- el porvenir glorioso y lucrativo que aguardaba al poeta. Daba ganas de gritarle: macte ánimo, generoso puer!. ¡sus y a ellos ! deja a esa melindrosa y empréndela con los expedientes, agárrate a un periódico, después a un ministro, más tarde a una bandera política, en seguida a una poltrona....medra, sube y crece.....y olvida a la Elisa de tus pecados, y esos otros tormentos de que hablas, que son puro flato; ya llegará el día en que todas las Elisas de este mundo se mueran por tus pedazos y sus consecuencias;y que esa desdeñosa, esa Marcela relamida cifre todo su orgullo, como la Federica Brion de Goethe, en haber sido amada, sino por el gran pagano de Weimar, por el gran cobrador de Málaga. 
   En suma  aquellos versos de Cánovas no habrían ni mejores ni peores que los que habría escrito en igual caso Retes, Ródriguez Rubí, Catalina, Casa Valencia, Casas Sedano, y tantos y tantos ilustrados oficinistas y hombres políticos que han escrito o deben de haber escrito versos. 
     Sin embargo, advertiré que ya en aquellos primeros ensayos se nota la tendencia que más tarde ha de caracterizar poderosamente el estilo de Cánovas; ya allí se nota, digo, el prurito de decir las cosas de modo que el diablo que las entienda. Más adelante alambicó su manera nuestro autor, hasta tal punto, que lo corriente en  él ya no fué ser oscuro, sino decir lo contrario de lo que se había propuesto. 
      De todas suertes,de la primera época poética de Canóvas, de los años de aprendizaje, como si dijéramos, no hay para que hablar; todos aquellos delitos han prescrito, le han sido perdonados, porque ha ascendido mucho, y al sacárlos a plazaees digna hazaña de algún cacetillero despechado a quién D.Antonio no haya querido dar un destino. 
      Creí yo largo tiempo que no había más versos de mi autor que áquellos, los antiguos; Y cuál fué mi sorpresa cuando supe que el Sr. Cánovas insistía en que él tenía algo allí. (donde lo tenía Chenier), y algo que dbía brotar, no en forma de vegetación cutánea, sino en forma métrica, más o menos decimal. 
      Esto era ya poca formalidad. ¿Hace versos Sagasta?, ¿los hace López Domínguez? ¿Los hace Posada Herrera? ¿Los hicieron MOn, Arrazola, Negrete? No, no los hicieron. 
      Mucho tiempo estuve creyendo que las posías canovísticas que sacaba a relucir, para sacárles el polvo, Venáncio González, o sea un saladísimo escritor carlista, eran invenciones del crítico o antiguallas de que D. Antonio renegaría. No, no era así, los versos eran recientes, acababan de salir del horno; de modo que el mal genio de Cánovas todavía podía explicarse por aquello de la naturaleza irascible de los poetas, por el manoseado genus irritabile vatum. 
      Quien había de decir que cuando d. antonio vociferaba su constitución interna, como si la hubiese estado pariendo con dolores, allá en el banco azul, y daba puñetazos a diestro y siniestro, y perdía el hilo, y echaba espuma por la boca, había que ver en él al mantés, al profeta, al vate inspirado,  en sus horas de calentura.
      ¿Pero que clas de verso salían de aquellas irritaciones?...! Horro causa recordarlo! los versos peores que se han escrito en España en todo el siglo
      Si, es preciso decirlo muy bajo, los versos de Cánovas son hoy peores que ayer, mañana peores que hoy. 
      El Sr. Cánovas,  en muchos de sus escritos,  ha dejado y sigue dejando  para la posteridad períodos y más períodos de tanta tamaña sintáxis, que ni con la mejor buena fe del mundo se puede entender, ni aún ayudada de buena fe con mucha perspicacia. Pues bien, si en prosa es Cánovas a menudo laberíntico, en el verso se crece y cultiva un dieciseismo, como el diría ( que otros barbarismos ha dicho), un gongorismo de su invención, que consiste en no poner un solo vocablo en su sitio y hacer que las palabras puedan significar lo que no pueden. Añádase a esto un arte exquisito para llenar de flato los versos para llenar de hiato sin cuento, y la habilidad de convertir en granito los endecasílabos, haciendo brotar en ellos, por milagro de la musa, una vegetación tropical de cacofonías, y se tendrá una idea de lo que es la manera moderna de este demonio del parnasiano español, que a lo mejor es el que manda en todos los parnasianos que no somos parnasianos
     Por lo que respecta al fondo, el Sr. Cánovas, en poesía, es un cubo de las Danaides, como diría el difunto D. Pedro Mata. El Sr. Cánovas no tiene fondo poético. 
      Y esto es ya más serio. Sí, el Sr. Canóvas, es el hombre más prosáico del mundo. Ha ido a la poesía, como a todo, por vanidad. Leyendo sus versos, lo primero que se advierte es el fuelle del orgullo. Versifica como soplete. El cree que ha llenado hojas y más hojas con delirios poéticos, con pensamientos, confesiones del alma, sueños de la fantasía...., y nunca ha podido más que hincharse con aire de vanidad, pompas de jabón...de cocina. Su alma da de sí lo que tiene: Un viento desencadenado de satisfacción interior, como diría la Ordenanza. El espíritu de este poeta es el Simoun del orgullo, soplando eternamente sobre la aridez sentimental de las entrañas. 
     Sin saber de pronto  porqué, muchas veces, al  leer poesías de Cánovas, me he acordado de Otero y Oliva, que murieron en garrote. 
      Cánovas ripia la vida como los versos. El ripio es,  a su modo, una falsedad . Es lo  opaco pasando plaza de transparente;es la piedra haciendo veces de pensamiento, la nada dándose aires de creador. Ripiar la vida es llenar el alma de cascajo para hacerse hombre de peso; es llegar a cierta altura  añadiéndose un suplemento de cal y canto. Es un ser lisiado y convertirse en un hombre completo de palo. Cánovas, a pesar de su egoísmo, está cubierto de cuerpos extraños. El estilo es el hombre; pero cuando el hombre es un barro cocido, el estilo es terroso. 
   .......pag. 24
      
        

           

lunes, 31 de agosto de 2020

Começa a semana com isto. Billy Preston - My Sweet Lord (Live)


Entre los músicos se pueden ver personajes como: 

Billy Preston, Eric Clapton, Jeff Lyne, Paul McCartney, Ringo Starr, Dhani Harrison, Marc Mann, Dave Bronze.


Una canción con mucha historia.  
«My Sweet Lord» –en español: «Mi dulce Señor»– es una canción del músico británico George Harrison, publicada en el álbum de estudio All Things Must Pass en noviembre de 1970. 
 
Creo que la versión de Billy Preston es la que más me gusta. 
No recomiendo las versiones de Julio Iglesias, un fallo de Julio, sin duda.

Começa a semana com isto.

domingo, 23 de agosto de 2020

Faladoiro. Cayetana

 

                    Una opinión.

CAYETANA, por Mario Vargas Llosa. El País. 

                       Otra opinión. 

Álvarez de Toledo, las ideas y el poder

Los detractores más honestos de la exportavoz admiten su brillantez; sus defensores más resignados reconocen que ella aspiraba a tener razón pero la política no va de eso. 

  Columna de El País de Daniel Gascón. 

                  Otra Opinión en "El Mundo". 

El impacto de la destitución de Cayetana Álvarez de Toledo en el PP

                     Esta opinión no podía faltar. Arcadi Espada.

                  La opinión de Arcadi Espada, tiene su salsa y su morbo, todo adobado con el grado de imbecilidad narcisista inherente al personaje.  

        Queda pendiente la opinión del autor del blog. Se la está pensando, tiene muchas cosas en la cabeza y le gustaría ordenarlas. 

miércoles, 19 de agosto de 2020

Homenaje a Federico García Lorca. Take This Waltz. Leonard Cohen.



Federico García Lorca fué asesinado entre el 17 y el 19 de Agosto de 1936. 
Video con subtítulos. 
https://youtu.be/jWMOqVKHeSQ 

otras versiones en  castellano. 
Ana Belén.  
Morente.

LA CANCIÓN TAKE THIS WALTZ DE LEONARD COHEN ES UN POEMA DE FEDERICO GARCÍA LORCA

A finales de 2016, murió el cantautor y poeta canadiense Leonard Cohen. El autor de Aleluya (Hallelujah) compuso la canción Take this Waltz en 1986 para el album Poets in New York, un disco tributo a Federico García Lorca. Y es que el poeta granadino1 era uno de los favoritos de Leonard Cohen. La letra2 de la canción es una traducción del poema del propio Lorca titulado Pequeño vals vienés incluido en su libro Poeta en Nueva York, uno de sus poemarios3 más difíciles por estar inundado4 de metáforas. El poema original está lleno de música, abundan5 las repeticiones e incluso tiene un estribillo6. Leonard Cohen fue el encargado de7 ponerle la música perfecta a esta declaración de amor no correspondido8. La canción del canadiense fue número uno en España en 1986.

Poeta en Nueva York es un libro de poemas surrealista escrito en esta ciudad entre 1929 y 1930. En ese año, Lorca sale del armarioN, se enamora de un hombre y le declara su amor. Pequeño vals vienés es un grito de amor desesperado lleno de imágenes surrealistas.

Take This Waltz

Now in Vienna there's ten pretty women
There's a shoulder where Death comes to cry
There's a lobby with nine hundred windows
There's a tree where the doves go to die
There's a piece that was torn from the morning
And it hangs in the Gallery of Frost
Ay, ay, ay, ay
Take this waltz, take this waltz
Take this waltz with the clamp on its jaws
Oh I want you, I want you, I want you
On a chair with a dead magazine
In the cave at the tip of the lily
In some hallways where love's never been
On a bed where the moon has been sweating
In a cry filled with footsteps and sand
Ay, ay, ay, ay
Take this waltz, take this waltz
Take its broken waist in your hand
This waltz, this waltz, this waltz, this waltz
With its very own breath of brandy and Death
Dragging its tail in the sea
There's a concert hall in Vienna
Where your mouth had a thousand reviews
There's a bar where the boys have stopped talking
They've been sentenced to death by the blues
Ah, but who is it climbs to your picture
With a garland of freshly cut tears?
Ay, ay, ay, ay
Take this waltz, take this waltz
Take this waltz it's been dying for years
There's an attic where children are playing
Where I've got to lie down with you soon
In a dream of Hungarian lanterns
In the mist of some sweet afternoon
And I'll see what you've chained to your sorrow
All your sheep and your lilies of snow
Ay, ay, ay, ay
Take this waltz, take this waltz
With its I'll never forget you, you know
This waltz, this waltz, this waltz, this waltz
With its very own breath of brandy and Death
Dragging its tail in the sea
And I'll dance with you in Vienna
I'll be wearing a river's disguise
The hyacinth wild on my shoulder,
My mouth on the dew of your thighs
And I'll bury my soul in a scrapbook,
With the photographs there, and the moss
And I'll yield to the flood of your beauty
My cheap violin and my cross
And you'll carry me down on your dancing
To the pools that you lift on your wrist
Oh my love, Oh my love
Take this waltz, take this waltz
It's yours now. It's all that there is

Toma este vals. Traducción del inglés.

Ahora en Viena hay diez mujeres bonitas
Hay un hombro donde la Muerte viene a llorar
Hay un vestíbulo con novecientos ventanas
Hay un árbol donde las palomas van a morir
Hay una pieza que fue arrancada desde la mañana
Y cuelga en la Galería de Frost
Ay, ay, ay, ay
Toma este vals, toma este vals
Tome este vals con la abrazadera en sus mandíbulas
Te quiero, te quiero, te quiero
En una silla con una revista muerta
En la cueva en la punta del lirio
En algunos pasillos donde el amor nunca ha estado
En una cama donde la luna ha estado sudando
En un grito lleno de pasos y arena
Ay, ay, ay, ay
Toma este vals, toma este vals
Toma su cintura rota en tu mano
Este vals, este vals, este vals, este vals
Con su propio aliento de brandy y muerte
Arrastrando su cola en el mar
Hay una sala de conciertos en Viena
Donde tu boca tenía mil críticas
Hay un bar donde los chicos han dejado de hablar
Han sido sentenciados a muerte por el blues
Ah, pero ¿quién es sube a tu foto?
¿Con una guirnalda de lágrimas recién cortadas?
Ay, ay, ay, ay
Toma este vals, toma este vals
Toma este vals que ha estado muriendo durante años
Hay un ático donde los niños juegan
Donde tengo que acostarme contigo pronto
En un sueño de linternas húngaras
En la niebla de una tarde dulce
Y veré lo que has encadenado a tu dolor
Todas tus ovejas y tus lirios de nieve
Ay, ay, ay, ay
Toma este vals, toma este vals
Con ella nunca te olvidaré, ¿sabes?
Este vals, este vals, este vals, este vals
Con su propio aliento de brandy y muerte
Arrastrando su cola en el mar
Y bailaré contigo en Viena
Llevaré un disfraz de río
El jacinto salvaje en mi hombro
Mi boca en el rocío de tus muslos
Y enterraré mi alma en un álbum de recortes
Con las fotografías allí, y el musgo
Y cederé al diluvio de tu belleza
Mi violín barato y mi cruz
Y me llevarás abajo en tu baile
A las piscinas que levantas en la muñeca
Oh mi amor, Oh mi amor
Toma este vals, toma este vals
Ahora es tuyo. Es todo lo que hay


Poema de Lorca en castellano. 

Pequeño vals vienés

En Viena hay diez muchachas, 
un hombro donde solloza la muerte 
y un bosque de palomas disecadas. 
Hay un fragmento de la mañana 
en el museo de la escarcha. 
Hay un salón con mil ventanas. 
¡Ay, ay, ay, ay! 
 
Toma este vals con la boca cerrada. 
Este vals, este vals, este vals, 
de sí, de muerte y de coñac 
que moja su cola en el mar. 
Te quiero, te quiero, te quiero, 
con la butaca y el libro muerto, 
por el melancólico pasillo, 
en el oscuro desván del lirio, 
en nuestra cama de la luna 
y en la danza que sueña la tortuga. 
¡Ay, ay, ay, ay! 
 
Toma este vals de quebrada cintura. 
En Viena hay cuatro espejos 
donde juegan tu boca y los ecos. 
Hay una muerte para piano 
que pinta de azul a los muchachos. 
Hay mendigos por los tejados. 
Hay frescas guirnaldas de llanto. 
¡Ay, ay, ay, ay! 
 
Toma este vals que se muere en mis brazos. 
Porque te quiero, te quiero, amor mío, 
en el desván donde juegan los niños, 
soñando viejas luces de Hungría 
por los rumores de la tarde tibia, 
viendo ovejas y lirios de nieve 
por el silencio oscuro de tu frente. 
¡Ay, ay, ay, ay! 
 
Toma este vals del «Te quiero siempre». 
En Viena bailaré contigo 
con un disfraz que tenga 
cabeza de río. 
¡Mira qué orilla tengo de jacintos! 
Dejaré mi boca entre tus piernas, 
mi alma en fotografías y azucenas, 
y en las ondas oscuras de tu andar 
quiero, amor mío, amor mío, dejar, 
violín y sepulcro, las cintas del vals.

domingo, 9 de agosto de 2020

Começa a semana com isto. Miley Cyrus and Ariana Grande - Don't Dream It's Over (One Love Manchester)

«Don't Dream It's Over» (en español: «No sueñes que se terminó») es una canción escrita por Neil Finn y producida por Mitchell Froom e interpretada por la banda de rock australiana Crowded House en su álbum debut homónimo de estudio Crowded House (1986), publicado por la compañía discográfica Capitol Records el 6 de octubre de 1986.1​ Se convirtió en el tema más exitoso de la banda a nivel internacional y alcanzó la segunda posición de la lista Billboard Hot 100, solamente por debajo de «I Knew You Were Waiting (For Me)» de Aretha Franklin y George Michael.

Versión original.Con letra Inglés-Castellano.

 



Miley Cyrus - Jolene . Podese cantar melhor?




Letra en español de la canción de Dolly Parton, Jolene (letra traducida)

Jolene, Jolene, Jolene, Jolene.
Te estoy suplicando, por favor, no te lleves a mi hombre.

Jolene, Jolene, Jolene, Jolene.
Por favor, no te lo lleves solo porque puedes.

Tu belleza no tiene comparación,
con ardientes rizos de cabello castaño,
con piel de marfil y ojos de color verde esmeralda.

Tu sonrisa es como un soplo de aire de primavera,
tu voz es suave como la lluvia de verano,
y yo no puedo competir contigo, Jolene.

Él habla de ti en sueños,
no hay nada que pueda hacer
para evitar llorar
cuando él pronuncia tu nombre, Jolene.

Y puedo entender con facilidad
cómo podrías llevarte a mi hombre fácilmente,
pero no sabes lo que él significa para mí, Jolene.

Jolene, Jolene, Jolene, Jolene.
Te estoy suplicando, por favor, no te lleves a mi hombre.

Jolene, Jolene, Jolene, Jolene.
Por favor, no te lo lleves solo porque puedes.

Tú podrías tener al hombre que eligieses,
pero yo no podría amar de nuevo,
él es el único para mí, Jolene.

Tenía que tener esta charla contigo,
mi felicidad depende de ti,
y sea lo que sea lo que decidas hacer, Jolene.

Jolene, Jolene, Jolene, Jolene.
Te estoy suplicando, por favor, no te lleves a mi hombre.

Jolene, Jolene, Jolene, Jolene.
Por favor, no te lo lleves, aunque puedas.
Jolene, Jolene.

Dolly Parton - Jolene

Crisis de legitimidad de la Monarquía Española.

Por casualidad tenía guardado este resumen de un artículo de Perez Royo, creo que es de marzo. Me parece muy actual, y puede servir de información para una reflexión serena, sobre la monarquía, la jefatura del Estado y el futuro. En mi opinión la legitimidad estaba cortada con la República, el franquismo ahondó por otras razones en una España no monárquica. Franco creyó que antes que una República era mejor volver a la monarquía. Juan Carlos empezó y entre todos le ayudaron a labrarse una legitimidad.Esa legitimidad Juacarlista está en duda y en baja. Felipe VI tiene que inventarse una monarquía que atraiga o al menos no cause rechazo. Una monarquía republicana. Muy difícil, porque el agua es agua y el aceite es aceite, y unido a la monarquía irá siempre el grupo de cortesanos, la fammilia etc. aparte otras connotaciones que hoy día son muy difíciles de asimilar, y esto era sólo una introducción al artículo, lo cual dejaremos para otro día.


El rey Juan Carlos I se fue de caza a Aranjuez dos días antes de ...
CRISIS DE legitimidad de  LA MONARQUÍA ESPAÑOLA. 
  Art. Perez Royo.

Fotos: 80 años en la vida de Juan Carlos I | España | EL PAÍSEn el origen de todos los ciclos de la historia constitucional de España ha habido siempre una crisis de legitimidad de la monarquía. Lo que está ocurriendo en este momento no es nuevo. 
La historia constitucional de España es la historia de las sucesivas "restauraciones" de la monarquía tras la crisis de la institución en el momento inicial de cada ciclo constitucional. La Constitución de 1812 es la respuesta a la transmisión a través de un "convenio privado" por parte de Carlos IV y Fernando VII de la Corona al Emperador Napoleón Bonaparte. La Constitución progresista de 1837 es la respuesta a la crisis de legitimidad desatada tras la muerte de Fernando VII sin descendiente varón. La revolución de 1868 y el exilio de Isabel II hablan por sí solos. De la misma manera que lo hacen el exilio de Alfonso XIII y la proclamación de la Segunda República.
Tras ese momento inicial de crisis de la institución monárquica, arranca un proceso de restauración en forma de negación pura y simple del Estado constitucional, como ocurrió con el retorno de Fernando VII o con el Régimen del General Franco, o en la forma de sustitución del principio de soberanía nacional por el principio monárquico constitucional: Constitución moderada de 1845 o Constitución de la Restauración de 1876. 
Crisis de legitimidad de la monarquía seguida de un  impulso constitucional de cambio "liberal" (1812), "progresista" (1837), "protodemocrático" (1869), "democrático" (1931). Impulso de muy breve duración.
Reacción monárquica anticonstitucional o monárquico-constitucional de larga duración: 1814-1833, 1845-1868, 1876-1931, 1936-1975.
La historia constitucional de España es la historia de la reacción de la monarquía para negar pura y simplemente el Estado constitucional (Fernando VII y General Franco) o para convertir el Estado constitucional en una monarquía constitucional. Las constituciones españolas anteriores a la de 1978 no son constituciones de la Nación española o del Estado español, sino de la "monarquía ESPAÑOLA". España, o es monárquica o no es. 
Esa es la tradición constitucional en la que hay que insertar el ciclo constitucional que se abre tras la muerte del General Franco. Casi dos siglos de historia no se borran de un plumazo. Se trata, por tanto, de un ciclo en el que hay puntos de conexión, aunque también de separación con los anteriores.
El punto de conexión y de separación más importante es la monarquía. Una monarquía restaurada como consecuencia de una rebelión militar contra un Estado democráticamente constituido y que no tiene más legitimidad que la que le ha proporcionado el Régimen nacido de dicha rebelión militar. Se trata, por tanto, de una monarquía que carece de la única legitimidad reconocida en Europa después de la Segunda Guerra Mundial. La crisis de legitimidad de la monarquía de la que es portador Juan Carlos I es distinta de la de sus antepasados en 1808, 1833, 1868 y 1931, pero no deja de ser una crisis, que tiene que tener una respuesta.
Disfrazar la Restauración de la monarquía de Transición a la democracia será la respuesta a dicha crisis de legitimidad. Esto es, entre otras muchas cosas, lo que diferencia a la Segunda Restauración de la primera. Pero es la diferencia fundamental. En 1876 se restaura la monarquía sin disfraz de ningún tipo. En 1978, tras la experiencia democrática de la Segunda República y la afirmación del constitucionalismo democrático en Europa Occidental tras la Segunda Guerra Mundial, ya no es posible. La constitución de la Segunda Restauración no puede prescindir del principio de legitimidad propio de la democracia, que quedará recogido en el artículo 1.2 de la Constitución. Pero sustrae la monarquía al poder constituyente del pueblo español. La monarquía restaurada por el General Franco sigue siendo previa e indisponible para el poder constituyente, como había ocurrido a lo largo de toda nuestra historia constitucional. Por eso, el rey Juan Carlos I no juró nunca la Constitución de 1978. Aquí está el origen remoto de la corrupción institucional de la que hemos ido teniendo noticia poco a poco. Soy yo el que ha traído la Constituición y no la Constitución la que me ha traído a mi. Es el rey restaurado Juan Carlos I quien dirige con un presidente por él designado, Adolfo Suárez, la transición a la democracia, con la finalidad de consolidar la Restauración. El principio monárquico precede históricamente al principio democrático en la Constitución de 1978. Ambos conviven por primera vez en una Constitución. Esta es la novedad. En la historia española las constituciones incluían el principio de soberanía nacional o popular (1812, 1837, 1869 y 1931) o el principio monárquico-constitucional (1845 y 1876),  pero nunca ambos en el mismo texto constitucional. Solo la Constitución del 78 lo ha hecho. El principio monárquico no sustituye el principio de soberanía nacional o popular, pero sí convive con él. Esto es lo que diferencia a la monarquía parlamentaria española de las demás monarquías parlamentarias.
Corolario de la Restauración de la monarquía de la forma en que se hizo es la devaluación de las Cortes Generales. En la monarquía española anterior a 1931 la devaluación de las Cortes era un elemento constitutivo del sistema político. No solamente no eran un elemento que daba legitimidad al sistema político, sino que ellas mismas se constituían con base en la corrupción del sistema electoral. La monarquía española fue una forma política constitutivamente corrupta, como reconocería de manera expresa Antonio Cánovas en el Pleno del Congreso de los Diputados al discutirse la ley que introducía el sufragio universal masculino. Calificó dicho sufragio universal como "la forma menos digna de obtener la voluntad nacional", ya que todos sabemos, decía, que las elecciones no son manejables sin corrupción del sufragio y, en consecuencia, cuanto más universal sea el sufragio, más universal tiene que ser la corrupción. Las Cortes Generales fueron un órgano constitutivamente devaluado en la monarquía española. Sin interrupción hasta 1931. Por eso, en las elecciones municipales de 12 de abril de 1931, aunque las candidaturas monárquicas ganaron en el conjunto del Estado, todo el mundo, empezando por Alfonso XIII, entendió que las elecciones las habían ganado las candidaturas republicanas que habían ganado en las capitales de provincia, en las cuales no se falsificaba el sufragio.
Algo de esa devaluación se ha mantenido de manera programada en la monarquía parlamentaria de la Constitución de 1978. De forma disimulada, pero se ha mantenido. La composición y el sistema electoral del Congreso de los Diputados y del Senado fueron definidos por la Ley para la Reforma Política y por el Real Decreto-ley de marzo de 1977 y no por la Constitución, que se limitó a hacer suya la decisión de las Cortes del Régimen del General Franco y del primer gobierno preconstitucional de la monarquía. 
La desviación calculada del principio de igualdad en la composición del Congreso de los Diputados y la negación del mismo en el Senado es el vicio democrático originario del sistema político español. Diseñado para promover un bipartidismo que asegurara la estabilidad de la monarquía restaurada, ha operado de manera satisfactoria para sus diseñadores mientras ha sido posible mantener el bipartidismo, pero ha conducido a la parálisis del sistema político en cuanto no ha sido posible hacerlo. Desde 2015 lo estamos comprobando. Y me temo que por tiempo indefinido. 
La combinación de la Restauración de la monarquía con un principio de legitimidad propio con unas Cortes Generales constituidas con base en un principio de legitimidad democrática devaluado han dado como resultado la incapacidad de renovación del sistema político mediante la reforma de la Constitución. El principio de legitimidad democrática es el único que tiene capacidad de renovación. Por eso, la reforma de la Constitución solo existe en los Estados democráticamente constituidos. Y existe no solamente como previsión constitucional, sino como institución de la que se hace uso con regularidad. Es la única manera de renovar el principio de legitimidad en el que descansa el sistema político. La evidencia empírica de que disponemos es unánime. Un principio de legitimidad democrático devaluado para que, en ningún caso, pueda ponerse en cuestión la Restauración de la monarquía conduce inexorablemente a la imposibilidad de renovación de la legitimidad del sistema constitucional. 
Es lo que está pasando en España. El sistema político español sigue descansando en la "legitimidad de la Transición". Y dicha legitimidad ya ha dado de sí todo lo que podía dar de sí. Hace bastantes años que dejó de hacerlo. No se puede negar que su legado es importante y positivo, pero la sociedad española no puede detenerse en ese momento de nuestra historia.
La Restauración de la monarquía presidió la Transición a la democracia, pero la forma en que lo hizo bloqueó la capacidad de renovación del sistema democrático. Esa falta de renovación es la que ha posibilitado que la propia Jefatura del Estado, que presidió la Transición, haya degenerado de la forma en que lo ha hecho.
La crisis de legitimidad de la monarquía, que se ha ocultado durante unos años pero que ya resulta inocultable, es una consecuencia de la parálisis del sistema político que ella misma puso en marcha. Es de dentro, de la propia Casa Real, de donde procede la crisis de legitimidad de la monarquía, que va a poner fin al ciclo constitucional que se inició tras la muerte del general Franco. 

Atomic bombing of Nagasaki - BBC