Entre nuestra vanidad y el hacer el ridículo hay una estrecha línea que es muy necesario tenerla a la vista . Cuando no sabemos ya discernir nuestra posición, estamos perdidos.
....... La introducción, a frase que dejo como encabezado de este post, aparte de que tenga la pretensión de ser llamativa para invitar a la lectura, cumple más bien el papel de una síntesis breve de las sensaciones que a mi me produjo la reciente moción de censura, nada más ni menos que a la Presidencia del Gobierno. Creo que, y lo siento, alguien se ve asimismo mucho mejor de lo que lo vemos los demás. O alguién utilizado en su "ego" o que sabe que está siendo utilizado pero su "ego" puede más.
Se me ocurren varios comentarios al respecto. Presencié toda la moción, el ambiente, las expresiones verbales y corporales, escuche a los varios comparecientes. O sea en mi cabeza se formó una idea, muy lamentable de todo. Sin extender mucho: El señor Tamames no traía ninguna solución, nada que nos sirviera a todos y a los políticos de provecho. Parcial, mentiroso, limitado, astuto y maleducado. Flaco favor hace a la imagen de la transición, en cuanto políticos sensatos y de estado y bla, bla, bla. Cuando dicen que el parlamento ha perdido mucho en cuanto a calidad y oratoria etc. me quedo de piedra. La educación, el rigor, la oratoria del Presidente de Yolanda Diaz, de Aitor Esteban, Rufián, Patxi López, por considerar los más destacados ha sido de alta calidad. Que no nos vendan la milonga esa de la calidad parlamentaria de la transición, porque la viví y no es superior a esta, y los discursos de los citados intervinientes dan muestra de ello.
No merece , tal vez, más comentario un acto de degradación de las instituciones en este caso utilizar la propaganda y la provocación manoseando la figura de que cualquiera puede intentar ser Presidente de Gobierno.
Ignacio Sánchez-Cuenca escribía semanas antes del desdichado evento, en el País un artículo sobre los parlanchines de la llamada generación de la Transición . El motivo era la confirmación de que el señor Tamames, ante el estupor general, se postulaba como candidato a ser Presidente del Gobierno de España :
"El candidato de la moción de censura de Vox es un
ejemplo de un mal que afecta a las élites de la Transición, enfurruñadas
e irritadas con todo lo que hace la izquierda actual, convencidas de
que señalar las limitaciones de España es cuestionar su legado".
" El síndrome general se caracteriza por un permanente enfurruñamiento y una indisimulada irritación ante las cosas que hacen y dicen las izquierdas de nuestro tiempo, ya sea la socialdemócrata o la más radical. El tono que utilizan oscila entre el sarcasmo y la regañina y todo ello con un indisimulado fondo nostálgico. En sus ajustes de cuentas la socialdemocracia auténtica es la del PSOE de González y el referente de la izquierda es el de Carrillo poniendo la bandera nacional y aceptando la monarquía. Todo lo que vino después ha sido para peor. Normalmente sitúan el comienzo de los males en la Presidencia de José Luis Rodriguez Zapatero, cuyo programa de cambio comenzó a desencajarles. A partir de ahí ya no suele haber retorno".