lunes, 9 de septiembre de 2019

Johann Cruyff que estás en los cielos

   
  Allá por el año 1973 apareció por aquí un larguirucho con media melena y cara chupada que venía del mejor equipo de Europa en aquel momento el Ajax de Ámsterdam. Vino para quedarse, pues  echó cinco temporadas como jugador en el Barça. Se iba y volvía pero siempre mantuvo en Barcelona su casa familiar y allí nacieron sus hijos. Puso a su hijo el catalán nombre de Jordi, aunque tuvo que inscribirlo en Holanda con ese nombre. En Barcelona  se casó su hija con un catalán  y aquí murió.

    Cuando él llegó en España todo era novedad. Recientemente  se había permitido fichar a jugadores extranjeros,  entre los que no se contaban a los hispanoamericanos que eran  oriundos de familia española, y solamente había dos extranjeros  por equipo. Su llegada fué toda una novedad revolucionaria. Yo que andaba en mis bachilleres y viviendo apasadionamente mi mundo futbolero, el personaje no me cayó bien al principio, tengo que decirlo. Supongo que influiría que en aquel momento  yo  era un fiel devoto madridista y un apasionado de mi ídolo, mi compatriota Amancio, que creo estaba ya jubilándose de los estadios.
     Mi pasión por él no cambió, seguía cayéndome mal. Seguía viendolo chulo y con todos los defectos del rival, en este caso barcelonista. Además de  mi adversión anterior, surgió un hecho que  influyó o más bien me soliviantó mucho contra él chulo holandés. Siempre fuí, y soy,  un apasionado celtista, de  una infantil  devoción. Pues bien por aquella época,  Manolo, nuestro central y el gran capitán, era el ídolo del Celta y el jugador con más proyección de futuro, como se dice ahora. Hete aquí que en un partido yo  y todos vimos,  como de forma  guarra y alevosa  Cruyf le dió una patada a nuestro Manolo. Le produjo una lesión muy grave.  Tal vez no fuese tanto la intencionalidad del caso pero visto con los ojos de forofo  para mi fue como una declaración de guerra. Manolo tenía en ese momento, decían, un precontrato firmado con el Real Madrid y por culpa de esa larga lesión no se llegó a culminar.  Si el chaval larguirucho, Cruyf, me caía mal, anda que  ahora la cosa pasaba a declaración de guerra. Esa pasión visceral hacia que mis  ojos no fuesen  objetivos  al juzgar su futbol . Mi  mirada era selectiva y obviaba sus muchas cualidades  trataba de buscar los defectos de quién había yo declarado enemigo.  O sea nada ayudaba para que le quisiera . Pero como apasionado del futbol. evolucioné de la pasión infantil y creo que en ese tema ya  nunca más  he sido sectario aficionado. Creo que  he sido más del futbol en si que de ningún equipo. Habrá quién me entienda. Mi admiración por cualquier gran jugador sobrepasaba el color de la camiseta. Tal que ya colocados en este plano de intelctuales futboleros el  jodido holandés me iba ganando poco a poco, en todo. Yo iba abriendo mis ojos a su fútbol y sin rubor tuve que reconocer a  todo  el mundo que el flaco holandés era  de lo mejor que habíamos visto. Era bueno, buenísimo  y diferente al resto.
     No obstante, pese a todo, mi cariño no era total. Era objetivo en lo futbolístico pero seguía sin gustarme su personalidad. Fuera del campo era negociante, pesetero, y en aquella época de ingenuidad de una cierta ética aprendida del franquismo eso lo hacía despreciable a nuestra arrogancia ética. Aquí estabamos por lo patrio y el desprecio europeo, así como en contra del mercantilismo obsceno que representaba toda la iniquiedad europea. Por ese camino este colega iba a entrar mal.  Aquí aún no entendíamos eso de mezclar pasión, e ideales, con dinero. Y el fútbol era una pasión.  Vivíamos en la utopía de la furia española y este tío parecía un moderno que encajaría mejor como un miembro del los Beatles que jugando al fútbol al lado de la rudeza y la sobriedad hispana. Por otro lado no   me gustaba su forma de ser  en  el campo, aparte de ser  un  liante,  era mandón, protestón y eso era un ingrediente para  que los equipos   contrarios al Barça, especialmene el Madrid encresparan sus ánimos. Le gustaba el lío y así es bueo  recordar como anécdota que tanto picó en un partido a Villar hoy presidente de la Federación Española y de aquella jugador del Atlétic de Bilbao,  que en medio del campo el desquiciado  Villar  le remangó un puñetazo, o una hostia de aquellas de toda la vida,  en toda la mandíbula  a Cruyf que lo  lanzó al suelo. Seguidamente  Villar se fue del campo sin  decir nada ni mirar al árbitro.Todo el mundo contrario a Cruyf  decía que claro, aparte de ser de Bilbao que te da un plus de animal reconocido, era normal que Villar  saltase, pues el tío era un guarro y un picón. La historia después demostraría  lo  equivocados que  estabamos, pues Villar demostró ser un engreido y arrogante corrupto  dignatario deportivo  y Cruyf un maravillos jugador, una gran persona, un gran entrrenador y  eterno " hombre de fútbol".
      Tengo que reconocer que he visto jugar a Pelé un poco. Tuve la  suerte de ver en blanco y negro  aquél  mundial  apoteósico de México, con la mejor selección brasileña de la historia. Pelé  era elegante, atlético,  rápido. Gustava y era indiscutible, una   maravilla. Era  la época  del fútbol más vistoso, menos físico, con mucho regate corto, centro al área y disposición más estática de los jugadores en el campo. Aparte de eso el  jugador que me ha parecido el mejor del mundo, y que me perdonen, fue Maradona. No he visto a nadie hacer cosas tan precisas y bonitas como Maradona. No sabría explicarlo y no es bueno comparar pero Mesi no es lo mismo. Supongo que en eso influye la edad y el momento vital en el que se está para valorar a cada jugador. Cruyf aunque está entre los cuatro mejores de la  historia, creo que estaría un poco más abajo. Lo que nadie discutirá es que nadie trajo tanto aire nuevo al fútbol  como él. En el campo era jugador y entrenador. Poco a poco iba cambiando las sagradas escrituras del fútbol, disfrutaba siendo transgresor y a mi eso me encanta.  Con él descubrimos una cosa nueva que era el fútbol total. No había posiciones o al menos tan rígidas y estáticas como las que se regían  los  cánones  de la época. Este fútbol total necesitaba algo que lo hacía muy vistoso precisaba de  técnica, velocidad y aceleración. Los cambios de ritmo de Cruyf eran  bestiales, era su arma principal. Todo eso requiere preparación física y buena técnica, imprescindibles en el fútbol del hoy.
       Su manera  psicológica de plantearse en el partido era toda una innovación. No mostraba miedo escénico nunca.  La mirada alta, paseaba y se movía por cualquier parte del campo. Recibía aveces en el centro y organizaba el ataque. Estaba en la banda izquierda muchas veces y daba magníficos pases de gol. Aparecía por la derecha. Con la mano estaba dirigiendo y colocando compañeros en todo momento. Era un magnífico rematador de pie y de cabeza, lo que le hacía goleador también. Era muy bueno en balón parado. Era un director de orquesta que tocaba todos los instrumentos. Pero sobre todo era líder del equipo, mandaba, organizaba, imponía quién jugaba, era su carácter y era el number one, y ese carácter lo mantuvo siempre. El hacia el equipo a su manera, se trajo a   su compañero Neeskens, un trotón técnico y luchador que le ayudaba en el campo un montón. Quería que jugase Clares de delantero centro aunque  no tuviese la calidad necesaria. Siempre fue así.
      Con el tiempo me gustó. Me gustó con aquella selección holandesa increíble de todo, con aquel futbol total y de toque que arrasaba y que fue una revolución en el futbol. Me gustó como se movía, su regate, su manera de posicionarse, aunque veníamos de otra mentalidad futbolística estábamos viendo la novedad y la revolución en el fútbol. Hay personas que nacen para  ser especiales y el lo fue como jugador, no sólo por  como jugaba sino por lo que significó de diferente manera de jugar e iniciar una nueva etapa en el fútbol. Al final nadie se atrevió a discutir su valía.
      Dejó el Barcelona y anduvo entre jugador y entrenador entre España y Holanda. En el año 1985 entrenó al Ajax, pero sin carné. Nunca sacaría el carné de entrenador el que será tal vez el mejor entrenador del mundo, pues en el año 1988, sin carné, inicio su etapa de entrenador en el Barça.
      Si  hablamos del Cruyf futbolista, como uno de los grandes, en esta etapa de entrenador, es para pasmarse y hablar de él tiempo. Su etapa desde el año 1988 hasta el 1995, fue la más grande del Barcelona, no sé si en títulos, ganó la primera copa de Europa de la historia del Club, pero si en nombre, imagen de la entidad, proyección mediática y equipo puntero en una nueva imagen del futbol. Creó el Dream Team y fue la revolución del fútbol moderno. Ya no estaba en el campo pero el genio estaba en el banquillo y ahora proyectaba el chorro de ideas, personalidad y maneras de jugar que cambiaba mentalidades totalmente. Sus dos primeros años fueron de  sequía ganadora, de montaje de la estructura del club y crear una nueva forma de jugar. El Barcelona le aguantó dos años en blanco y con  contestación en la afición porque no veían salida y futuro. Después pudimos disfrutar de un genio dirigiendo un equipo de fútbol. Todo salía de su cabeza, inventaba, hacía lo que quería, fichaba lo que necesitaba, e inventó una nueva forma de comportarse como equipo que dura hasta hoy. Todo lo que vemos hoy lo creó el, que se transportó a través de la escuela de fútbol del Barça  y de  su discípulo Guardiola. Gracias a él aparecieron unos  jóvenes con una manera de jugar que no hubieran triunfado con otro estilo. Recordemos a Guardiola, Ferrer, Amor, Celades, Ivan de la Peña. Recordemos la innovación de  tener un portero jugón, que participara en la salida del balón como un jugador más, algo que hoy parece normal.
      Uno de su grandes capítulo para el Dream Team fue el fichaje de Laudrup, jugador fundamental en su forma de entender el  fútbol de  toque, técnica, velocidad y en la que participaban todo el equipo. La innovación de Bakero como frontón en el medio del campo para apoyo de salida de balón. La importancia que  adquirió el medio centro organizador con la figura de Guardiola. Todas y otras más fueron innovaciones que  han copiado todos los equipo y  que el inventó. El Barça de hoy en su estilo de juego es una copia de aquella forma de jugar que el inventó. Sus entrenamientos fueron innovadores dando más prioridad al balón  por encima de todo. Los famosos rondos de toques de balón era la mayor parte de tiempo de entrenamiento para llegar a tener un equipo que caminase y corriese con el balón. Su filosofía de que si tu tienes el balón el contrario no te crea peligro llega a plasmarse en el estilo de juego, que hoy imitan la mayoría de equipo.
     Como entrenador, no he visto a nadie con la valentía que el ponía en el planteamiento de los partidos. Inventaba y era capaz de hacer debutar de defensa central en el Bernabéu a un chaval de 19 años  y jugando con una defensa de tres. Perdió el partido, pero podía haberlo ganado. La defensa de tres y los dos laterales auténticos extremos fue creación suya. Un sistema impensable antes y que hoy  muy pocos son capaces de organizar.
      El futbol es hoy lo que Johan en gran parte creó y difundió y principalmente como catalán  que se sintió todo lo que dio al Barça desde que el llegó. Sin duda hay personas que marcan  pauta en el mundo y Cruyff   fue uno de ellos.



Nota: Este post fue escrito en 2016 con motivo de la muerte de Johan Cruyf, por  error al revisarlo se ha publicado con fecha de 2019.