Kasper Juul. Soy tu Spin Doctor

     

Hola, saludos: 

      El 29 de mayo, parece que fue ayer, Pedro Sánchez en un movimiento táctico-político de primer orden convocó ante la sorpresa de todos, elecciones generales. Bien poco hace que esto ocurrió  y estamos ya al final de los afanes de una viva campaña electoral. Con la vorágine que produce una campaña casi como que no es procedente hablar de algo  queda en la lejanía y  que ya la información publicada convirtió en  ceniza y olvido. Lo suyo sería hablar de debates, fakes, programas, personajes, también  de buenos y malos. No sabríamos por donde empezar y como el tiempo no se detiene podemos empezar por el "deus ex machina" que provocó todo este barullo, que está a punto de rematar. 

     Así pues, a contratiempo, permitanme que  le dedique un poco de mi tiempo  al movimiento táctico-sopresa de convocatoria. Comprenderán que para un "spin doctor" es un momento sublime de movimientos y actividad política un hecho de este calibre, no previsible por nadie. Sin duda pasado el tiempo todo es opinable e incluso el que tomó la decisión puede encontrar puntos negativos y  a toro pasado para unos será un acierto para otros no. Porque a toro pasado hay mucho opinador o forense de la realidad que siempre hubiera hecho algo distinto de lo que se hizo cuando había que tomar la decisión. Una cosa es dar trigo y otra predicar.

      El factor sorpresa, y la toma de la iniciativa correspondió al presidente del Gobierno y candidato socialista. Era el único que podía tomar esa decisión, si, pero es muy difícil tomarla tan rápido, en secreto, y que deje a todas las partes sorprendidos dígase lo que se diga. Es osado, sin duda, y ya lo ha demostrado a lo largo de su carrera política. Desde su obstinado propósito contra todos los vientos en contra de ser secretario general del PSOE, su gobierno de coalición, sus variadas decisiones y tenía que terminar  de esta manera. Atacando por sorpresa y tratando de coger al enemigo desorganizado y confuso. Sin duda uno tiene debilidad por esta forma de actuar que parece a veces voluntarista e intuitiva pero que no lo es. Es una reflexión rápida y bien pensada en que la mente le pide a la voluntad un deseo de actuación. Hay líderes bien diferentes si pensamos en la forma de actuar como político de Franco, de Feijoo, de Rajoy y muchos otros, incluso no tienen porque ser gallegos. Resalto el hecho porque muy pocos habrían tomado esta decisión, y es algo por lo que, repito, siento verdadera atracción. Tomar responsabilidades, tomar decisiones, ponerse al frente del equipo y orientar el camino. Es un líder, aunque después de tanta propaganda negativa,   no lo parezca. 

     Los principios fundamentales del arte de la guerra son : la voluntad de vencer, la capacidad de ejecución y la libertad de acción. Los dos primeros se resumen en tener ganas y mentalidad de  ganar, tener medios para ello y para tener libertad de acción entre otras cosas se consigue con la sorpresa y la iniciativa en el combate. 

      Para ganar es necesario pasar a la ofensiva, en defensiva se entiende que se está temporalmente como objetivo estratégico o  táctico  y por imposición de las condiciones de un enemigo aparentemente superior.

     En la guerra la sorpresa y el tomar la iniciativa es fundamental para llegar a la explotación del éxito y la victoria. La sorpresa exige medios, preparación, valentía, con el objetivo de  causar un daño. El factor sorpresa puede proporcionar una ventaja estratégica y táctica al que la utiliza. Implica tomar medidas inesperadas de manera que el enemigo no tenga tiempo suficiente para prepararse o responder de manera efectiva. 

      El factor sorpresa exige normalmente superioridad de medios o en caso contrario tratar de compensar la inferioridad en que se encuentra el que la ejecuta ante un enemigo superior o mejor situado. En todo caso exige valentía, determinación y voluntad de vencer. Puede ser un suicidio en el peor de los casos pero tiene la ventaja de dotar de iniciativa al que utiliza la sorpresa. El tomar la iniciativa es primordial para  que el enemigo tenga que actuar en el terreno que nosotros hemos elegido y que nos favorece, aumenta la moral y la ambición de victoria. 

       Está claro que el movimiento de Pedro Sánchez fue intuitivo, valiente y no insensato. Sin duda trató de tomar la iniciativa en un campo de batalla que parecía desfavorable, después de las elecciones locales y autonómicas.Ante un enemigo crecido y en ofensiva no trató de colocarse temporalmente en posición defensiva esperando que mejorasen las circunstancias. Sabía que cuanto más tiempo pasase le estaría permitiendo  armarse más al enemigo, difundir su propaganda y su relato con la consecuencia de bajar más aún la moral de sus tropas.Podría llegar con su ejército diezmado y desmoralizado a la ofensiva final.  En una visión rápida de la situación optó por utilizar el factor sorpresa y ganar la iniciativa, convocando a las urnas en el verano a la nación. Un movimiento arriesgado y valiente que no por eso te otorga la victoria pero parece que es la única posibilidad de obtenerla. 

      A día de hoy cuando faltan tres días para las elecciones habrá opiniones divergentes del movimiento. Es posible que la iniciativa del combate ya no la tenga él, que el enemigo haya reaccionado ante la sorpresa y en efecto ha reaccionado  y atacado, eso es lo que se dice. Independientemente de que parece que haya perdido la iniciativa el movimiento de convocar las elecciones sigue siendo, a mi parecer, aún más valorado hoy vistas las circunstancias. Creo que optimizó la situación lo mejor que pudo, sabiendo que se encontraba al otro lado, como queda patente, una máquina potentisima de grandes corporaciones de medios de comunicación apoyadas por fuerzas y élites potentes económicas y políticas que han decidido que él debe dejar de liderar el país. No es tanto que seduzca el contrincante que "le han puesto", como el claro deseo de que el abandone el poder. 

      Viendo el escenario de fuerzas opuestas, optó por tratar de desgastar aprovechando el factor sorpresa a una maquinaria que tenía seis meses para realizar acciones de desgaste artillero y de aviación , sin quemar su infantería, que le hubiesen obligado a llegar a Diciembre con un desgaste de medios, moral y fuerzas medio vencidas. 

      Nadie se creería que el presidente no utilizase la presidencia de la UE para tratar de lucir, dar presencia de hombre de estado y dirigente europeo etc. El caso es que los votantes ya le han visto mucho en esa posición tan cualificada moviéndose en la política exterior y ya no iba a engordar más en ese sentido. El problema era el machacante relato de descrédito al que se le fue sometiendo en toda la legislatura consistente en ataques "ad hominem", bulos y chascarrillos que crean un relato de descredito.Desde  la baja de Pablo Iglesias , como parapeto mediático del malestar antigubernamental, dejó sólo al presidente ante esa avalancha de improperios y relatos contra su figura. Estaba  sólo.  

       Si que le quitamos el argot bélico especialmente de enemigo para referirnos a los rivales, podemos encajar un poco la historia.