El 21 de diciembre 2020, escribiamos el III post sobre la pandemia.
En Noviembre hablabamos también en plea segunda ola , con el post II
Hemos hablado y comentado poco en este blog sobre la pandemia. Este es el IV post. No he querido monopolizar el tema, sobre todo en el apartado informativo de datos y opiniones científicas, ya que no es el objetivo de este blog. He querido opinar en momentos puntuales, sobre todo desde una visión social y de comportamiento político y actitud de la sociedad, ante un fenómeno nuevo que exige entrega, cohesión social, generosidad, paciencia y trabajo. En el fondo se trata de salvar vidas y de salvar nuestra forma de vida. El tema, es de mucho calado, no es ninguna novedad decirlo.
Opiné el 15 de abril, en pleno confinamiento total que hicimos de dos meses. Experiencia única y novedosa para todos, nunca lo hubiera imaginado. Era un momento de vivencias y de una sociedad entregada a una causa. A la vez asistíamos a los bochornosos espectáculos rateros para prolongar el estado de alarma que el Gobierno tenía que mendigar cada quince días. Espectáculo bochornoso que n me cuesta olvidar y pensar cómo se podía actuar así.
En Noviembre en plena segunda ola, di una ligera opinión sobre la cruda realidad que volvíamos a tener, después de las esperanzas de un verano casi normal.
En diciembre, dije lo que todos decíamos, van a venir unas navidades, pero bueno hay que arriesgar, no creo que sean demasiado grave.
LO SIENTO, ha sido demasiado grave. Hoy estamos a 1 de Febrero, inicios de año y en plena tercera ola. La cual está en su pico más alto, ojalá, y que anda desatada como nadie hubiera esperado. Más allá de la llamada cepa inglesa, más contagiosa según dicen, o causas que nadie sabe, el caso es que la situación está fatal, estamos en un momento de impasse, con el ánimo de que las medidas que estamos tomando pongan un frenazo en la expansión.
Las cifras, los datos, los porcentajes, no pueden ser peores. No se salva nadie. Ni el que decía que había tomado medidas muy buenas, el que se halagaba asimismo con su gestión, el que en la segunda ola tenía unos datos maravillosos, ni ese puede levantar la cabeza. Nadie puede levantar la cabeza. Y no vale la pena hacer política continuamente encumbrándose en las épocas de bonanza, porque no sirve de nada. No hay color político, no hay sociedad más organizada que otra. Portugal era un milagro en la primera ola, Alemania tenía un gran control, Inglaterra se permitía el lujo de no tomar medidas. Hoy son los peores. Y así podíamos poner ejemplos que lo único que nos dicen es que el virus domina la situación, volvimos todos a caer en la trampa y sólo con medidas muy fuertes podemos volver a los datos positivos.
Sea como fuese, concluyamos que hoy estamos mal, muy mal. Ahora mismo la tendencia marca empeoramiento, o sea más casos de contagios a la luz y más UCIS llenas. La esperanza, es que de aquí a finales de febrero con dura disciplina en la convivencia y la relación social, tengamos dominado esto.
¿Lo conseguiremos? Creo que sí, no obstante tengo una duda: Ahora parece que estamos en fatiga pandémica, parece que queremos pero que a la vez no podemos y que nos falta la pulsión social precisa de abril y marzo. Dudas aparte veo en el ambiente social unas ganas, salvo excepciones, de entre todos romper la cadena y parar los contagios. Lo conseguiremos.
Acerca de como fué ,o siguió siendo, el comportamiento de los agentes sociales, nada que añadir a lo dicho en los antecedentes a otros post. El comportamiento de los sanitarios, trabajadores, militares, hosteleros, ciudadanos en general es magnífico, como siempre dejemos atrás las excepciones.
Sobre elcomportamiento de los actores políticos, los comentarios serían redundar en lo dicho también en anteriores post. Una decepción y una tristeza los comportamientos de parte de las opciones políticas. El Gobierno creo que se ha mantenido bien en su posición, templando el ambiente, dando normas y actuando como garante de la gobernanza. Es lo que veo. Me horrorizan ciertas opiniones de partidos que hacen oposición porque sí, con argumentos de poco fundamento con el objetivo de hacer ruido, sentirse presentes y desgastar al que gobierna. Ya dije que eso puede valer en una situación normal, en medio de una pandemia, me escandaliza y me da miedo. Hemos aprendido mucho, o nos hemos quitado el velo de la ingenuidad ya en el primer confinamiento cuando el gobierno tenía que ir al parlamento cada quince días y pedir una prórroga de algo esencial como era el Estado de alarma para poder confinar a la ciudadanía. De aquel espectáculo, hablamos amplio en mi primer post.
Seguimos pensando que la política podía ahorrarse algunos espectáculos y ocurrencias personalísimas que no tiene su sitio en esta situación. Menos mal que muchas quedan en el olvido y la máquina de la Sanidad Autonómica funciona en todas partes, en general bien, salvando como es lógico las circunstancias naturales.