Me
gustaría escribir este post en Catalán. Sería como empatizar con el tema que
quiero tratar, ya que la lengua parece dar el conocimiento más cercano al
tratar sobre el ser y el estar de una nación, un pueblo, un país, una
nacionalidad.
Muy
interesante me ha parecido el comentario
en el blog "No hay Derecho" de un miembro del PP, Trias.
Los
catalanes quieren un nuevo Status dentro del Estado. Están en una rotonda dando
vueltas, pero este tiempo ha servido para que una mayoría de ellos hayan
decidido que no pueden salir de la rotonda por el mismo camino que entraron,
quieren una nueva salida. Puede ser la independencia o una nueva relación
constitucional con el Estado.
En
tal situación que se puede hacer; esa es la cuestión.
Hacen
falta talantes, líderes, consensos y diálogos al respecto. Es necesaria la
política. Lo legal , es tal porque así se ha dispuesto después de que quién lo
pudo hacer legal, el legislativo, convino que era lo mejor para dirigir y
articular las inquietudes políticas o necesidades para la convivencia de una
nación-estado. Así pues con todo el respeto para la legalidad, ella es mudable.
Y lo es porque su objetivo es servir a la solución y a las colisiones y
controversias sociales. La legalidad no es una cosa de fe ni un dogma en si
mismo . Así pues es una falacia el cerrar todas las puertas a las ideas que
surgen en una sociedad democrática porque estas nuevas ideas no están
reflejadas en los códigos legales. Sería como la pescadilla que se muerde la
cola, no se estudia porque no es legal y nunca será legal porque no se va a
estudiar.
¿Y
como sabemos que algo no legal pertenece al acervo de deseo de cambio de una
sociedad?. Pues lo que distingue a las democracias es eso precisamente, de que
la sociedad, a través de, ejercicio del derecho fundamental de manifestación,
de expresión etc. a través del tipo de medios y plataformas que sean, expresa
un deseo o nuevas ideas. Estas ideas o deseos si pueden si tienen entidad
pasarse a consulta y a estudio, esten o
no reflejadas en una constitución o en una legislación.
Llegados
a este punto, en que nos guste es necesario mirar de frente la manifestación
social de independencia de una nación dentro de España. El porque se llegó
aquí, la historia, el momento social, el como articular este deseo et. son
elementales a tener en cuenta por quien tiene el poder democrático . Es más
cómodo quedarse situado en la visión tranquila, de apliquemos la ley, el estado
de derecho es la aplicación de la ley, la democracia es el respeto a la ley.
Todos falacias y respuestas cortas que no comprometen y lo que hace falta son
líderes y políticos que den soluciones aunque se comprometan.
Es
decir la constitución actual ya no sirve, las constituciones no son pilares
eternos sobre los que se sostiene el entramado político de un país. Sus
cimientos puede pensarse que van a durar eternamente y eso es el gran error. La
historia es la gran asesora que nos explica los enormes cambios políticos y
profundos que se han ido haciendo. Los estados nación no son el modelo eterno
que existió, de hecho la democracia y los movimientos sociales van generando
nuevas necesidades y estructuras políticas para dar respuesta a las demandas
que de forma silenciosa se van creando en las sociedades dependiendo de sus
circunstancias.
Cataluña
es nacionalidad constitucional que es lo mismo que decir que es una nación
dentro de España. Que su existencia cultural, histórica, lingüística derivada
de su proceso histórico de etnoformación es anterior a la existencia de España.
Cataluña, Euskadi,reino de Navarra, Galicia, son categorías metajurídicas que
están dentro del sistema constitucional. Una reforma constitucional profunda es
dar valor constitucional a estas realidades que es tanto como llamarles
naciones, reconocer su derecho a decidir y pactar su permanencia dentro de
España en nuevo status, que no tiene porque ser el que favorece al País Vasco.
Tiene que aparecer sin miedo una nueva realidad de convivencia conjunta en el
reconocimiento de una España plurinacional y plurilinguística en la que la
política de respuesta a esta realidad.
El
concepto de la España única e indivisible permite constitucionalmente estirarla
o entenderla de otra manera de tal forma que el concepto se englobe dentro de
una realidad autodeterminista de naciones confederadas en unos planteamientos
serios de igualdad. En esa realidad futura podría incluso entrar Portugal, y
así reabrir la idea de Castelão de la Unión Ibérica.
Ciencia
ficción. Estoy convencido de que no. Es esto más real de lo que parece. El
tiempo político avanza muy deprisa y la sociedad en su pensar político actual
cada vez es más flexible y no se hacen ya conditio sine qua non de ciertos principios
inmutables. Hace tres años nadie sabía que había tantos independentistas en
Cataluña, quien iba a pensar en unas elecciones plebiscitarias y que el
presidente de Cataluña hablase abiertamente con romper las relaciones con el
Estado Español y que quería plantear una pregunta a la ciudadanía sobre la independencia.
Hoy nadie concibe que vaya a haber una intervención militar para evitar la
independencia, la mayoría asume que se ha llegado a que debe ser la democracia
y la ley quien resuelva las situaciones. Por ello que todo ha cambiado mucho en
la sociedad entre otras cosas ve como su estado nación sagrado ha perdido los
baluartes fundamentales de su soberanía en aras de una instancia o estructura
política superior que le gobierna.
Hay
veces que algunos creen que no haciendo nada todo se arregla. creo que pocas
veces lo que hoy no se aborda seguro más tarde surge como un problema mayor. La
mayoría de las veces es necesario dialogar , hablar, ablandar los rencores y
ceder y estudiar si nuestras posturas son intocables. La realidad es que la
mayoría del pueblo catalán quiere un reconocimiento y cambio político. Se puede
disfrazar de una manera u otra pero es bueno saber lo que es un vaso y lo que
es un plato, pero en el sentido contrario a como lo entiende Rajoy.
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