martes, 8 de octubre de 2019

Cuando fui Suetonio. III. El reencuentro y los recuerdos que vuelven.

    Escrever é esquecer. A literatura é a forma mais divertida de olvidar a vida      (Fernando Pessoa)

Capítulo I, Capítulo II. 


EL REENCUENTRO Y LOS RECUERDOS QUE VUELVEN.
                                                                                                                  Madrid 1995
                                                                       Cambados 1970
Nunca he  olvidado aquél instante del encuentro con Cosme en Madrid. La vida tiene  infinidad de momentos vulgares o corrientes, pero de los que no dejamos ni medio recuerdo. Nuestro cerebro está continuamente eliminando,   de su memoria, información banal o de poca importancia para ahorrar espacio, como un disco duro. Trata con ello de dar supervivencia y valor  a aquellos aspectos e informaciones que nuestras emociones  valoran como importantes. Recibe la señal de guardar aquello que nos ha impresionado o cautivado. A la vez como no sabe la cantidad de información que pudiera venir, deja siempre un hueco de espacio para guardar aquello que de repente le ordenemos seleccionar. Es un simil vulgar de como puede que sea su actuación en cuanto a las cosas intrascendentes diarias y otras que dejan marca y recuerdo.  Como dice el fado: “ as coisas vulgares que há na vida não causam saudades”. Por el contrario   hay ciertos momentos que nos quedan para siempre grabados, y se convierten en duraderos. Momentos cortos o largos, que atraen nuestro foco y los selecciona del resto. Momentos como muy cinematográficos. Instantáneas que no sabemos porqué se quedan ahí en una parte profunda de nuestro cerebro y que de vez en cuando salen a refrescarse a la luz y eso hace que aunque pasen los años las recordemos .  Sin duda,  los momentos más marcantes que  recordamos,  en su  mayoría son de la infancia y la adolescencia por la capacidad de novedad y asombro que  en esa época vivimos a cada paso. Aquél instante del encuentro con Cosme significaba rememorar el pasado, volver atrás en la vida, y a la vez el miedo y la novedad de una nueva aventura que se me ponía delante. Todo  lo sintetizo como si fuera la escena de un filme que se estaba rodando en ese momento. Como si se tratara  de un  Bogart en Casablanca  que se despide de su exnovia, Ingrid Bergman, con su gabardina,  pitillo en la boca,  y al fondo, niebla, ruido de hélices y la figura eterna del morro altivo de aquella avioneta de la II Gran Guerra. Siempre nos quedará París. En mi caso, pienso ahora, sería  más adecuado el dicho de  “por lo menos nos queda Portugal”, que  se decía hace años  en Galicia, aunque  nunca supe muy bien con que sentido lo decían, o que querían decir. Parece de esas frases que no quieren decir nada pero que son como un comodín al que cada  uno le da su toque personal. Bueno para eso  somos gallegos, que cada uno interprete. Para mi caso,  en todo lo que os contaré ,  preferiría decir   algo así como " siempre nos quedará Lisboa".
Aquél encuentro fué como una foto fija que encuentras en tu vida y a la que das mucha importancia. Es como un momento importante que a veces la vida nos ofrece, como para pararnos ante la voragine de escenas que vivimos. Aunque tuve en mi vida, muchas  fotos fijas para destacar, especialmente como recuerdos más próximos los cinco años en los que fuí espía y trabajador de "Convento". Fueron cinco años intensos de novedades; de  sentir miedo y vértigo; años para  conocer y tratar a mucha gente, saber mucho acerca de mucha gente sin que ellos supiesen o sospechasen  lo que yo sabia; tratar de buscar el punto bueno de la gente para sacarle información aún a sabiendas de que le estabas engañanado. Era una canallada.  Cada día el trabajo era una sorpresa,  que  venía del cielo o del centro de la organización, da igual. No valía la pena que te programaras, el programa te venía hecho  en forma de novedad diaria. Que si hay que ir allá investigar a tal persona, mandar noticias e informes etc. Yo, estaba allí, colocado como un eslabón muy pequeño y me dejaba ir. El mundo de los servicios secretos engancha y es apasionante. Hace que sientas poder. Los hombres  sentimos poder  cuando creemos que sabemos más de lo que otros saben, que manejamos otros códigos, que somos especiales. No nos damos cuenta que tampoco tenemos ese poder que nos creemos. En realidad todos somos utilizados, unos por otros, sin saberlo. Las organizaciones son otra cosa y llevan su camino independientemente de quien este en ellas. Muy a menudo el trabajo nos hace pensar que pertenecemos a la organización como un todo, que sin nosotros no funcionaria el sistema. Es falso totalmente. Si, pero sin duda, sin en ese engaño de creernos espíritu y parte de la organización sin esa pasión, ese celo en el trabajo, y el sentirse llamado para realizar una misión especial no funcionaria la organización. Esa locura personal que no tiene límite de horas y que hace dedicar una vida entera a una idea es  lo que mantiene a los grandes servicios secretos activos y con éxito. Llámese Cia, Cni, o Mosad, todos viven, aparte de estar más o menos estructurados para conseguir la eficacia, sin esa parte espiritual y vocacional del factor humano de las personas concretas que mueven aquello, los resultados no serían lo mismo.   La organización se lucra y el individuo lo sabe pero necesita realizarse en aquello que le gusta y considera de alto valor. Son individuos que se realizan en  una labor oscura  que ellos ven recompensada con una satisfacción interior de estar sirviendo a una causa noble. Aveces no son sólo ideales, sino simplemente o  porque les gusta la aventura o porque es la única forma de  poder ser actores de hechos  importantes  que de otra forma nunca vivirían. Me estoy acordado de Carrie y Saúl en Homeland la serie  que retrata el mundo interior y funcionamiento de la CIA Y  que  nos traslada al mundo del agente que trabaja en ese mundo que parece más de  ensueño que de realidad.
Yo no era Carrie Matison, como es obvio ni nadie existió que fuese  como ella era,  ni  tampoco era Saúl Berenson; ni nuestro trabajo, ni Organización ni Convento, era tan intenso como el de ellos.Nada que ver con ellos que se recorrieron el mundo   trabajando en la Agencia. Mi trabajo era más vulgar y pacífico y nuestra agencia no era la Cía, era algo difícil de explicar como ya dije. Más de escucha y  más administrativo que operativo. 
Yo estaba allí porque Cosme, Serpico en la Organización me había captado. Me había captado porque me había conocido y juntos habíamos recorrido una etapa inolvidable de nuestra vida.
Estos  años habían pasado como si nada. Pero cuantas diferentes cosas habíamos  vivido aquellos felices e íntimos amigos de nuestra época en Colegio Salesiano de Cambados, como alumnos seminaristas. En nuestras vidas pasaron muchas cosas, fueron intensas y muy diferentes,  pero aquel sustrato adquirido juntos  nunca sale de la memoria, no se olvida,queda marcado, aunque no te des cuenta, en el fondo de tu forma de ser. Sólo lo comprenden los que han tenido la misma vivencia. Unido a eso la amistad adolescente había creado en su memoria  un vínculo inmortal , que no necesitaba explicaciones ni palabras. En estos años se habían añorado y sentido, sin verse ni saber el uno del otro. Sólo hacia falta una pequeña chispa para retornar al inicio y que el cerebro abriese la caja de pandora de los recuerdos de la época, guardados como oro en paño en un lugar preferente.  Sólo fueron  tres años de sus vidas,pero que años. De los 14 a los 17 todo lo que pasa deja  una marca indeleble, un vínculo vital .  Son años donde se decide un poco la personalidad de cada uno. Ellos eso lo vivieron juntos.   Unos años burbujeantes dentro de la Iglesia católica y en la sociedad española. Desde 1970 a 1974, pasaron en España muchas cosas y se estaba tramando un cambio social y político histórico.


 No sé a quién adjudicar la frase de “La patria es la infancia”, porque ya no sé quién la dijo. No se la voy a adjudicar a un  comodín, como Zun-Tsu o Churchill o a Unamuno que daría más lustre a la frase. Sólo decir que es una frase y que como todas las frases de manual,  nunca lo explican todo, todo, aunque lo parezca. Son más propias de las épocas dogmáticas que de las escépticas en las que estamos ahora. Dicho lo cual sirven para caminar, sintetizar y asentar el mensaje, aunque todo es más variopinto y  heterogéneo de lo que se puede decir en una frase. En este caso la frase se explica sola y es el remate a lo que he dicho.La patria es lo que queda  de lo fuerte e indeleble de los primeros años. En este caso la infancia íntima, familiar, parecía muy diferente la de uno de la del otro.  O tal vez no fuese tan diferente. Los dos somos gallegos, los dos nacimos  en el mundo rural, a muchos kilómetros, pero no importaba porque,  de forma misteriosa,  en Galicia, el teritorio que conocemos hoy, mantiene una cultura casi idéntica de Norte a Sur.  Por eso bebimos de las mismas fuentes. Nuestra patria original  fue la misma y continuo  siendo así en el colegio en Cambados. Nuestros valores profundos, la forma de mirar al mundo desde el fondo de nosotros mismos, era la misma para Cosme que para mí .  
Nuestra patria estaba allí en los profundos recuerdos de aquella vida adolescente de un internado religioso de los años setenta entre el monte y la ría. Donde el Umia se convierte en mar y la Isla de A Toxa nos mira desde allá al fondo, sin dejarnos ver el mar alto. Nuestra  patria estaba allí en dos aldeas centenarias de la Galicia rural. Nos criamos en  dos aldeas de montaña distanciadas  muchos kilómetros entre ellas , desde el Xures a Fonsagrada, pero totalmente iguales en su habitat cultural milenario, que  nos habían influenciado igual a los dos.  
Me gustaría pararme  y hacer un relato de como era la vida rural en mi aldea y en la de Cosme, merecería  una explicación más calmada, pero no es el objeto de estos escritos derivar en narraciones paralelas contando  mi vida o la vida rural gallega de la época.Estamos andando por las ramas porque nuestro objetivo es hablar de Convento y Organización. No obstante es   necesario conocer el de donde venimos para saber como eramos y lo que hicimos. No para justificarnos, si no para quién lea esto pueda comprender  un poco nuestros comportamientos. Sólo,  unas pincelads al respecto, pues echando la vista atrás el mundo era muy diferente. Nuestro mundo rural infantil nada tiene que ver con lo que es hoy. El  progreso no había llegado. Entendiendo por tal que no había agua corriente,  la luz  eléctrica era ya casi, y digo casi, como algo general. Nosotros conocimos la aldea gallega  como el habitat de vida ya, sin saberlo, en sus últimas expresiones externas.Poco a poco y sin darnos cuenta todo iranía cambiando y demoliendo una cultura secular.  Aquella aldea aún  vivía de la tierra y para la tierra y su producción  de la misma manera que hacia quinientos años. Aún vimos  como el territorio estaba explotado en su ciento por ciento para la producciópn agrícola y ganadera, como el noventa por ciento era sociedad productiva agrícola, con un número pequeño de jubilados o personas, un cinco por ciento,  que se dedicasen al sector servicios .El mundo rural cambió  en los últimos cuarenta años  por lo menos más que en los últimos cuatro siglos. Los caminos, las fuentes, las casas, los puentes, se fueron perfeccionando con el tiempo pero eran los mismos por donde habían pasado nuestros primeros pobladores dirigidos por el clérigo de la parroquia y el hombre de la tierra más fuerte, el llamado fidalgo gallego. Y que decir de los lindes, las paredes, los cercados de piedra, las huertas de cultivo etc. Más allá del valor económico y sentimental de cada pequeño trozo de tierra destacaba que en siglos no se había movido nada la división y la distribución de la tierra. El valor de la tierra, como elemento indispensable de supervivencia de  una sociedad de pobres que había conseguido llegar a la propiedad y liberarse de los foros de rentistas, era lo máximo. Esto creaba un micromundo de  pequeños capitalistas, que daban a la tierra el valor máximo que se puede dar, la vida. Tocar la tierra, era tocar, y es, la entraña profunda del gallego rural. Mover un marco de linde no es sólo robar parte de la tierra, es mover las entrañas de ancestro de siglos que han ido  trasmitiendo esa porción a la familia como un don sagrado que respetarlos forma parte del máximo honor y dignidad. Nadie que no haya mamado o o vivido allí sabe el valor que eso significa. Ese valor de la tierra, condicionaba toda la forma de vida de la Galicia rural. Los matrimonios, las peleas de fiestas populares como expresión de la defensa de la tierra de la propia aldea para evitar que non llegase ningún intruso de otro poblado. El matrimonio  tenía un rito fundamental que era que tierras se podían juntar, y en que situación de herencias quedaba la nueva pareja y que posición social ocuparían en el prestigio de la aldea. Se llegaba a la violencia contra los jovenes de otras aldeas para preservar las mozas del pueblo en cuanto depositarias de un capital de bienes raíces a mantener. Ese  valor de la tierra, pertenece al imaginario mundo que constituye la patria del que se crió en la aldea. Lo llevará siempre consigo, y sin saberlo es el heredero de toda una mística teoría económica que  era el principio y fin de todas las cosas en la aldea.Y sobre todo es una forma de pensar profunda que acompaña siempre a las personas que han sido lo han vivido. 
De aquellos años pasados  en Cambados ,  uno muy especial y que dejó huella en sus vidas fue el día de su separación.  Andaban dejando atrás la adolescencia, eran ya  jovenes hechos,  tenían diecisiete años y el destino los rompió en dos. En sus mentes sólo se podía expresar con palabras en gallego: “  Rachou, fendeu a sua vida en duas partes”.
Habían pasado tres hermosos años juntos, en un ambiente de alegría, deporte, oración, lectura, amigos,  rodeados de  aquellos  viñedos y de unos muros de piedra ya modernos, en un colegio moderno, pegado a un impresionante pazo gallego con su construcción milenaria y su jardín milenario.En unclima  benigno, paradisiáco, de primavera exuberantes y de olor a mar en marea baja.   Allí nos llevó la causalidad y nos convertiamos en continuadores  continuadores de toda una historia de aquel  lugar. No teníamos historia como la de otro muchacho de mi pueblo que había sido reclutado para otra orden religiosa y para otro seminario,  y estaba en Samos. En esas edades en que en las vacaciones nos contabamos todo, me decía que estaba en un lugar histórico y que  allí donde andaba el  se había dado parte de la vida del Padre  Feijoo ese gran gallego fraile ilustrado y avanzado en siglos a su tiempo. También por  allí cerca había llegado, sabiendo que estaba apunto de morir para ser enterrado en Compostela  Alfonso  IX de León el último rey gallego y último rey del Reino de León que después sería solo reino de  Castilla con la coronación de su hijo Fernando III el Santo heredero de los dos reinos.Yo no daba valor a ese plus histórico de mi amigo y lo encuadraba en la necesidad de que cada uno tiene de vender lo que puede. Yo le refutaba diciendo que yo estaba en un lugar maravilloso y moderno, con muchos campos de deporte, y que en nuestra vida, aparte del estudio, el canto, la misa, tenía mucha fuerza el deporte y el teatro. Teníamos cine y los salesinaos eran una orden creada muy modernamente para dedicarse a la educación de la juventud  y nuestro ambiente era siempre muy alegre. Y claro teníamos cerca la playa, el mar, la ría con su marea alta y baja, y eso era muy importante. 
En la  época los seminarios  eran muchos, variados y tenían muchos clientes. Todos llegamos allí,  casi  de la misma manera,Perteneciamos a familias pobres, aún no había clase media. Familias que estaban despuntando y veían que se abría un mundo nuevo de formación para sus hijos y podían costearse un colegio más barato que otro que no fuera un seminario. Muchos españoles pasaron por los seminarios, más de los que se dicen.Más tarde descrubriras que el mundo intelectual de alto nível de este pais tenía en muchos casos  origen seminarista, o lo que de forma eufemística algunos rellenan en sus curiculos como estudios de teología en Comillas, estudios de filosofía-teología en Salamanca etc. Cosme y yo eramos el estereotipo perfecto. Chicos de aldea de familias que podían liberarse un poco de la dictadura de la tierra, que empezaban a levantar la cabeza y con esfuerzo y aunque fuese lejos mandaban a sus hijos a una nueva aventura. Si continuaba como religioso magnífico, no estaba mal visto y como influencia  futura para la familia sería  beneficioso. Si se iba no importaba,tenía estudios, conseguía el bachiller y el mundo le iba a presentar grandes oportunidades. Así estaba la cosa.
Así pues, retomando el momento de la separación, recordar que el  destino puede separar las vidas  de dos amigos que se quieren en la frescura  de los quince y los diciesiete,  pero no hay nada que separa para siempre los sentimientos, afectos y emociones vividas. Es indeleble, no se borra, queda para siempre. Forman pare de su Adn. Vendrán nuevas experiencias y  llegarán a nuestra vida nuevas personas,  amores, amigos, pero esos años vividos lejos del hogar marcan para siempre con quien estuviste, con quien conviste, que sentiste. Es la vida.
Si , pero ahora estamos a punto de encontrarnos. De estar cara a cara. ¿Veinticinco años  no es nada? ¿De verdad pueden reaparecer de nuevo?.
Es peligroso sin duda volver a querer sentir con el amigo de aquellos años lo que se vivió, ver al amigo de entonces como era antes, casi siempre hay decepción. Hay miedo a la decepción sin duda. Dos personas distintas van a tratar de relacionarse con los códigos, las formas de hace veinticinco años, como si el tiempo no hubiera pasado. Su inercia les llevará a sentir lo mismo de aquellos años, pero no va a ser fácil.
 No somos lo que eramos, los caminos nos van moldeando  e influenciando sin duda, pero siempe soñamos con volver junto al  niño que fuimos y dejamos allí jugando a la orilla de la vía del tren. Dejamos al niño  y nos disfrazamos de unos nuevos ropajes para enfrentarnos a la travesía que nos espera. Hay un momento en la vida que queremos volver allí a la via  y sentir la espontaneidad, la alegría, la sinceridad de vivir.
Carlo y Cosme, Suetonio y Serpico,  vamos  con el ánimo, después de tantas batallas,  de retornar juntos a aquellos  años aunque sea por un pequeño momento. La historia no es buena ni mala,  es la de cada uno y es la que vale, igual que un día de lluvia no vale menos que un día de sol, porque son días para vivir. 
Recuerdo muy bien, que todo eso es lo que yo  iba pensado, mientras caminaba  por el andén de la estación y ya estaba viendo   a SERPICO  al fondo. Estaba  viendo al amigo de siempre,  tan bien cuidado, alto, delgado, elegante, con su pelo entre blanco y gris, la mirada viva y alegre de siempre. Volví a  ver al amigo de confidencias  y que fue parte de mi vida. Llevaba una gabardina gris, vaqueros y zapatos marrones, no lleva corbata y enseña un poco de una camisa blanca clásica. Está quieto esperando al fondo  y su  mirada  parece perderse serenamente en el horizonte. Al ver esa mirada perdida, recuerdo,  en un segundo,  al  poeta,al soñador, al líder seductor  con el que viví.

COSME DANOZ FREIJEDO, SERPICO, agente especial de CENTRAL, Coordinador de operaciones , havía nacido en el seno de una familia campesina en las altas montañas luguesas de la zona de A Fonsagrada. Llegó a Cambados al colegio con diez años, gracias a su párroco de aldea que vió en él, al  muchacho listo, que aprendía rápidamente y que tenía unas manera finas y educadas de estar que contrastaban con el duro ambiente de aquella zona de montaña. Cosme era feliz en su aldea pero se le veía destinado a conquistar nuevos  lugares y ambientes, en sus ojos se pintaba un mundo por descubrir, su inteligencia era abierta. Empático con la gente, amable, dicharachero, refinado en el ser y en  el vestir, le encataba la charla y la opinión fuese con quien fuese. Le gustaba pegarse al corro de los hombres mayores y escuchar, y escuchar, de unos y otros. Cuando llegó a Cambados, al pazo de Serantellos, se adaptó en seguida a aquel ambiente. Se hizo amigo de los salesianos más jóvenes, de los llamados clérigos que  habiendo hecho los votos aún no habían iniciado los estudios de teología y  para hacer prácticas pedagógicas estaban tres años de  asistentes de profesor.Su vida era la de estar a todas las horas con los alumnos. Estaban presentes en todas las horas de vida de los seminaristas. Estos llamados clérigos eran realmente los animadores de la vida de ocio, de deporte y controlaban como no el ambiente de disciplina muy fuerte que había en el centro. Dada su juventud eran líderes alegres y dinámicos  y espejo para aquellos angelitos que  andabamos por allí. Cosme, en seguida destacó en algo que daba muco caché entre profesores y por tanto alumnos, como solitas en   el coro de  de la Iglesia.  Nada se hacia sin el para  todo lo que fuese  organizar algo de grupo, de fiesta, de diversión.Parecía ser el hombre más feliz del mundo y transmitía esa felicidad y alegría.Esa felicidad y alegría se transforma en liderazgo hacia los otros, un líder tiene que irradiar seguridad  y felicidad de si mismo, porque la gente va donde pueda encontrar felicidad, claridad , seguridad  y no amargura. Cosme tenía todo eso. Él Vivía intensamente como niño una profunda fe, las enseñanzas de la orden religiosa calaban en él profundamente, vivía esa otra vida como parte integrada de su vida. En Cambados era conocido familiarmente como  CHIN, nadie sabia porque, pero todos le llamaban así.
Cuando Cosme llevaba  cuatro   años en Cambados, ya un veterano, aparecí  por allí  yo. Entré en su curso  como  alumno nuevo.Los cursos anteriores los había superado examinándome por libre en el Instituto de Ourense, preparándome para ello  el maestro del pueblo D. José Manuel. Una bestia parda al que no le gustaba enseñar y menos le gustaban los niños y despreciaba el ambiente y los niños del rural. Una pena, pero era una institución en el pueblo, evidentemente. Pero no sé si pego por acción pero estoy seguro que en el cielo tuvo que pagar un alto precio por pecados de omisión ya que la mayoría de los chicos del pueblo se iban con catorce o doce años de la escuela, sin saber apenas leer. El sistema y el miedo de la época lo aguantaban todo, y la suerte te podía dar un tío legal que enseñara a sus alumnos o todo lo contrario, y te jodes. En este caso todo lo contrario. Yo y cuatro privilegiados más,  nos tirabamos el día con él  y se dedica a nosotros especialmente para preparnos, todo a cambio de pago en especies o monetaria, que le proporcionaban un plus de ingresos por encima de su seguro paga mensual, enseñara o no. Ni que decir tiene que era hombre fácil de mano para motivar al alumno con lo con sangre entra. No recuerdo que me tocara, pero si recuerdo que le temblaba y estabamos todos en tensión con él, para evitar sentir su mano sobre nosotros. 
Cuando llegué a  Cambados, y andaba muy perdido mirando y centrandome en el ambiene, el detectó  mi inquietud y se acercó y recuerdo que  se interesó por mi, y con ánimo de introducirme en el grupo de clase me dijo.
.- Hola , como te llamas.
.-Mi nombre es  CARLO ANDAI AMODO.
Repondí, con timidez y dando nombres y apellidos como si  me estuviera preguntado para rellenar una ficha. Los nervios traicionan a uno. 
.- Vale, yo soy Cosme, todos me llaman Chin.
.- Oye  ¿ De que equipos de futbol eres? me pregutó.
.- ¿Equipos?. Bueno yo soy del Real Madrid.
.- Muy bien. Tienes que ser de uno primero, pero aquí también la gente suele poner otros dos más. Aquí se juega y se habla mucho de futbol. Y el lunes nos leen los resultados en el comedor y en la cartelera nos ponen recortes del As. Y hay gente que tiene muy buenos albunes de cromos. Y la gente tiene curiosidad por saber los equipos de futbol de cada uno.
Para quién como yo que  venía tenso, quieto, anhelado,aquello fue un baño de aire caliente y relax. Nunca olvidaré su  ánimo e intención de acogerme. Y aquella información que me daba, era oro molido para un recién llegado. Miraba su cara, su seguridad, su mirada, en ese momento y le adoré, realmente me sentí seducido por el como amigo.
.-Bueno, yo, aparte del Real Madrid, contesté con seguridad soy del Zaragoza porque juega Reija, Pais y Marcelino que son gallegos y ese es mi segundo equio. Y también soy del Pontevedra, (que estaba en primera división  en aquella época). Y me sé la alineación del Pontevedra que hay que roelo. Le solté la alineación de los Cobo, Irulegui, Calleja Antonio, Martín Esperanza, Neme y Yosu.
El se rió, y dijo
.- Ostras es verdad te la sabes toda. Mira aquél que va allí dicen que es el mejor jugador del colegio, es dos cursos más que nosotros, de los mayores. Es del Barcelona y no creo que llegues a hablar con el, pero por si acaso. Se llama Saa y es gallego.
Recuerdo que me dijo que era gallego como para situarme en el contexto. Más adelante vi que  no había grupos ni mucho menos, pero aunque parezca lo contrario, los gallegos eramos minoría. Allí eramos una pequeña ONU del Norte occidental de España. Mucho Bierzo,grupo interesante de asturianos pero todos de la cuenca minera, gente del León castellano , Bañeza, Astorga; también  de ciertas comarcas de Zamora interior.Y algún que otro verso suelto en lo que respecta a origen. Los profesores más o menos lo mismo. Los gallegos la mayoría eramos de la provincia de Ourense. Cosme era una excepción.
Seguimos conversando de generalidades y llegado el momento le dije de donde venía. Se lo dije al modo gallego de acercamiento, porque  siempre pensamos que nadie conoce nuestro poblado, y es verdad.Vamos dando pistas desde la villa grande, poco a poco hasta llegar a la aldea, si el interlocutor interroga, de lo contrario nos quedamos en el partido judicial y nos damos un pequeño plus de urbanitas que en la época no venía nada mal para romper sobre todo prejuicios que eran muchos  y muy dañinos.
.- Soy  de  cerca de Bande. Bueno más bien  de cerca de Entrimo. No sé si conoces.
El me miraba diciendo que no conocía nada, pero me interrogaba con la mirada para que continuase y le dijese al final que era de una aldea, lo cual a él le daría  la imagen que intuía y que estaba buscando. No es lo mismo tratarse con uno de aldea que con una de villa de padre comerciante o con uno de ciudad. Las cautelas son diferentes. 
.- De Entrimo mismo no soy, mi aldea está , rayando con Portugal y se llama Chaguazoso.
Y yo pensaba para mi, menos mal que aún soy de un pueblo grande, porque  haber como explica uno de Canle, o de Regueiro de Abaixo, o peor uno de Gomariz de donde es. Como si el tamaño importara para el caso en cuestión.
Para tratar de darle algo de empaque a la zona  de donde venía le añadí algo de información geográfica, sabiendo que era algo que probablemente no sabía.
.-La zona toda que te dije en Ourense le llaman la Baixa Limia, porque por allí pasa el rio Limia, que sigue hasta Portugal.
Lo de ser de la frontera del país y estar al lado de otra nación,  que aunque fuera Portugal, en aquella época sonaba como Finlandia en cuanto posibiliades de ir y conocerlo, le llamó mucho la atención a Cosme. Yo tenía un poco el complejo de que debía tratar de tapar ese punto, que daba una cierta imagen de atraso, lejanía y lo de portugués no era precisamente un carnet de moderno, y rico, sino todo lo contrario. Así era la época y así pensaba el personal. A Cosme paradójicamente  le atrajo que yo fuera “raioto” o arraiano”, lo cual me dejó fascinado. No era lo normal ni lo que esperaba y eso me descolocó. El tipo era curioso, investigador, empático, te ganaba para su equipo. Y a mi me ganó.
La  conversación continuó un rato y llegado el momento procesal oportuno me explicó de donde venía y como había llegado desde tan lejos a este bonito lugar. Ya se desparramaba confianza y de forma tácita habíamos  firmado un contrato de amistad.
Al día siguiente volvimos a tratar de encontrarnos y paseando otra vez de charleta le conté como había llegado yo allí y de donde venía y mi rara vida infantil. Lo cual  me consta, que le impresionó mucho, y es normal.
.- Estoy aquí, aunque he llegado ya un poco tarde, porque  tengo un  familiar  lejano, que es muy importante entre los salesianos y está en Madrid y a veces en Roma . El  se interesó por mi, por mi vida, mis estudios etc.  Y  convenció a  mi abuelo,  con quien vivo,  para que ingresara, para ser salesiano y formarme en los estudios  saliera  fuera de la aldea.
.- No tengo padres. Vivo con  José mi  abuelo, que es  viudo,  en la aldea de Chaguazoso, como te dije.
Así le expliqué que nací, entre mi familia que eran mis abuelos y mi madre que no recuerdo y que según me dicen poco tiempo conocí. Me  parió  cuando ella tenía 18 años , nunca dijo    quien era el padre del niño. A los seis meses de nacer  yo, mi  madre se escapó de casa, se esfumó quedé  a cargo de  mis abuelos. Mi  abuela no pudo soportar  la pérdida de su hija y  murió al poco tiempo. Así fue como quedamos mi abuelo y yo en este mundo.      Pero te diré que  la cosa no acaba aquí.  Y continué.
.-Por la aldea Chaguazoso venía todos los veranos, a visitar la casa de sus origenes una muchacha vasca de madre gallega emigrante . La chica había nacido en el pueblo aunque de padre  vasco. Se llamaba Arantxa Andai Rua. Arantxa se había casado recientemente con el italiano Carlo Amodo Sortini. Eran una feliz pareja que vivían  al cabo entre Bilbao y Roma, pero la naturaleza había decretado que no podrían tener hijos y la ciencia en aquellos años aún andaba dando vueltas entre  Ogino y el vaticano y no tenía nada que ofrecerles.
Supongo que en esa época utilizaría un lenguaje menos elaborado para explicar todo esto a  Cosme. 
.- Cuando nací yo, hijo de una chica de dieciocho años, guapa, atlética y llena de vida, según me cuentan,   Arantxa y Carlo se enamoraron  de mi. Y me veían con ojos de padres. Era el niño ideal a salvar y al que ellos con su posición podían convertir el algo grande.  Buscaron los medios para que el niño,   ya convencidos mis abuelos pasase a formar parte de su nuevo hogar, y me  adoptaron como hijo. Desde entonces me llamo  CARLO y recibí los apellidos de mis   nuevos padres.

A mis nuevos padres no tuve tiempo, de estrenarlos y de disfrutarlos. Muy poco tiempo después, no habían pasado ni tres meses,   mis  felices padres tomaron un vuelo de Roma a Atenas, por motivos laborales de mi padre que era ejecutivo de una editorial. El vuelo 800 de TWA , Boeing 707se estrelló  durante el despegue en la pista 25 del aeropuerto Fiumicino de Roma las 13:05 GMT en un vuelo con destino al  a Atenas 23 de noviembre de 1964. Mientras el Boeing 707 se desplazaba a 80 nudos, los instrumentos del motor número 4 indicaban empuje cero y se iluminaba la luz de indicación de despliegue del revertidor de empuje del motor Nº 2. La tripulación abortó el despegue a una velocidad inferior a la a los 800-900 metros de pista. ´La aeronave no frenó tan rápido como esperaba la tripulación y viró a la derecha, con lo que el motor Nº 4 golpeó un rodillo de pavimento. El avión se prendió de fuego y recorrió otros 260 metros antes de pararse. En el accidente fallecieron 50 personas. 
 Yo no iba en ese avión pero  quedé  sin mis padres. Todo estaba pasando muy intensamente y yo sin enterarme. Desde Italia la familia de mi padre y en España la de mi madre se ponen en contacto con mi abuelo y entre todos deciden que el niño vuelva con su abuelo biológico a Chaguazoso conservando la herencia y el nombre de  mis padres fallecidos. El matrimonio vasco-italiano Andai-Amodo. 
Allí en chaguazoso me crié,allí encontré la ventana desde donde iba ver el transcurrir de los primeros años de  mi  vida,  allí donde el destino  me colocó, en aquella milenaria aldea gallega  que me  descubrirá algunos  de los  primeros secretos de la vida. Como   el valor de las palabras y las miradas. Allí supe llamar a las cosas con el nombre de la lengua gallega  que al otro lado de la raya se llama portuguesa. Allí aprendí el valor de las palabras milenarias que habían trasladado oralmente las gentes que allí se habían criado y vivido  y que ellos habían aprendido oralmente de otros y estos de otros de otros. Aprendí  palabras que no volvería a oir en ninguna parte del mundo que eran las que expresaban el ser y el sentir de allí de Chaguazoso. Estas palabras aprendidas tienen  un significado  único. Ningún idioma contendrá  para mi la plenitud expresiva que tenían estas palabras con las que aprendí  a  jugar, a descubrir los nidos, los pájaros, las costumbres, al tiempo que corría  y andaba por   touzas, carrouchos, searas, pradairos, lameiros y  canellas. Aprendí toda la cultura que las gentes de la galicia rural fueron creando en siglos y siglos. Fui  un receptor más de aquella cultura y supe la que era vivirla   y valorarla y saber  conjugarla con todas las culturas e idiomas que aprendí en todo más tarde por el mundo adelante.   
- Cuando me dijeron que vendría para aquí, me puse muy contento. Fue ilusionante. Es lejos de casa, lo sé, pero  deseaba salir  de la limitada vida de mi aldea  y conocer , ver y sentir un mundo que  siempre he imaginado fantasioso. No he sentido miedo, sólo fascinación por lo que vendrá.
- Lo de menos era donde y adonde iría. Todo  siempre era mejor, sin duda,  que la vida y la costumbre de  la casa y la aldea.  Siempre me contaron que lejos de allí iba a encontrar gente, cultura, ambiente, todo diferente, y eso me hacía soñar todos los días. Era feliz en la aldea pero deseaba ver otras cosas.
-Aquí soy feliz. Todo me resulta interesante y agradable. El ambiente, el  mobiliario, el  calzado, la limpieza y la higiene. El  trato, el olor de los actos de la Iglesia, la cantidad de amigos que puedo hacer, la variedad de gente que veo, el trato tan fino y educado, todo me gusta. Esto parece  el cielo . Me encuentro feliz.
-La verdad es que me gusta, y aquí sólo vamos a estudiar y aprender y eso me fascina. Sé que traigo retraso con respecto a vosotros pero sé que podré avanzar, tengo ganas e ilusión. Quiero parecerme a vosotros. Creo que voy a estudiar como un loco y aprovechar esta oportunidad. Veo los libros que me han dado y me fascina tenerlos y tocarlos, son viejos pero sé que  han pasado por muchas manos de otros estudiantes que estuvieron aquí antes que yo y eso parece  como unirme a una comunidad virtual, transportarme a un  ugar donde hay  gente diferente.
Ahora recuerdo todo esto que le contaba a Cosme, lo recuerdo perfectamente. A mi mente viene la ilusión de aquellos libros en blanco y negro,que parecían eternos. Aquellos libros medios rotos algunos que habían conocido a tanto alumnos como yo en aquel momento. En aquella época los libros longevos eran la expresión de una vida más lenta y pausada donde el saber caminaba tranquilo por la aulas.
Mientras le contaba todo esto, creo que Cosme quedó impresionado, o al menos yo percibía eso. Tal vez no esperaba tanta sinceridad y profundidad o seriedad en mi forma de expresarme. Sin duda  a él le gustaba tener un amigo así. Estábamos en la edad que nos tomamos a nosotros mismos mucho más en serio de lo que nos toman los mayores. Es una edad en que se trata de tener conversaciones serias para demostrar que hemos pasado de niño al escalón superior. Son cosas propias de la evolución que nunca termina.
Eso fue creando entre nosotros un vínculo de sinceridad y amistad. Estábamos condenados a ser amigos. El estaba en mis clases, en el domitorio conjunto, estabamos en el mismo equipo de clase para jugar al fútbol, baloncesto o lo que fuera en los recreos. Poco a poco el tiempo fue cumpliendo su misión y nuestra amistad se hizo más fuerte. Realmente cualquiera hubiese deseado la amistad de Cosme. A todo el mundo le  encantaba su dinamismo, su  alegría y sinceridad . Chin tenía el cartel muy alto y todos le apreciaban. Yo creo que a él le fascinaba o le atraía mi experiencia del mundo, de la calle, de los hombres que andan por ahí en sus quehaceres. Eran tres años más de experiencia en el mundo y eso sin tu quererlo allí en aquella burbuja se notaba y daba cierto pedigrí. Hay que pensar que al estar allí metido en un mundo tan bonito, pero tan particular, todos sienten el anhelo o la curiosidad, o el complejo de vivir lo de fuera. Notan que algo les falta y les gustaría sentirlo y verlo. Es más mito que realidad, pero los mitos los vive cada uno y nadie más.        Aquellos chicos  habían entrado muy pronto en aquella campana de cristal y dejaron de ver y sentir  lo que otros chicos veían y sentían en la vida real, en los asuntos, en las colisiones que da la vida de todos los días. Yo, no es que tuviese mucha experiencia o  no viniese también de otra campana de cristal, pero  para ellos  yo significaba algo especial, traía la experiencia, el halo misterioso del que sabe otras cosas que ellos no vieron ni sintieron. Era más imaginación de ellos que lo que yo sentía, pero yo dejaba correr aquello y notaba que me daba cierta categoría que podía aprovechar. Por ello, y supongo que por otras cosas también, me consideraban  una compañía atractiva para cualquier alumno de aquel seminario. Yo, creían ellos,  podía contar cosas  que allí  nunca vieron y que si se imaginaban. Podían preguntarme cosas sobre su despertar sexual que creían que  yo había vivido o sabía. Podía decir o inventar lo que fuera sobre chicas, o aventuras, que mi palabra tenía mucho peso.Tal vez el complejo  que tenían  les hacía valorar todo lo   que yo contaba. Creo que me veían más rudo, más espontáneo.   
En los momentos de recreo, en los paseos de los miércoles, en las salidas de los fines de semana, a diario, los dos hablábamos mucho,   de todo. Poco a poco nos conocimos  más. CHIN era más experto en manejarse dentro del seminario, sus contactos con profesores y  compañeros era grande, y eso  me ayudaba mucho, y me abría puertas.  Llegó un momento  que me  había acostumbrado a apoyarme en él, se me hacía imprescindible. Era mi amigo y protector . El sería el que  me enseñaría  las claves que en todo ambiente nuevo existen y no se perciben por el recién llegado. El siempre miraba que hacia yo, donde estaba. La verdad es que estábamos  pendientes el uno del otro. En aquella generalidad de masa eramos capaces de convertirnos en  dos islas, dos intimidades, el uno velaba especialmente por el otro. Si uno triunfaba en el deporte o el otro lo hacia cantando o alguno recibía una felicitación, rápidamente en algún lugar aparecía la mirada del amigo al amigo. Era amor y dependencia y entrega del uno al  otro.
Para quién lea esto creerá que estoy obviando que detrás  de todo ello existía una pulsión sexual. Nada más lejos de la realidad, nada de eso había. Sería porque nuestra vida se hacia entre muchos a la vez, no teníamos lugares o momentos privados realmente o porque la influencia moral religiosa y por supuesto el ambiente de la época, nunca sentí en absoluto todo eso. Sé que hoy en día se habla mucho de que existían en los seminarios o colegios de religiosos un mundo oscuro sexualizado. Tengo que decir que yo no he vivido nada de eso. No lo he visto en ninguno de mis educadores, ni lo vi en ninguno de mis compañeros. Si estábamos despertando a la sexualidad, pero eramos como una planta que tiene que crecer en un ambiente hostil de frío  y sin cuidados.La naturaleza tiraba pero no teníamos incentivos.  Lo nuestro era de desarrollo lento y estábamos distraídos en miles facetas juveniles, sin momento para el descanso y muy vigilados, lo que no nos daba mucha opción, para entrar en el modo adolescente sexualizado. Lo llevabamos dentro escondido,seguro. Lo que desarrollamos después, fuera en la calle al abandonar el barco, fue  a marchas forzadas y a todo meter, muy probble que fuera fruto de aquella represión o educación mal canalizada. Es probable, pero eso ya es otro cantar, que no negaré. De todas formas con el paso del tiempo y dando marcha atrás  y después de saber ahora  que su relación con el sexo era de carácter homosexual,sin duda por su parte existía una forma de expresión en la que se mezclaba el amor y la amistad y que yo si era para él un deseo sexual, sin que el lo tuviese del todo claro,y yo no me enteraba. Vivíamos en un mundo  etéreo, pintado a blanco y negro, y es difícil para un adolescente tener clarificaciones,o ideas claras,  cuando no las tenían ni  nuestros educadores,  que años más tarde cuando se abrió el telón, con la apertura en España, desaparecieron a miles, dejando sótanas colgadas por doquier. Era un mundo falsario en que sin saber nos engañábamos unos a otros.  
El caso es que, lo del deseo sexual nunca nos preocupó ni se abordó entre nosotros. Era un tema tabú. Y pese a todo   nuestros  años juntos fueron muy felices. En nuestras  cortas vacaciones de verano, quince pobres días y una semana en navidades, nos escribíamos y a la vuelta   contábamos nuestras  experiencias. El mundo pasaba delante de nosotros , y allí estábamos nosotros  pasando nuestros   catorce,  quince ,  dieciseis. Sin saberlo nos estábamos acercando al océano que había que pasar. Si, la  vida es un océano que hay que pasar,  y que pasaremos, eso si , creo que  no sabemos que barco llevaremos.Como dice a Quadrilha en una de sus canciones : “O mar  nao é de ninguem, ninguem é dono do mar, é daqueles que nele sabem navegar”.
 Y´nosotros ya estabamos navegando, ahora tocaba que  tanto uno como el otro no  nos planteábamos  otra vida que la que  nos habían propuesto. Ser, ser estudiosos, hacer algún día los votos para convertirnos en Salesianos, seguir estudiando y ser hombres de fe, virtuosos, cultos y entregados a Dios, y prepararnos para ser educadores de jóvenes. No teníamos más que pensar, nos lo daban todo pensado, y formaba parte de nuestra formación no dudar de los princípios que estaban destinados para nosotros. Habíamos sido elegidos por Dios, habíamos recibido la llamada, y no hay nada más ingrato que la deslealtad con Dios que se había fijado en nosotros precisamente, dejando atrás a un montón de gente por el mundo adelante que no eran dignos de la elección. Esta mentalidad un poco, bastante,   arrogante en lo  espiritual era la que teníamos y nos enseñaban. Si no lo entiendes, recuerda que  ante la duda siempre tienes el comodín de la fe, que es lo mismo que decir, no tienes capacidad,  porque eres  humano y racional para  entender lo que Dios quiere para ti, olvídate de todo. Y el tema así ha funcionado y funciona per secula seculorum.  De todas formas dentro de cada corazón hay  mundos escondidos que nunca sabes cuando saldrán fuera. Y al final salen, y nada más satisfactorio que la liberación  de uno mismo. En los años venideros tan cambiantes en España, cuantos pantanos se desbordaron.
     Ya estoy llegando al final. 
  En este corto recorrido por el andén muchas cosas, han pasado por mi cabeza. El camino del andén es corto y Chin está ya más cerca y al fin el  abrazo reabre los nuevos recuerdos.
- Chin, meu amigo. Que alegría encontrarnos.
-Carliño, non sabes o que sinto niste momento. Que alegria vernos xuntos, da gosto verte, segues sendo o mesmo, és un artistiña, como diciamos daquela. 
Hablaban en gallego  en su  intimidad, era desde siempre su modo natural. No podrían hacerlo de otra manera, para ellos era algo que formaba parte de su  ser y  que recibieron de  nación.Era su lengua de origen y en la que dijeron tanto uno como otro  sus primeras palabras. En gallego oyeron y aprendieron la vida. Havía palabras que son la patria de la infancia y solo se pueden decir en ese idioma, no se puede expresar lo mismo con otra palabra.En  ningún sitio del mundo  encontraron  una palabra para  expresar   lo que era para ellos  “  a chanca, leira,pechincha,  canella, boi, frouma, fentos, lareira, xeito, cincento,mato,palerma, estrume, esterqueira, carallo,cona,lameiro, peneirar,  amarelo,pai, nai”…..  No era nada complicado, era su idioma, como hay tantos en el mundo y que no dejan de ser formas de expresión de la gente, aquél era el idioma, su idioma. Cuando decimos que la patria es la infancia, estamos diciendo eso,la leche materna que mamamos y sentimos en los primeros albores y ahí estaba  esa lengua que oyeron de los hombres rudos de la aldea que fueron transmitiendo aquella forma de decir secular.  Pessoa decía mi patria es la lengua portuguesa.
Pero aunque  la patria nunca se deja,  hay que salir a navegar y se navega por el mundo, por los mares que nos toque navegar. Ellos en un momento salieron a navegar por mares muy diferentes,  y ahora en un descanso de la navegación quieren volver  a un poco de esa patria, a la aldea, al colegio a Cambados , a la adolescencia y   primera. Aquellos eran años, en que los jóvenes pasaban muy rápidamente de la niñez a los asuntos. Tiempos en que la  adolescencia era breve.

 Madrid nos recibe y ya nos vamos de camino. Chin que conduce un Mercedes  color negro, último modelo, va  se abriendo camino  por esta selva de las calles de Madrid,
-Carlo como te dije, ahora vamos a parar dos días en la casa de Organización , donde resido,  en el Plantío. Cuando nos instalemos saldremos a dar una vuelta por la ciudad.  Después iremos una semana a Lisboa, al centro salesiano de Cascais, allí pasaremos una semana tranquila y veremos Lisboa despacio y con calma. Este es el plan inmediato.
-Nada de trabajo. Nos toca recordar y vivir.
-Lo que tu digas, como siempre, tu mandas. Jaja. Lo importante es  recordar viejos tiempos.
El Tráfico en Madrid es asfixiante, en poco tiempo  se colocan en la M-30 y el Mercedes avanza en crucero ágil y seguro. Van  en silencio contemplando el run, run que va y viene, y las gentes y los grupos de edificios que van quedando  allí en cualquier parte de Madrid.  



                      

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