( FOTO. Teatro Romano de Mérida)
El libro de J. Luis Villacañas, Imperiofilia y
el populismo nacional-católico, es un ensayo de 235 páginas, que tiene como objeto cortar y oponerse al libro de Roca Barea “imperiofobia”, que el considera un escándalo intelectual y un peligro social. El libro parece estar escrito de
prisa, no quiere decir con ello que sea ligero de fundamentos. De prisa,
porque sale a borbotones toda la
artillería intelectual Villacañas la cual dejándola suelta sólo
necesita espacio para dejar en el papel un torrente de argumentos del
pensador, filósofo, historiador, teólogo, intelectual humanista en suma. Creo que no necesita pensar mucho en
esta controversia para publicar un texto de 300 páginas.
Sobre la controversia hay un
post en el blog en el que ofrecemos bastante información a favor y en contra
del libro de Roca Barea. El libro en si
desmonta punto por punto lo que considera exageraciones, mentiras y visiones
interesadas y parciales de Roca Barea. Y tal vez, lo peor, es que no le da ni el más mínimo crédito
intelectual, llegándolo a considerar un
folletín visceral, facilón, que busca mover los
sentimientos y emociones de gente bien intencionada pero tal
vez poco informada.
Villacañas cree que hay un movimiento contra
Europa y que la autora y su libro es un granito más de la propaganda e influencia intelectual contra esa idea. El Brexit, este libro, la idea extendida de que Europa tiene culpa de
lo nuestro, y el anhelo de que aún podemos ser un Imperio. De aquellos polvos recordando cuando se
le vió el plumero a Aznar en la foto de las Azores, a estos lodos pasando por Steve Banon. En el fondo es traer al imaginario una idea perversa que quiere hacer ver que podemos ser grandes fuera de Europa y que tenemos
vocación de Imperio. Y que en el fondo los mismos demonios de siempre, la Ilustración, El Renacimiento, La Reforma protestante, y ahora entregar nuestra alma a la Europa del humanismo es nuestra perdición. Ellos sólo han pensado en destruirnos, parece decirnos Roca Barea, y ahora lo siguen haciendo.
Sin entrar en relatar más sobre el libro en
si, dejando atrás los argumentos que rebaten punto por punto la teoría de Roca Barea, me gustó mucho el prólogo y las
conclusiones. En ellas se muestran las ideas fuerza que mueven al autor a enfrentarse al libro. Por ello me permito pegar, al vuelo, algunas de las ideas
que el autor deja en el mismo. Lo expuesto no es copia literal, sino resumen
hecho por mí.
....Escribo este ensayo por ....es un libro
dañino y peligroso. En realidad, se trata de un artefacto ideológico que ha
iniciado el paso a la ofensiva de un
pensamiento reaccionario cuyos efectos estamos observando ahora con nitidez.
.....En el ya estaban señaladas las
líneas de fuerza de la ofensiva reaccionaria que va a disputar la lucha por la
hegemonía cultural española en los próximos años. Del sentido de esta batalla
depende en cierto modo el futuro que podemos proyectar para este país en todos
los terrenos. Solo hoy, desde luego, conocemos el conjunto de fuerzas que se
han puesto en pie para alterar los fundamentos morales y políticos de nuestro
mundo; solo ahora intuimos el dinero que se está movilizando en este sentido, y
solo en la actualidad presentimos las aspiraciones fundamentales que se
pretenden conseguir con actuaciones de todo tipo , desde manipulaciones de
cuentas de Facebook hasta intervenciones programáticas como Imperiofobia.
.....que ahora se revelan ante nuestros oos se viene incubando desde hace
tiempo.
La
segunda razón parece más personal, pero no lo es. Desde luego, Imperiofobia
ataca de un modo insidioso y grotesco todo lo que he defendido en mi humilde
obra. Por supuesto, aquí el énfasis se pone en que lo hace con métodos
improductivos, estériles y engañosos, ilegítimos desde el punto de vista
intelectual. ....su forma de proceder en este libro, Roca Barea, es lo que
llamo populismo intelectual reaccionario. Su esencia reside en mezclarlo todo,
confundirlo todo, y en ese maremagnum no ofrecer una razón atendible, sino solo
un tu quoque infinito.
El
protentismo y Europa son los enemigos de España. El populismo político ya tiene
su enemigo exterior.Roca Barea no trata de comprender al enemigo, lo demoniza
como populismo intelectual reaccionario.
He
luchado desde siempre por comprender Europa y sus tradiciones intelectuales,
religiosas y morales. La meta de todos estos estudios siempre fue ofrecer elementos par reflexionar sobre la propia
historia hispana, no para dejar de ser lo que somos, sino con la idea de
seleccionar los elementos que nos pemitan acercar las distancias que nos
separaban, y nos separan, de nuestros socios, amigos y aliados europeos. La
meta de esta comprensión de Lutero, de Kant, de Lessing, de Weber y tantos
otros, no es desde luego PRODUCIR UNA ACULTURACIÓN HISPANA, NI QUEBRAR EL
CONTACTO CON LAS REALIDADES HISPANA TRADICIONALMENTE ASENTADAS, SINO
SENCILLAMENTE ABRIRLAS A OTROS ESTÍMULOS, ESTILOS Y ARGUMENTOS y así producir novedades
que podrían ser funcionales al mundo que se preparar en el futuro. .....ayudar
a suturar la fisura que separa a los pueblos del norte y del sur de Europa, procurar una comprensión
de su historia desde la nuestra como condición
de exigir un trato recíproco. .....Todavía le cabe un futuro al ser
humano europeo una vez que se acabaron los tiempos del eurocentrismo imperial
que concluyó con la Segunda Guerra Mundial. IMPERIOFOBIA PRETENDE TODO LO
CONTRARIO.
Sitúa en
un plano de hostilidad esencial contra España a todas las naciones europeas, en
especial a las del Norte, e invita a despreciar toda comprensión de su historia
y su cultura.
LANZA EL
SEÑUELO DE QUE LA OPCION IMPERIAL SIGUE ABIERTA, pretende lanzar a unas
naciones contra otras en una nueva carrera imperial que fracturaría para
siempre Europa, como se ha visto con el Brexit. Al excluir la posibilidd de una
construcción equilibrada de Europa, prepara a las naciones europeas para ser
víctimas de los únicos imperios que, en su opinión, están vivos: los estados
Unidos y Rusia. .....mi convicción es que es posible una evolución adecuada de
la mentalidad europea capaz de definir el homo europeus del futuro, que esté
en condiciones de hacerse cargo de la complejidad de la situación mundial y de
ofrecer una forma de cuidado del mundo capaz de garantizar su supervivencia. Y
para eso, debe ofrecerse un horizonte común en disposición de unificar el norte
y el sur de Europa en un argumento, en un tipo humano diverso por sus
tradiciones pero coherente en sus refracciones y con capacidad de comprenderse
y entenderse.
Conclusiones:
¿CUAL
DEBE SER LA RELACIÓN DEL SER HUMANO CON LA HISTORIA?.
1.- No
la de Roca Barea que se mantiene en la trinchera de combates históricos que ya no existen. O a recordar y encarnar
aquello que tiene hoy un valor apologético de la propia actitud combativa. .
2.- Debe
ser la sobria y saludable actitud republicana hacia la historia, y dice así:
La
despedida es la respuesta medida del ESCÉPTICO a la mirada del pasado, el cual
determina y domina toda la realidad. EL
ESCÉPTICO, cuya actitud fundamental es la despedida, tomará SOBRE SÍ EL PASADO,
INCLUSO SI ES DOLOROSO. No caerá en ilusiones de que haya algo únicamente
permanente, tampoco albergará sueños de eternidad e inmortalidad. Él es el
hombre que lleva consigo, en toda sus existencia, la cuenta del pasado.
3.-De la
cita se extraen varias ideas.
La
primera. Se escribe la Historia para
despedirse del pasado. Las despedidas son desgarradores, intensas..... uno sólo
se despide de lo que no ama. SE ESCRIBE LA HISTORIA PARA TENER LA IMAGEN DE LO
QUE UNO SE DESPIDE. Si uno no recuerda de forma nítida la imagen de lo que se
despide, no se mantendrá unido a ella......El historiador es aquél que no
quiere despedirse de cualquier forma, quiere saber de que se despide, ver su
rostro cara a cara. El escritor escéptico de la historia se lleva su rostro
consigo y le acompañará toda la vida. Con sus defectos y recuerdos dolorosos.
....La prueba de su amor no es que lo
recuerde bellísimo, idealizado, impuro.
ROCA
BAREA ama las cosas de España, sólo si ella dibuja un rostro ideal, eternizado,
sin mancha. No entra en su cabeza recordar un defecto, una equivocación un
dolor. Por el contrario el escéptico
carga con todos los defectos porque sabe que su amor a la realidad los
supera. Tiene un compromiso con lo real para mirar de esa manera el pasado. ...Los
defectos del pasado siempre implican sufrimientos de seres
humanos concretos y reales, y por respeto a ellos no quiere, el escéptico,
ocultarlos ni confundirlos. NO ES MASOQUISMO, SE TRATA DE QUE LA EXPERIENCIA DE
AQUELLOS DE LOS QUE NOS DESPEDIMOS TIENE SU VALOR Y SU DIGNIDAD PROPIOS. Ellos
también fueron fines en sí mismos. NO PODEMOS
RECORDARLOS SOLO DE LA MANERA QUE NECESITAMOS
NOSOTROS PARA NUESTRA EUFORIA. NO PODEMOS INSTRUMENTALIZARLOS DE FORMA GROSERA.
El historiador se despide del pasado
como forma de tenerlo dentro, es un COMPROMISO DE RECORDAR PARA NO REPETIR.
Hacer
historia es pues dibujar bien el pasado, mirar bien el presente y preparar el
futuro. Se trata de que llevemos dentro un retrato parecido y no una ilusión.
La
diferencia de tener una historia adecuada o no, es el conseguir que el pasado
no sea una condición amenazante y fantasmal, y liberarnos de todas las tendencias de verlo
reencarnado en cualquiera. Esa toma de distancia nos da libertad.
UNA
LIBERTAD PARA NUESTRA PROPIA EXPERIENCIA, eso es lo que pretende el que escribe
la historia. Esta visión precisa tener
una expectativa concreta respecto de su futuro. Roca Barea tiene una única
expectativa de futuro para España que es la repetición de un pasado imperial.
Odo
Marquard, en su obra “despedida de los princípios” incita a un combate
luminosos contra el fundamentalismo y una necesidad de descargarnos de toda instancia absoluta.
Pero tamibién de una idea de libertad absoluta o de una fidelidad absoluta.
Esto sólo podemos hacerlo a través deuna historia escéptica.
Esta
concepción de la relación saludable
entre pasado, presente y futuro debería haber llegado de algún modo a la
conciencia de los historiadores y políticos
catalanes, que han sumido a su país
en una crisis sin precedentes que compromete su destino como nunca
antes. Su visión falseada e idealizada del pasado ha producido la expectativa
de una falsa idea de libertad como desvinculación absoluta de España y de su
historia. Es lo mismo que en Roca Barea: UNA IDENTIFICACIÓN ABSOLUTA CON UNA
PASADO CONSIDERADO ETERNO Y ESENCIAL. Esa representación responde al deseo , no
a la verdad de la realidad.
La
nación tardía. España es una nación tardía. Cataluña es una nación tardía. ( lo
explica el autor este concepto en otro libro. ....viene a ser lo que el
considera que España nunca fue nación realmente en su historia y se apura en los
últimos años la ideología para constituirla nación histórica como lo fueron
Francia o Portugal). Una nación tardía no tiene la seguridad de si misma, salvo
si se eleva a absoluta. Ahora bien cuando la nación tardía española tiene que mimetizarse para contrarrestar las
inseguridades de la nación tardía catalana es cuando lo hace o se obligada a
responder a sus distorsiones con otras exageraciones. En el ámbito de la
Historia, como se ve, lo contrario de una falsedad es una falsedad contraria,
no la verdad.
Esta obra
de Roca Barea, ante el desafío catalán
y sus excesos y frustrada porque no hubiera una respuesta nacionalista
española, ha querido calmar muchas inseguridades, genera muchas fidelidades
absolutas y atiende a la conciencia desdichada de muchos de los que se veían
peligrar como pueblo. El libro apela a los estratos acomodados de la sociedad
española, los cuales han respondido con fervor y entusiasmo.
¿Que
mensaje le lanza el libro a las élites de los estratos acomodados?:
Pues algo simple en si mismo y
que apela a la movilización. Vuestra posición social no es gratuita, vuestro bienestar
es el el propio de una gran nación imperial, y ninguna élite de escritores
funcionarios o pagados por la oligarquía catalana puede impugnar vuestro lugar
histórico bien conquistado.
Esto exhorta y da
ánimos en una situación desesperada y angustiosa. Si, pero yendo un poco más allá de esto lo que se
percibe es ver en todos estos espíritus la inquietud de la debilidad y la falta
de seguridad y autoestima de quién en en fondo ignora su propia historia y está
inseguro acerca de su legitimidad.
Roca Barea no muestra con
firmeza el carácter históricamente insano del independentismo catalán sino que
se lanza a una burda imitación, hasta configurar su propio absoluto. En lugar
de denunciar con sobriedad ese populismo intelectual catalán, se ha dedicado a
producir otro populismo antipático,
supremacista, prepotente, desconsiderado, incapaz de tomar distancias respecto
de lo que es España, lo que es Cataluña, y lo que es Europa. Si ella anhela la España imperial y es la
que quiere mantener activa, entonces, ciertamente los aspectos antipáticos del
nacionalismo catalán se tornan
simpáticos, porque vienen connotados como la única salida del débil ante
el actor imperial renovado que impone su progreso, su homogeneidad , su
civilización y no sé cuántas cosas abstractas más...
Las visiones como las de Roca Barea lo que buscan es
diferenciar amigo y enemigo, lo que es contrario al espíritu democrático. EL
CORAJE CÍVICO, y democrático, IMPLICA VALOR PARA RECONOCER NUESTRAS
IMPERFECCIONES COMO COMUNIDAD POLÍTICA, Y AL MISMO TIEMPO, EL VALOR Y LA
SOBRIEDAD PARA NO SENTIRNOS DEPRIMIDOS
POR ELLAS Y GENERAR ENTUSIASMOS POSTIZOS para ignorarlas, compensarlas y darles
ánimos. Las actitudes tipo Roca Barea parecen temer la muerte como pueblo si
deja de golpear con su martillo mitológico. Pero esta actitud es estéril y nos aleja de los retos reales que
tiene nuestro país como comunidad social y política. En su falta de coraje testimonia la carencia
más decisiva: el coraje de conocer.
Este afán apologético del
pasado imperial, proporcional a su falta de fe sincera en su propio país,no
hace sino bloquear el coraje básico de Occidente, el coraje de afirmar el mundo
moderno, el mundo de la objetividad, de la toma de distancia, de la sobriedad
de mirada, de la fortaleza de ánimo sereno, de la responsabilidad; virtudes que
hacen verdaderamente grandes a los pueblos y a los humanos, aquellas cuya
carencia nos llevó a todas las derrotas históricas.
LA LEYENDA NEGRA.
Existió y dominó la conciencia de muchos países europeos desde los
tiempos de Felipe II a la paz de Westfalia. Fue un arma de los enemigos de la
Monarquía hispánica.
Si, y qué.
Cuando se está en guerra, se
está en guerra, y una forma de hacer la guerra puede ser esta. Cuando tu declaras la guerra, en este caso la
Monarquía Hispánica, debes saber con que elementos cuentas y que recursos para
la protección del pueblo y conseguir la victoria de tu causa. Uno de los
elementos centrales para toda victoria es disponer de una CAUSA JUSTA. ( En la
guerra moderna, véase USA, la propaganda y el lanzamiento de mensajes a la
opinión pública es fundamental para exponer o fabricar una causa justa de tu
decisión. Recordemos las guerras contra
Irak, etc. ). Los pueblos europeos atacados se defendieron con una forma de
defensa que fue la leyenda negra. Por regla general fue la monarquía hispánica
con ánimo expansionista la que declaro la mayoría de las guerras. Pues bien
podemos decir que LA LEYENDA NEGRA ES LA EXPERIENCIA MODERNA DE QUE LA GUERRA
TAMBIÉN SE GANA CON LOS INTELECTUALES Y LAS IDEAS. ( Y añado que es para entendernos lo que otras
vezes hemos tratado que no es otra cosa que la lucha por el Relato. ).Quien
decide la guerra no es la oligarquía del país sino el jefe de una casa
extranjera desarraigada cuyo sentido de las cosas es completamente hermético al
resto de la población. La enseñanza de la leyenda negra en este sentido es clave,
y nos habla de la incompetencia y de la imposibilidad de los dirigentes de la
Monarquía hispánica para implicar a las mejores inteligencias de este país en
la defensa de unos intereses demasiado
exclusivos y privilegiados que muy pocos percibían como propios.
En suma, he defendido QUE
ESCRIBIR HISTORIA ESCÉPTICA ES COMO SENTIRSE LIBRE DEL PASADO, Y ESO ES LO MÁS
PARECIDO A VOLVER A NACER. Eso implica conocer el pasado y tenerlo a la vista a
la distancia adecuada.
LA fijación con el pasado
es síntoma de una energía no funcional, desaprovechada, forzada, que no quiere
explicarse las razones de la pérdida. Está atada al pasado como si esa pérdida
fuera irreparablemente injusta, impulsada por un enemigo tenebroso y
omnipotente, el que forjó nuestra maldición
con la leyenda negra. Esa energía no está preparada para elaborar el
genuino deseo del futuro. No es una energía al servicio de la liberación del
pasado, la profunda fuerza moral que escribe la historia, sino aquella
melancolía fijada a un pasado que prepara fatídicamente su repetición.
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