jueves, 31 de diciembre de 2020
miércoles, 30 de diciembre de 2020
Cuando fui Suetonio. IV . Caminando por Lisboa, recordando y pensando.
PASEANDO POR LISBOA Y RECORDANDO LAS CONVERSACIONES CON COSME Y LA EXPULSION DEL SEMINARIO DE CAMBADOS.
En capítulos anteriores. I, II, III
Lisboa 2016
Cambados 1974.
Hoy he ido hasta la Rua do Alecrím, me he parado delante del lugar donde estaba el hotel Braganza. Me imaginé su noble entrada y me pareció ver a Pimenta recibiendo a los huéspedes españoles que huían de la guerra civil, y que venían a instalarse y a ser compañeros de estancias de Ricardo Reis. Se les veía gentes de posición alta que escapaban de las hordas rojas que en esos momentos estaban dominando las capitales extremeñas. Sé que en cualquier momento va a salir Ricardo Reis, con su paraguas en mano,su gabardina, sus gafas, su aspecto de señor tradicional bien situado que va a dar un paseo, o quién sabe hasta adonde irá. ¿Se irá a reunir con Celia, quedaría con Pessoa, irá dar una vuelta sin más por si ve a la "menina" del hotel de la que está enamorado?.
Me senté en la
terraza de pequeño café y lentamente desplazo mi vista al solar en que veo en mi
imaginario el hotel Braganza y pienso en Reis y en mi. Dos historias que no tienen
nada que ver. No sé como fue la infancia y juventud, que nunca existió, de
Reis.Sólo Pessoa podría saberlo. Saramago no nos dice nada, pero me hago la idea de que alguién que
estudió medicina, tenía una cultura clásica amplia, era partidario del regreso
de la monarquía y era el representante del tradicionalismo portugues de Pessoa,
habrá tenido una buena cuna y estudiado en buenos colegios. Sería el hijo de
una clase social muy acomodada en una época en que las distancias entre ricos y
pobres eran muy grandes. Sin duda nuestros orígenes y nuestras infancias fueron diferentes. Pensaba que no
envidiaba en nada su infancia, porque la mía fue feliz. Creo que la mayor parte
de la felicidad la lleva uno dentro, de serie, da igual donde vivas y como
vivas, la felicidad es otra cosa. No obstante la vida está hecha de experiencias
que nos van haciendo personas. Tiene que existir el amargo para saber y valorar
lo que es el dulce. Sólo tengo tendencia a recordarme de las cosas felices de
la infancia, trato de olvidar los pequeños malos tratos que todos hemos tenido.
Me gusta recordar los días y los momentos gloriosos y las experiéncias
positivas, dicho lo cual, tengo que reconocer que hubo una que me marcó más que
otras. Aquél momento tan duro, o si quieres llamarlo traumático no me es fácil
olvidarlo aunque si ya está superado, evidentemente. Aquél momento me marcó
nuevos caminos y me abrió nuevas puertas y creo que si pasó es que tenía que pasar, que mi vida
se estaba escribiendo y que no la dirigía yo, si no las circunstancias. Fue cuando
me expulsaron del colegio.
Me traslado a Cambados, al colegio, veo a Cosme y me veo a mi en aquél día tan triste e inesperado. Estamos en 1974 en Octubre el curso empezando casi y el año agonizando casi. El mundo está convulso, pero más convulso está el mundo religioso en el que vivíamos. Una nueva época se presentía y aunque parecíamos ajenos a todo lo que pasaba, metidos en nuestro deporte, nuestras actividades, los estudios y los rezos diarios, nos estaba penetranado algo del aire de libertad, de cambios sociales y de costumbres que andaban sueltos por una España que ya funcionaba a dos velocidades. Franco aguantaba al lado de la gerontocracia conservadora, la Iglesia estaba revolucionada, la moda, las costumbres emepezaban a ser diferentes, el mundo empezaba a cambiar a marchas forzadas. Nuestros profesores estaban dividos en dos mundos y formas de pensar muy evidentes y eso nos llegaba por mucho que se tratara de disimular. En Portugal ha habido una revolución militar y comunista, a Nixon lo largan de la Casa Blanca por el Watergate, muere Perón, sólo hacia un año del asesinato de Carrero Blanco, la calle está llena de sindicalistas y huelgas, Abba nos transformó a todos en Eurovisión con Waterloo con un nuevo estilo de música y de vestimenta que nos dejaba embelesados. Se oye hablar de una película “El padrino” y de un policía Serpico, Al Pacino. Los curas unos andan con sotanas otros de paisano, unos te explican la historia hablandote de burguesía, lucha de clases, cambios sociales y otros te explican el arte y la literatura con censura. Incluso algunos dicen misas clandestinas de paisano e invitan a algunos alumnos a asistir. Después me daría cuenta que lo nuestro no era nada para lo que se estaba cociendo en la calle.
Todo esto, sin duda, me afectaría en los hechos que me ocurrirán después. Recuerdo bien aquél día . En Cambados, en Otoño llovía mucho, era una época de salir poco al exterior, nuestro tiempo de ocio iba más para la lectura y juegos de salón. Echabamos de menos el sol, el balón, las carreras, estar en el campo de futbol o baloncesto, o hablando y chillando en aquellos maravillos momentos de recreo y de tiempo libre en aquel paraiso lleno de verde y viñedos. Lo que podía parecer una época triste no lo era tanto porque la convivencia con muchos palía la soledad y la tristeza que de otra forma nos ocasionaría aquél tiempo lluvioso y cálido. Las risas y los juegos nos hacían divertirnos y sonreir. Nos adaptabamos a la circunstancia y nos reinvetabamos con otra forma de jugar y de divertirnos. Nunca parecía que estuviesemos tristes.Los miércoles por
la tarde se rompía un poco la rutina semanal. Saliamos en grupos a dar un paseo
por las cercanías de campos y aldeas y en alguna ocasión a la villa. Teníamos la
tarde de los miércoles medio libre,
porque allí el concepto de libertad no
estaba muy claro, todo estaba controlado y en grupo, lo individual no estaba
bien visto, por no decir prohibido, lo nuestro era el rebaño. Pero de todas formas aquello era una actividad distinta, especial, que nos hacia sentir algo libres e infantiles. Aquél
miércoles de finales de octubre como todos , tocaba paseo, y por suerte no llovía. Don Antonio, el
salesiano asistente de mi curso, se me
acercó y me dijo que por la tarde cuando todos saliesen de paseo que me quedase y que tenía que
ir a hablar con el señor director a su despacho. No me dijo el motivo, y como es lógico apareció una turbación en mí, por lo excepcional de la situación y la incertidumbre que todo aquello me creaba. Cuando
todos se fueron de paseo me quedé sentado en el banco fuera de mi clase, en el paseo porticado del colegio mirando los viñedos cercanos, el pequeño valle con sus verdes prados y un poco más a lo lejos el pequeño monte de pinos que marcaban el horizonte y que sólo sabía que trás estaba un pueblo llamado Barrantes. Allí estuve un buen rato hasta que acercándose la hora fijada me fui dirigiendo hacia el despacho del director. Iba despacio y las piernas parecían estar flojas. Cuando me iba acercando vi a cuatro alumnos más que merodeaban por allí y al ver sus caras mi intuición me daba que estabamos todos en el mismo tren. Mi sorpresa fue que ví ya encubriendo el pasillo a
Cosme. Creo que él me vió, pero hizo por no verme, sin duda no era buen momento para él. Mi preocupación en ese momento aumentó y veía que algo se estaba precipitando o rompiendo en mi mundo adolescente. No obstante avancé de prisa y le alcancé, y me dirigí a él,
- ¿Vas a ver al director también? Le pregunté de forma directa.
- Si, me han dicho que a las seis suba a su despacho. ¿sabes algo?. Me dijo.
- Ni idea, bueno esperemos que sea para algo bueno.
Hoy fútbol. Hablemos de Benzema.
El futbol parece descansar. Las polémicas futboleras están apaciguadas, está claro que los principales templos de la expresividad del futbolero, los bares, están en horas bajas. El Covid nos acompaña y hay en asuntos en que se hace notar más que en otros,en este su presencia es evidente. La falta de competición en el fútbol modesto y en el de base, hasta ahora, y la ausencia de público en los estadios, han adormecido a los feligreses de esta religión que nos acompañan en los quehaceres de la vida. El fútbol está siempre ahí presente de una forma o de otra. Aunque las televisiones y los programas deportivos han mitigado en parte esta ausencia general de práctica y público, digamos que el "gran fútbol" el de élite, teniendo en cuenta los grandes intereses económicos que a su alrededor se manejan se ha intentado y conseguido manteneer vivo y que siguiese generando los abultados ingresos económicos que genera. Hoy ya no es tanto el estadio como los canales de televisión de pago los que mantienen la Champions y las Ligas. Pues bien, aprovechando este pequeño silencio y que parece están durmiendo, aprovecho para meter baza en algo que hace tiempo vengo pensando y es el hablar de BENZEMA. Aprovecharé para, sin que nadie me repliqué en llevar la razón, cobrar algunas facturas de aguantar detractores. Ahora en que parece que nadie se entera y no se discute de fútbol voy yo y saco, porque sí, la glosa del magnífico jugador y humilde persona que es Karim Benzema.
Llegó al Real madrid siendo un jovencito, ahora es joven pero veterano futbolista. Hoy tiene treinta y tres años y lleva 11 años en el Real Madrid a donde llegó proveniente del Olimpique de Lyon. Desde que llegó al Real Madrid he sido un admirador incondicional de Benzema. No por nada especial, sólo porque me parecía que tenía unas cualidades envidiables y bien aprovechadas. He tenido que aguantar críticas, y sentirme un ave raro en la masa crítica futbolera del bar . Desde el príncipio había un ambiente general en contra del jugador, ha tenido como todos los jugadores sus momentos altos y bajos, pero a él nunca se le perdonaba ni se le consentía nada. Siempre lo defendí futbolísticamente porque veía y veo en él un jugador increible lleno de facultades, inteligencia y generosidad en el fútbol. No voy a quí a relatar su palmarés tanto en la selección francesa como en el Real Madrid, impresionante, pero para eso está la hemeroteca o en este caso la Wikipedia de la que es el enlace anterior.
En debates futbolísticos, ya en mi defensa a la desesperada, llegué a decir a alguno de sus detractores que para saber si una persona tiene idea de verdad de lo que es fútbol, lo marcaba la línea roja de apreciar o no a Benzema. El que no sepa ver el valor futbolístico de Benzema, no entiende ni papa de como se juega y que es el fútbol, venía a resumir la frase. Sé que puede parecer exagerada, y más semeja una pasión que una conclusión racional, pero cuando uno se ve sólo y acorrado en la barra de un bar o en la tertulia de una casa, en el trabajo , o en la calle, se tira con bala usando lo que sea. Vds. me comprenderan.
¿Que veo yo en Benzema?, como futbolista. Unas cualidades técnicas impecables, una rapidez que sorprende por lo tranquilo que se le ve en el campo, un conocimiento técnico de ocupar espacios, desmarcarse y apoyando a los delanteros como nadie. Pega el balón con una potencia y una precisión envidiables para cualqueir futbolista. Tiene gol de forma natural. Reitero que me encanta su forma de moverse inteligentemente, como un jugador de confección de jugada más que un rematador. Pero además de lo dicho hay algo que valoro en él mucho más es su generosidad, sus apoyos, sus aperturas de jugada, su falta de sobreactuación en la búsqueda del gol que tienen otros delanteros de élite. Su forma de estar en el campo, lo que yo diría la expresión no verbal del jugador tiene también su interés. Veamos, como no se muestra como el ídolo de masas que intenta con gestos variopintos y manifestaciones sonadas llamar la atención del público ni buscar su justificación. Para entendernos miremos el caso de Cristiano Ronaldo. Su forma de celebrar los goles, buscando o agradeciendo al compañero que le dió el pase, o buscando el abrazo inmediato de los compañeros es una forma de mostrar su personalidad de jugador de equipo más que estrella refulgente en el astro mediático. Son detalles que el espectador siempre valora.
Sus detractores, injustamente, dicen que es un jugador sin pundonor. Realmente cada uno tiene sus formas de expresividad en el campo, las suyas no son las del guerrero que sale gritando en el combate cuerpo a cuerpo o que recorre inútilmente kilómetros de campo en busca de no se sabe qué. Y eso confunde, a veces, a la gente. Tiene el don, repito el don, de que sus pulsaciones no le dominen la cabeza, cosa que no es fácil. El sabe que su rápidez y velocidad y su situación en el campo le permitirá dar a su equipo lo que se espera de él. No es un jugador de choque y contacto lo que le evita el buscar cresca o pelea, eso es una garantía de no expulsión y no contaminar al resto del equipo en entrar en juego marullero que perjudicaría a un equipo de calidad, como es en este caso. Tiene claro que su actuación de espaldas a los defensas rivales puede ser letal con sus apoyos y aperturas al compañero mejor situado. Es algo maravilloso que cualquier delantero compañero agradecería. El hace bueno a cualquier jugador a su lado, porque más allá de su impecable técnica de toque y apoyo de balón te la deja en situación confortable para el remate, es un maestro en el desmarque y poner fácil a cualquier jugador un apoyo.
¿Que diría Cristiano Ronaldo de lo que acabamos de decir?. Nos daría la razón. El mejor que nadie se ha aprovechado de las cualidades citadas. Claro que el máximo goleador de su equipo era Ronaldo, y no se le quita mérito, pero cuanto de su éxito recae en tener al lado un jugdor así. Algunos detractores seguían empeñados en no ver más allá de su frente cuando decían que el nueve del Real Madrid tiene que marcar más goles en una liga o cosas así. No eran capaces de decir que ya había un goleador y normalmente la cosa no da para dos. Por algo en lo momentos críticos, cuando el Bernabeu llego a silbarle, y tuvo problemas personales con la justicia en Francia etc. Cristiano nunca permitió que otro jugador ocupase la posición de Karim Benzema.
Para Mourinho era un hombre fundamental, lo mismo que lo es para Zidane, dos entrenadores , dicen, que de perfiles y formas muy diferentes. Otra razón más de su valía indiscutible.
Esto es fútbol y diversión, con lo que el debate sobre fútbol es para relajarse y debatir con ánimos positivos. No obstante como en toda faceta de la vida hay personas que ejercen de Talibanes y se manifiestan como tales, y aunque todo se permite en la crítica futbolística, no es menos cierto que puede ser esta una gimnasia para entender y comprender otras situaciones de la vida. Puede ser que Karim no le caiga bien al público del Bernabeu, que de todo hay por allí, ya que es de ascendencia argelina, viene de un barrio de inmigrantes, ha tenido algún problemilla, no canta el himno de Francia, no le llevan a la selección, parece un pasota etc. en cambio otros le ven como educado, sonriente, amigo de sus amigos, fiel a sus orígenes y un chaval dotado de unas grandes cualidades futbolíticas. Y en eso estamos en dar nuestra opinión, al respecto.
Nada más, larga vida al fútbol como deporte, como espectáculo de masas, como industria y negocio, pero sobre todo vivan los jugadores con clase y la gente que por su edad puede practica este magnífico deporte.
Y si no le gustó lo que he escrito, no se quede con mal sabor de boca, lea el enlace que puse a continuación en el que Valdano explica el fútbol. Ahí lo comprenderá todo mucho mejor, pues ni yo ni casi nadie somos capaces de decirlo como él.
Mens sana in corpore sano.
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