lunes, 10 de octubre de 2022

O Reino de Galiza na historia. Deixade falar os mapas.


   O reino Medieval de Galiza. 

Mapa del Reyno de Galiza. DP 

NO HAY mejor manera ni más gráfica de entender la importancia de la Galiza medieval que recurrir a la historiografía de la época, sobre todo la que nos llega de fuera. De fuera de España, a ser posible. Entender cómo nos veían en Europa, y también entre los pueblos normandos y árabes. Qué decían de nosotros, qué escribían y en este caso, cómo nos situaban, literalmente, en los mapas. 

Entre los siglos X y XV, por ejemplo, todos los mapas sitúan al Reino de Galicia como una entidad independiente y diferenciada de cualquier otra. Curiosamente, no existe una sola que hable de Asturias, ni como reino, por supuesto, ni como principado ni como nada. Algunos, los menos, mencionan al reino de León, siempre junto al de Galicia. En otros aparecen Galicia e Hispania. Hasta hay algunos, los árabes, que dividen la Península Ibérica entre Galicia y Al-Andalus. Pero en todos aparece siempre e inexcusablemente Galiza. 

No vamos a enumerarlos: están ahí para cualquiera que los quiera ver, a un click de ratón, pero vale la pena buscarlo para comprobar que en todos los mapas germanos, ingleses, normandos, italianos de la época, nadie duda en señalar a nuestro reino como un reino diferenciado de cualquier otro. Muchos señalan a Compostela como lugar destacado, otros no. Todos incluyen a Asturias como parte de nuestro territorio; algunos agregan León; casi todos el norte de Portugal y otros, como queda dicho, hacen la distinción entre Galiza e Hispania o Galiza y Al-Andalus. Los más antiguos excusan la presencia del Reino de León, lo que demuestra algo que todos sabemos: que ese reino fue fundado y gobernado por gallegos hasta que asuntos sucesorios lo desgajaron del nuestro. La permanente omisión de Asturias, por su parte, refleja una verdad como un templo: el Reino asturiano es un cuento chino; una invención de historiadores hispanistas, desgraciadamente algunos de ellos gallegosrenegados. 

Pero, y esto es importante, lo que demuestran los mapas es algo que cae de cajón, porque los mapas servían entonces para lo mismo que para lo que sirven hoy: para conocer el mundo, su división geográfica, estratégica, política y territorial. Y como no hablamos de mapas hechos por nosotros, sino por quienes querían aliarse o enfrentarse a nuestro reino, o comerciar con él, no creo que podamos sostener que fueron planos trazados por secesionistas gallegos. 

Me ahorro el trabajo de ahondar en el asunto. Lo maravillosos de este tema es que una o uno lo descubra por sí mismo: que lo compruebe; que vea el nombre de nuestra nación escrito en pergaminos, en cáñamos o en linos hace más de mil años, cuando la cartografía estaba en pañales y quienes dibujaban aquello lo vendían a precio de oro a reyes o a grandes comerciantes. 

Ahora que todos tenemos más tiempo libre del deseado, propongo esto como un ejercicio que puede resultar hasta entretenido, también para quien no es un fanático de la Historia; también para quien no es nacionalista; también para quien piensa de nosotros que somos una colonia riquiña que tiene marisco, playas y vacas. Más que nada para que unas y otros comprueben que llevamos aquí más tiempo que nadie construyendo una nación que merece poco respeto: Y sobre todo para que unos y otras sepan, así como de casualidad, que León, Asturias, Castilla y Portugal, todo ello, lo hemos hecho los gallegos.

 

 

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